En la cumbre en Sudáfrica del BRICS+, los países miembros decidieron ampliar el bloque e invitaron a la Argentina a incorporarse junto a Egipto, Etiopía, Arabia Saudita, Irán y Emiratos Árabes Unidos. Un análisis de las distintas críticas, posturas internas e intereses geopolíticos.
Por Mauro Labombarda y Matías Tullio
Martes 5 de Septiembre de 2023 - 11:11
El ingreso de Argentina a BRICS+ provocó distintas reacciones y hay miradas positivas y otras no tanto. Algunos lo celebran considerando las oportunidades comerciales que se le abrirían a Argentina. También, que fortalecer el BRICS es un paso más hacia la multipolaridad y el fin de la hegemonía estadounidense. Un mundo de varios, con poder repartido, ya no solo de uno.
Por el otro, se critica aduciendo que entrar al BRICS+ significaría quedar del lado equivocado de la historia. Nos estaríamos alejando de “Occidente”, y con este paso nos acercamos a la conformación de una alianza geopolítica con autocracias y dictaduras.
Quizás no deberíamos caer en lecturas exageradas. El BRICS+ no es un bloque geopolítico homogéneo. Al menos no ahora, y nada indicaría que lo sea en el corto plazo. Es una gran sociedad comercial, en todo caso. No tiene estatuto, ni un acta constitutiva, ni una sede central, ni siquiera mecanismos de ingreso.
¿Qué es lo que se firma en concreto para entrar? Nada. No hay un Tratado de los BRICS+. Por ello tampoco debe ser ratificado en el Congreso. Es un grupo muy heterogéneo, y leerlo como un posicionamiento geopolítico podría ser un error. Irán es un enemigo de EE.UU, pero Arabia Saudita no, aunque se haya acercado a China en el último tiempo. Tampoco la India o Sudáfrica. Las empresas de EE.UU siguen haciendo negocios en Rusia. Se habrá ido una cadena de cafeterías, pero las que importan, se quedaron todas.
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La reacción dentro de nuestro país ante la invitación fue muy variada: entusiasmo de algunos, incertidumbre de otros y críticas de muchos. Es evidente que en esta cuestión no hay una política de estado.
Dos de las tres fuerzas con chances de llegar a la presidencia han dicho que no van a entrar. Independientemente de si se comparten o no sus razones, que en agosto un partido decida entrar al BRICS+, y otro en diciembre diga que no, no nos deja bien parados. Este tipo de pasos no pueden darse sin acuerdos entre oficialismo y oposición de turno.
Si la excusa para no ingresar es que las credenciales democráticas del bloque están flojas de papeles, y que debemos limitar nuestro comercio con ellos, habría que advertir que China y Brasil ya son nuestros principales socios comerciales. La situación con Irán es distinta: la falta de resolución de la causa por el mayor atentado terrorista contra nuestra república, y la ausencia de colaboración de la República Islámica de Irán en la investigación, justifican los reparos contra el ingreso a los BRICS+.
Acudir a un criterio ideologizado tampoco es lo más recomendable. No podemos soslayar que EE.UU y la Unión Europea son los grandes socios comerciales de China. Más aún, India acaba de firmar un acuerdo en materia de defensa con EEUU que implica traspaso de tecnología estadounidense a Nueva Delhi. Pocas veces en la historia Washington firmó algo así con otro país. ¿Son tan torpes que no se dieron cuenta que India es antiestadounidense? No parece. Más bien, tienen en Beijing un rival geopolítico común.
Claro que no se puede obviar que, desde el punto de vista diplomático, es un nuevo paso dado por el gigante asiático. Logró avances en la relación Irán-Arabia Saudí, hoy ambas naciones invitadas al bloque. Ya sea por recursos energéticos, alimentarios, o por su posición estratégica en el mapa, los nuevos ingresantes son de especial interés para China. Sin embargo, se ubican en zonas susceptible al estallido de reiterados conflictos. China promueve la paz y el comercio. Para ello precisa seguridad, ¿está en condiciones de garantizarla?
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La primera pregunta sería si fue Brasil el principal interesado en promover el ingreso de Argentina. Sin embargo, hay indicios para pensar que es más bien "a pesar de Brasilia" que nos invitaron a entrar. El interés de que Argentina se sume es fundamentalmente de China.
Brasil hace tiempo está en la búsqueda del liderazgo regional. Sin México ni Buenos Aires, era el representante de los intereses latinoamericanos en el BRICS+. Las gestiones de cualquier país interesado en comerciar o ingresar al bloque, debían pasar por Brasilia. Con el ingreso argentino, eso cambia.
No pareciera ser del interés de China el tercerizar sus relaciones con América Latina a través de Brasil. Su estrategia de acordar país por país, de forma bilateral, se ha probado exitosa hasta acá. Los grandes acuerdos estratégicos de Brasil con China no necesitan el aval de Mercosur. Es justamente Uruguay quién tensiona el bloque sudamericano para lograr firmar un Tratado de Libre Comercio Montevideo-Beijing.
En ese sentido, ampliar los BRICS+ sumando nuevos actores, le permite a su vez darle mayor importancia al banco fundado por los países del bloque, el Nuevo Banco de Desarrollo. Con sede en Shanghái, cuenta con poder de fuego para, lenta pero persistentemente, firmar acuerdos que posicionen al yuan como una moneda que compita con el dólar y el euro en mejores condiciones.
¿Podrá China armonizar los intereses geopolíticos de países tan diversos en favor suyo? ¿Están Rusia e India de acuerdo en desdolarizar y fortalecer el Yuan como moneda de intercambio y reserva?
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