Un femicida recibió su condena de prisión perpetua a través de una videoconferencia

El tribunal junto a todo el juzgado al momento de la sentencia.

La condena a prisión perpetua por el femicidio de María de los Ángeles Carrizo fue el primero en realizarse por videoconferencia en la provincia de Tucumán.

Sergio Daniel Marchisio, a quien sus conocidos apodan como “Bachicha” fue juzgado con la utilización de la aplicación Jitsi, en un juicio que se transmitió al mismo tiempo por YouTube. El juzgado participó por videoconferencia, mientras que el femicida y su abogado también aparecían en distintos recuadros.

Antes de escuchar la sentencia, “Bachicha” indicó que se arrepentía del femicidio y aseguró: “Yo la amé, la amo y la extraño, tengo la vida destrozada y mis hijos se quedan solos”. “Le pido perdón a los jueces y a todas las mujeres del mundo por haberla asesinado”, aseguró el imputado minutos antes de recibir su condena.

Marchisio fue condenado por “homicidio doblemente agravado por el vínculo y por ser el resultado de una agresión a la víctima por su condición de mujer“. La medida corresponde a los integrantes del tribunal de la Sala I de la Cámara Penal de Tucumán, mientras que el imputado observó todo desde la cárcel de Villa Urquiza.

El tribunal, integrado por Pedro Roldán Vázquez, Fanny Siriani y Diego Lammoglia, también dispuso que se someta a un tratamiento psiquiátrico en el penal, en tanto que los fundamentos del fallo se conocerán el 11 de mayo.

El fiscal de juicio Carlos Sale señaló que “la víctima fue sometida desde un principio a violencia, no sólo física, sino también psicológica y moral”. Elvira Medina, madre de la víctima, testificó que su hija mantuvo una relación de 15 años con el femicida. Él siempre fue violento con ella y muy celoso. Le pegaba, yo podía ver los moretones en la cara y en otras partes del cuerpo”. “Él siempre andaba armado y amenazaba con matarla si lo denunciaba” recordó la madre de María de los Ángeles.

El 28 de junio de 2017, Marchisio y Carrizo estaban en el living de su casa. En un momento, el condenado salió de la vivienda para atender una llamada telefónica. Minutos después, regresó con una pistola calibre 11.25, con la que disparó a la mujer, que estaba dormida en uno de los sillones del hogar.

A pesar de haber recibido el disparo, Carrizo intentó refugiarse detrás de otro sillón más grande mientras el agresor continuó disparando hasta confirmar su muerte. Marchisio permaneció prófugo durante un mes hasta que fue capturado.