¿Qué es el Sharenting y qué peligros trae compartir la vida de tus hijos en redes sociales?

Adolescentes y seguridad en redes sociales. Foto: Unsplash

Nos encontramos en un momento de alta demanda sociocultural, en donde se exige cada vez más transparencia a través de lo que compartimos al público. Fácilmente podemos creer que al sentir esta necesidad de "compartir" un momento, si no hay una foto o video, puede verse comoalgo que jamás pasó. Cada vez es más fuerte el impulso por documentar cada lugar que visitamos, cada café que compartimos con alguien, el cumpleaños de nuestros hijos, y si no lo mostramos, es como si nunca hubiera sucedido. Cuando hay falta de información de nuestra vida hacia los demás, es como si lo que hiciéramos perdiera validez.

Según expresó la Sociedad Nacional para la Prevención de la Crueldad contra los Niños (NSPC), en Reino Unido, “cada vez que una foto o video es publicada, se crea una huella digital del niño que puede seguirlo en su vida adulta” y es algo que comienza a preocupar. Además de todas las problemáticas que circulan en internet que pueden ser (y son) perjudiciales para los niños, nos encontramos con el ciberacoso, grooming, pronografía infantil y robos de identidad, pero, ¿Dónde está la ética al publicar fotos de menores, que muchas veces nace como una acción impulsiva? Por la simple razón de que los diferentes contenidos multimedia que se comparten en redes los pueden hacer sentir incómodos, o pueden percibir que se puede usar ese contenido en su contra, los adultos están vulnerando sus derechos.

Familia en la intimidad de su hogar. Foto: Unsplash.

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Share + Parenting: Lo que los padres comparten de sus hijos

"Sharenting" nacido de dos palabras inglesas, compartir y paternidad, se unen para dar significado a una nueva problemática del siglo XXI.

Ornella Benedetti, psicóloga y co-fundadora de la RedPsi, se pronunció sobre este tema y lo abordó desdela cuestión ética y la responsabilidad que conlleva subir contenido infantil a las redes sociales. “A ninguno de nosotros nos gusta que un amigo o familiar suba una foto o video nuestro sin consultarnos previamente. Esto puede ser por cosas triviales como "no salí lindo/a" o bien porque exponen algo de nosotros que no queremos que se vea. Por suerte, como adultos, contamos con una cierta cantidad de herramientas que nos permiten reducir los "daños", desde pedir que no lo suban o que no nos etiqueten hasta bloquear publicaciones o incluso hacer una denuncia. Pero en el caso de los niños, no cuentan con los mismos recursos para defenderse. A los niños hay muchas cosas que no se les consultan y se elige por ellos: su ropa, la escuela e incluso el nombre (somos nombrados por otros)”.

“Los adultos subimos constantemente fotos de hijos, sobrinos, y otras infancias y obviamente lo hacemos como un acto de amor. Sin embargo, cada publicación que hacemos tiene el potencial de viralizarse o tergiversarse, por lo que debemos tener cuidado con las publicaciones que subimos de los demás, especialmente de un niño, ya que todas van generando una "huella digital" que en el futuro puede acarrear consecuencias negativas para aquellos a quienes exponemos. Tenemos que ser conscientes de que los niños están desarrollando su propia identidad y debemos respetar su derecho a eso. Exponerlos puede influir en la forma en que los demás los perciben y moldear su imagen pública antes de que tengan la capacidad de hacerlo por sí mismos. Y, sobre todo, lo que más nos preocupa: a veces estamos tan inmersos en la tecnología y las redes que los padres olvidan ejercer su función y están más preocupados por cómo los ven como padres que por poder ocupar ese lugar”, enfatizó.

Redes sociales. Foto: Unsplash

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La huella digital que dejamos a través de las redes

Todo lo que hacemos, cada paso que damos en internet, cada like que dejamos, cada foto que compartimos deja una huella para ayudar a crear nuestra identidad digital. ¿Qué peligro presenta esto para un menor?

“Las redes sociales abren una puerta peligrosa: Es sabido el crecimiento exponencial a nivel mundial de casos de ciberacoso, grooming, pornografía infantil e incluso de robos de identidad. Pero hay otro peligro del cual no se habla mucho, y es aquel relacionado con cómo los algoritmos “leen” nuestra actividad. ¿A quién no le ha ocurrido sentir que su celular o computadora "lo escucha"? Esta situación conlleva muchas consecuencias”, explica la psicóloga.

Una de las consecuencias principales y más preocupantes, es la de perder la identidad personal que nos permite descubrir y explorar por nuestra cuenta. Al tener un cierto patrón de búsqueda, el algoritmo interpreta nuestros gustos y nos guía con publicidades o mensajes hacia todo lo que nos puede interesar por simple deducción. En el caso de los menores, este peligro se acrecentar ya que no tienen gustos desarrollados ni un amplio conocimiento sobre lo que pueden explorar y encontrar que sea de su agrado, así se puede llevar a cualquier persona a una actitud compulsiva y poco premeditada sobre lo que se consume online.

Celulares, redes sociales, la huella personal en el mundo digital. Unsplash.

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El rol que juega el reconocimiento social sobre la crianza

En primera instancia, el reconocimiento social responde de manera directa en la forma moderna de socializar. Tiempo atrás, la gente tenía otro tipo de privacidad y la "intimidad" permanecía mucho más resguardada, respetada por los demás. Hoy en día ese concepto perdió mucho de sí mismo. Todo lo que se puede publicar se publica, con o sin censura, y la franja de lo íntimo ya está completamente desdibujada.

Por otro lado, los padres también pueden sentir una necesidad inconsciente de recibir apoyo y validación por parte de otros en su rol de padres, buscar elogios y reconocimiento para sentir pertenencia y satisfacción. En el presente se está tan preocupado por la mirada del otro en relación a cómo lleva a cabo la crianza que hay una dificultad muy grande justamente en poder ocupar este rol, incluso hasta para poner límites por miedo a ser juzgados.

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Algunas consideraciones si elegís subir a tus redes contenido que incluya menores

• Poder limitar un poco la sobreexposición: Tratar de pensar antes de subir algo de nuestros hijos a las redes cuál es el fin de hacerlo. Podemos elegir qué cosas compartir y con quiénes, y qué cosas es mejor y más seguras dejar en el ámbito privado.
• Poder ver y limitar las reacciones y los comentarios que haya sobre la información que compartimos.
• A medida que los hijos crecen y son adolescentes, es MUY importante poder respetar sus preferencias y sus deseos sobre lo que se publica de ellos. Escuchar sus opiniones y validarlas, no cuestionarlas. Sobre todo si se trata de su imagen y de algo que los involucra.
• Tratar de poder despegarnos un poco de las redes y de la tecnología cuando compartimos tiempo con ellos. A veces, por publicar contenido en Instagram o en Facebook, nos olvidamos de vivir el momento, que al fin y al cabo es lo más importante.
• Escuchar más a los hijos y, sobre todo, escucharnos más a nosotros mismos. Independientemente de lo que la sociedad quiere y espera de nosotros como padres, debemos poder elegir ser quienes queremos ser.
• Promover la educación digital y fomentar el uso responsable de las plataformas desde niños, educando con el ejemplo y no solo con palabras.