En el Parlamento egipcio proponen que los profesores puedan pegar a niños con palos

Aulas vacías. Foto: archivo.

Desde el Parlamento egipcio, una diputada pidió que los maestros de escuela vuelvan hostigar a los estudiantes "con un palo" si se portan mal. El objetivo de esto sería porque el prestigio y el respeto hacia los profesores se "desvaneció", según informó este domingo la prensa local.

En una participación en el Hemiciclo, la parlamentaria Amal Abdelhamid exigió que se revisen "los mecanismos de recuperación del prestigio del profesor", incluidos los que contemplan la violencia física. Además, propuso "dar una autoridad más amplia en cuanto a la ejecución de medidas disciplinarias y al castigo, como pegar con un palo".

"Hemos probado los métodos procedentes de Occidente y el resultado han sido generaciones a las que les falta moralidad", explicó Abdelhamid, quien aseguró que los sistemas educativos de varios países "se retractaron después de haber prohibido totalmente el método de pegar con un palo dentro de las escuelas".

La diputada argumentó que el rol de los maestros "empezó a debilitarse y su prestigio se desvaneció ante los estudiantes de Egipto, después de que los profesores fueran despojados de su autoridad y de sus medidas disciplinarias".

Aulas vacías, imagen ilustrativa. Foto: NA.

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Prohibición del castigo físico y psicológico en Egipto

Por su parte, el Ministerio de Educación realizó instrucciones oficiales a las escuelas, destacando la prohibición del uso de castigos físicos y psicológicos para los estudiantes y activando el papel de los trabajadores sociales en las escuelas.

En Egipto, los castigos violentos fueron prohibidos en el año 2016, cuando el Ministerio de Educación emitió una serie de instrucciones a las escuelas para terminar con esta práctica, realizada habitualmente con palos, reglas, libros u otros materiales escolares. También, ese mismo año, Egipto introdujo trabajadores sociales en las escuelas.

Según Human Rights Watch, la región de Oriente Medio y el Norte de África tiene uno de los niveles más altos del mundo de castigo corporal y cree que más del 90 % de los niños sufren estas prácticas en las escuelas y en casa al menos una vez al mes.