El país tuvo durante la última semana de enero más de 30 incendios forestales simultáneos avivados por las sequías y el fenómeno de El Niño, que arrasaron paisajes emblemáticos y de gran importancia como los páramos.
Por Canal26
Sábado 10 de Febrero de 2024 - 15:40
Luego de la tragedia que resultaron ser los incendios en Colombia, desde hace diez días que la lluvia se convirtió en el mayor aliado de la vegetación de los cerros. Ahora las autoridades y expertos plantean estrategias necesarias para recuperar los centenares de hectáreas arrasadas en Bogotá.
"No hay que salir corriendo a plantar matas, a veces esas acciones pueden hacer más daño", alerta en una entrevista con EFE el especialista de restauración ecológica en WWF Colombia, Juan Francisco García.
Especialistas de la Universidad Nacional, el Jardín Botánico de Bogotá y el Instituto Humboldt ya empezaron a trazar un plan de acción junto al Ministerio de Ambiente, la Corporación Autónoma Regional (CAR) y la Secretaría de Ambiente para recuperar las zonas calcinadas de las montañas que rodean la capital.
En ese diagnóstico inicial, que estará listo en tres semanas, como máximo, definirán "el área de afectación con la ayuda de drones" y harán un análisis de riesgos "porque hay veces que árboles quedan muy frágiles y se pueden caer", detalla García.
Lo que más preocupa ahora a los equipos de reforestación es que no se pierda el suelo por las fuertes lluvias y la prioridad es "buscar mecanismos para que las plantas nativas vuelvan a brotar naturalmente como hacen en los páramos".
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El paisaje está plagado de pinos y eucaliptos, especies invasoras introducidas de Norteamérica, España y Australia que representan un tercio de la vegetación de las montañas de Bogotá, casi 12.000 hectáreas.
En este sentido, la biomasa que generan estas especies puede provocar una más rápida expansión de las llamas en caso de incendio, aunque para el director de la Federación Nacional de Industriales de la Madera (Fedemaderas), Juan Miguel Vásquez, "solo son especies mal manejadas".
El especialista de WWF agrega hay otra planta exótica, que además es invasora y alimenta el fuego: el retamo espinoso, un arbusto de origen europeo, de flores amarillas y un fruto pirófilo, es decir, que resiste bien al fuego pero sus resinas inflamables lo propagan.
Al entrar en contacto con las llamas, el fruto explota esparciendo las semillas por los campos y haciendo "casi imposible su contención". En un metro cuadrado de retamos, WWF ha encontrado hasta 15.000 semillas viables, por lo que explican que "erradicar esa especie es una tarea muy ardua y costosa".
La Fundación Cerros de Bogotá, formada hace 16 años por voluntarios, lleva a cabo un plan de contención para esta especie con el que han descubierto que si no están expuestos al sol, no se reproducen con la misma rapidez.
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