El ministro de Seguridad bonaerense habló con los medios sobre honrar la memoria del policía caído en Palermo por el ataque.
Por Canal26
Miércoles 30 de Septiembre de 2020 - 13:14
Sergio Berni en el entierro del policía apuñalado, CANAL 26.
El ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, se acercó hoy hasta el Cementerio de la Chacarita para participar del entierro del efectivo de la Policía Federal apuñalado el pasado lunes en el barrio porteño de Palermo y pidió que las "discusiones" sobre las pistolas Taser "dejen de llevar confusión" a los uniformados.
"No es momento de hacer reflexiones de ese tipo, sino de acompañar a la familia, a su jefe, a todo el personal que hoy siente su ausencia", sostuvo el funcionario provincial al ser consultado sobre la polémica respecto a la posibilidad de avanzar en el uso de pistolas eléctricas.
Tras participar del sepelio de Juan Roldán, Berni evitó referirse al debate sobre las Taser e insistió en que es momento de "acompañar a la familia".
"Las discusiones las dejaremos para otro momento y ojalá que esas discusiones dejen de llevar confusión a aquellos que tienen que actuar en el marco de la ley y que sean constructivas y aporten por sobre todas las cosas a la seguridad, que no es más que el bienestar de la familia policial", subrayó el integrante del Gabinete del gobernador bonaerense, Axel Kicillof.
Al ser consultado por su presencia en el entierro del uniformado de la Policía Federal apuñalado el pasado lunes, Berni indicó que se acercó no sólo "en calidad de camarada, sino también porque (Roldán) era el edecán del jefe de la Montada cuando fui secretario de Seguridad".
1
Una mujer le propinó una golpiza a otra en un campo de golf: "Vayan al Conurbano a tomar mate"
2
Robos en autopistas: alerta por dos golpes millonarios a dos automovilistas en un mismo día
3
Violento ataque de un hombre a su pareja: la apuñaló más de 30 veces e intentó suicidarse
4
El drama de Verónica Franco: un hombre con denuncias y antecedentes mató a su sobrino
5
A 22 años del asesinato de José Luis Cabezas: una herida que no cierra