Por Antonio Arcuri
La ley 25633 del año 2002 instituyó el 24 de marzo como el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia. Desde la concepción humanista, es un feriado, un mojón en la agenda diaria muy particular ya que se realiza en conmemoración de las víctimas del proceso cruento que desarrollaron militares y civiles durante el período 1976 y 1983.
Aquel 24 de marzo de 1976 las tres fuerzas armadas encabezadas por Videla, Massera y Agosti, usurparon el poder y desintegraron el Estado democrático, iniciando un proceso que persiguió, encarceló, detuvo clandestinamente y sentenció a muerte sin juicio a miles de personas por pensar distinto.
Unas de las víctimas, al cumplirse un año del inicio de la Dictadura militar, salió de San Vicente rumbo a Capital Federal para divulgar lo que se conoció como “Carta abierta a la Junta Militar”. Hablamos del escritor Rodolfo Walsh, vecino de mí pueblo, que vivió en el Barrio El Fortín y que fuera asesinado mientras la repartía.
En uno de sus primeros párrafos describe el contexto: “Han restaurado ustedes (en referencia a la Junta Militar) la corriente de ideas e intereses de minorías derrotadas que traban el desarrollo de las fuerzas productivas, explotan al pueblo y disgregan la Nación. Una política semejante sólo puede imponerse transitoriamente prohibiendo los partidos, interviniendo los sindicatos, amordazando la prensa e implantando el terror más profundo que ha conocido la sociedad argentina”.
En términos económicos, el resultado de esa dictadura fue una deuda enorme con organismos extranjeros que originó un bloqueo al crecimiento y aún seguimos pagando, al igual que el dolor de tantas vidas y familias desintegradas al descomponer el orden institucional de la democracia.
Insisto sobre la necesidad de interpretar este día con la importancia que merece, pues el sistema democrático, quizás, no pudo aun contener las ansias de igualdad, pero la discusión dentro del marco del respeto es un valioso derecho que sobresale frente a lo despiadado que resulta un sistema autoritario.
El fiscal Strassera decía en su alegato final en el Juicio a las Juntas militares: “Los argentinos hemos tratado de obtener la paz fundándola en el olvido, y fracasamos…. Hemos tratado de buscar la paz por vía de la violencia y del exterminio del adversario, y fracasamos… A partir de este juicio y de la condena que propugno nos cabe la responsabilidad de fundar una paz basada no en el olvido, sino en la memoria, no en la violencia, sino en la justicia…”.
El Nunca Más que expreso el Fiscal ante el jurado fue un latigazo en la historia. Resumió el grito de una patria que vivió una atrocidad que no concluye en la obligación de purgar una pena, puesto que los derechos humanos fueron ultrajados sin miramientos.
Es tan extensa la herida y los costos de aquella tragedia que en estos tiempos observamos por ejemplo a integrantes de Madres o Abuela de Plaza de Mayo que fallecen sin llegar a conocer el destino del cuerpo de sus hijos ni la suerte que corrieron sus nietos.
Debemos aprovechar esta fecha para repensar aquellos acontecimientos y reflexionar sobre la importancia del Estado de derecho y la responsabilidad de todos en la vigencia del respeto a las instituciones democráticas.
"Este peronismo no merece su pasado". Tuvo épica, justicia social, emociones colectivas. Fue patriótico y trágico. Pero siempre estuvo a la altura de la la historia. Hoy defrauda. Reposa sin ideas en el ridículo. En la mezquindad del papelón“.
Por Antonio Arcuri
1
Venezuela: El choque de las grandes potencias
2
Cuidado: camino sinuoso
3
Reflexiones: paso a la inmortalidad del General don José de San Martín
4
Recordar a Rucci a 50 años de su cruel asesinato
5
Día internacional contra la Violencia y el Acoso escolar: Palabras que suenan y resuenan...