Según las previsiones del informe, cerca de 670 millones de personas podrían pasar hambre en 2030 si no se detienen las emisiones de dióxido de carbono de forma inmediata.
Por Canal26
Viernes 15 de Septiembre de 2023 - 20:04
La crisis climática es una gran barrera al momento de combatir el hambre, la pobreza, las enfermedades y de ampliar el acceso a servicios básicos. Por eso, según la ONU, es importante prestar atención a cada fracción de grado y cada tonelada de dióxido de carbono (CO2) para limitar el calentamiento global.
En base a un informe en el que han colaborado varios organismos especializados coordinados por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), las emisiones de CO2 -consecuencia de la quema de combustibles fósiles- aumentaron un 1 % en el mundo en 2022 con respecto a 2021. Esto se debe principalmente al incremento del consumo de petróleo y a la recuperación del transporte aéreo.
Las estimaciones preliminares para el período entre enero y junio de 2023 apuntan a un nuevo incremento interanual, del 0,3 %.
Estos resultados son desalentadores ya que la ciencia ha determinado que para mantener el calentamiento por debajo de 2 grados Celsius - aunque sea preferible limitarlo a 1,5 grados- las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero deben reducirse en al menos un 30 % de aquí a 2030, y esto no estaría pasando.
La realidad choca con esa intención y, de acuerdo a como se está actuando, es previsible que el calentamiento del planeta alcanzará unos 2,8 grados antes de que termine el siglo salvo que "las emisiones se reduzcan de forma inmediata y en magnitudes sin precedentes", señala el informe.
Los expertos han medido el impacto que la crisis climática tiene en los denominados "Objetivos de Desarrollo del Milenio", que el conjunto de países del mundo se comprometieron a alcanzar en 2030. Entre ellos figuran la eliminación del hambre, el acceso al agua limpia y al saneamiento básico o la reducción significativa de la pobreza, pero que tal como van las cosas se cumplirán en solo el 15 % de casos.
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Según las previsiones del informe, cerca de 670 millones de personas podrían pasar hambre en 2030, en parte debido a un aumento de los fenómenos meteorológicos extremos que afectan la producción de alimentos.
Para limitar esos daños, se propone invertir en ciencia y en servicios meteorológicos, climáticos e hidrológicos en toda las cadenas de valor agroalimentarias, lo que permitiría a los agricultores tomar decisiones acertadas sobre cultivos, plantaciones y siembras.
Las alertas tempranas son cruciales en esta realidad y si se ponen en marcha de aquí a 2027 salvarán muchas vidas ya que la gente tiene la posibilidad de prepararse y se reduce así, el impacto de eventuales desastres. Al igual que se pueden prever los medios de subsistencia de poblaciones enteras.
Lamentablemente, la mitad de los países no disponen de tal sistema o sus carencias son considerables. El agua será uno de los recursos más valiosos en las próximas décadas porque este recurso estará bajo presión -cambios en las precipitaciones, en las tasas de evaporación y el almacenamiento del agua- pero más del más del 60 % de los países tienen escasa capacidad de monitoreo hidrológico, alerta el informe.
Además, destacan que los avances tecnológicos pueden ser aprovechados ante esta situación. Por ejemplo, los drones, la inteligencia artificial y la tecnología espacial puede ayudar a tomar medidas de gestión del agua basadas en datos.
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