El "cachiyuyo" se encuentra principalmente en las aguas de Santa Cruz y Tierra del Fuego y fue nombrado "de interés" por la Administración Nacional de Parques Nacionales.
Por Canal26
Jueves 28 de Septiembre de 2023 - 19:46
Estamos inmersos en una crisis climática que parece no tener retorno. Los expertos buscan constantemente alternativas para ponerle fin a los efectos cada vez más intensos y devastadores que el calentamiento global produce.
Fue así como se descubrieron los bosques marinos en la Costa Atlántica Argentina. Formados por una macroalga conocida como “cachiyuyo”, estas extensas hectáreas subterráneas podrían ayudar a paliar los episodios que arrasan con el planeta de forma frecuente.
Estas algas, que pueden llegar a medir hasta 40 metros de largo, forman parte de uno de los ecosistemas más inhóspitos y desconocidos del planeta. Pese a los grandes beneficios que estas aldeas marinas pueden ofrecer, hay que tener en cuenta que nosotros mismos, con nuestras acciones, las estamos deteriorando. Es por esto que la Administración Nacional de Parques Nacionales en la Argentina declaró “de interés” la conservación de los parques marinos que forma el cachiyuyo.
Para adentrarnos aún más en estos insólitos bosques, es necesario recurrir a las investigaciones del doctor en biología Cristian Lagger, explorador de National Geographic Society, investigador del Conicet y director científico de la Fundación Por el Mar. Él contó en primera persona cómo fue su expedición en los bosques de macroalgas gigantes del fin del mundo.
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Tras su expedición, Lagger comentó que “bucear entre algas gigantes de más de 20 metros de alto es lo más parecido a volar entre las copas de los árboles de una selva tropical. Es como hacer tirolesa en una excursión por la selva misionera. Pero incluso con la ventaja de poder detenerse para observar cientos de detalles, colores y texturas que estos bosques te regalan”.
“Basta con quedarse flotando en la misma posición por unos segundos para empezar a descubrir muchísimas especies que viven asociadas a estos bosques, y que, por su pequeño tamaño o camuflaje, pueden pasar desapercibidas si no prestamos atención. Además, el movimiento de estas algas al ritmo de las mareas es casi hipnótico, ¡poderoso!”, agregó.
Durante la exploración se midieron macroalgas de más de 22 metros de alto y de más de 100 kilos de peso húmedo. El gran tamaño que pueden alcanzar hace que parte de su estructura superior quede recostado sobre la superficie del agua, formando unas hermosas alfombras marinas.
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Estos bosques marinos tienen la capacidad de absorber el dióxido de carbono (CO2) y transformarlo en biomasa orgánica. Además, proveen hábitat, refugio, zona de cría y alimento a cientos de especies marinas, como las estrellas de mar, el delfín austral (Lagenorhynchus australis), tiburones y rayas, y a especies nativas y de gran valor comercial como la centolla (Lithodes santolla) y el calamar (Illex argentinus).
“En un planeta donde la gran mayoría de los ecosistemas marinos está en alerta roja, las evidencias temporales convierten a esos bosques sumergidos en valiosos refugios y en áreas marinas prioritarias para desarrollar planes de conservación. La protección de este ecosistema no es solo una necesidad enmarcada en el Atlántico Sur, sino que es una urgencia global para luchar contra la crisis actual de cambio climático y la pérdida de biodiversidad”, afirmó Lagger.
Las algas benefician de igual modo a los seres humanos. Se encargan de la protección contra las marejadas ciclónicas y el aumento del nivel del mar, el reciclado de nutrientes, la provisión de seguridad alimentaria para comunidades costeras o la recreación turística.
La conservación del cachiyuyo “es esencial para mantener la salud de los ecosistemas marinos, preservar la biodiversidad, mitigar el cambio climático y apoyar la sostenibilidad económica. Además, su importancia en la investigación científica contribuye al conocimiento y la gestión adecuada de los recursos marinos”, sostuvo el experto.
Es por eso que, es fundamental tomar conciencia y fomentar medidas que impulsen la exploración y conservación de estos lugares dotados de beneficios para el mundo entero. Evitar que se sigan reduciendo depende de nuestra propia acción.
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