Masacre de Cromañón, 20 años de recuerdo: historias y un reencuentro de dos protagonistas de la noche que nunca se olvida

Masacre de Cromañón.

El 30 de diciembre del 2024 quedó en la historia más triste de nuestro país. La muerte de 194 personas durante el recital de Callejeros en el boliche República de Cromañón dejó una huella imborrable para miles de personas y un recuerdo marcado a fuego para toda una sociedad.

Dos protagonistas de esta triste historia son Giselle Margonari y Martín Lobo, sobreviviente y rescatista, respectivamente, quienes hablaron con Canal 26 en un nuevo aniversario de la tragedia del barrio de Once.

Con 24 años, Giselle fue acompañada de su amiga Paola y el hermano de ella, Marco, al tercer show y cierre del año 2004 de Callejeros, la banda del momento en los primeros años del siglo XXI. Habitué de recitales y con un marcado gusto por el rock, asegura que el doloroso desenlace del show de la banda de Tapiales fue un "abrir y cerrar de ojos".

Tragedia de Cromañón. Foto X @Marcelitaojeda

"Cuando ocurrió el hecho, que fue en el primer tema, fue un abrir y cerrar de ojos. Estábamos adelante y atinamos a salir por el escenario pero rápidamente la gente nos empezó a empujar para el otro lado. Yo sabía que tenía que llegar a la entrada, y recuerdo que lo agarro Marco y toda la misma gente nos empezó a empujar. Hicimos un corte diagonal, mientras caía la mediasombra, yo me quemé un poco la pierna, y ahí quedamos en la última parte de la salida. Era un especie de embudo, que fue la peor parte, y en la que yo pensé que que no la contaba, que no salía. Ahí era 'sálvese quien pueda' y salir como sea", inició el recuerdo.

"Yo estaba caminando en el aire prácticamente, apretada, empujada... También había gente que ya se había caído al piso, que te agarraban los pies y las piernas. Se caían unos arriba de otros, todos queriendo salir de ese lugar que se quemaba y ya no se podía respirar. Me acuerdo de ese olor tan particular, ácido, de la bengala y de todos los químicos. Fue terrible la parte final, yo pensé que me quedaba ahí. Y cuando salí, salí pellizcándome porque no sabía si estaba viva o muerta", relató.

Al volver en la línea de tiempo, en ese momento los bomberos ya eran parte de uno de los episodios más tristes de nuestra historia. Y uno de ellos, integrante del equipo de rescate, fue Martín Lobo, quien a sus 34 años y con muchas experiencias en el lomo, trabajó a la par de sus compañeros salvado cientos de vidas.

Entrevista a Martín Lobo, bombero rescatista que trabajó en la Masacre de Cromañón. Video: Canal 26.

"Pasaditas las 23, ya estábamos cenando con mis compañeros de guardia, y sonó la alarma de un incendio en Cromañón, una confitería bailable de Once. Al llegar al lugar, tuvimos que descender del autobomba y seguir corriendo entre la gente. Cuando llegamos, nos encontramos con toda esta tragedia, que había puertas cerradas donde se escuchaban gran cantidad de gritos, golpes... Todo era un desastre, con muchas personas que querían salir", inició su recuerdo el bombero.

Entrevista a Martín Lobo, bombero rescatista que trabajó en la Masacre de Cromañón. Video: Canal 26.

"Y estuvimos varias horas haciendo ese trabajo de ayudar a las personas que se encontraban dentro del boliche. Esto sumado a que estamos hablando de un lugar a oscuras, en el que trabajas como a ciegas. En mi caso, en una de las entradas, caigo al piso, me tiraron... Eran los chicos desesperados. Entonces, a medida que te iban agarrando en el piso, era tratar de explicarles que sos el bombero, que los venía a sacar, que te dejen, porque todos te querían agarrar, era lógico. Así que era agarrar chicos y sacarlos, volver a entrar, agarrar chicos... Estamos hablando de cientos de personas ahí adentro", rememoró.

Martín Lobo en la Masacre de Cromañon.

Mientras Lobo y sus compañeros trabajaban, la odisea de los sobrevivientes de avisar a sus familiares que se encontraban bien también se llevaba adelante. En este caso, Giselle dio detalles de los minutos posteriores a salir del lugar que se cobró tantas vidas.

"Había gente que corría de un lado al otro, otros tirados en el piso, iban saliendo, saliendo, saliendo. Al encontrarme con Marco, nos preguntamos al mismo tiempo '¿dónde está Paola?'. No la encontrábamos por ningún lado. En la desesperación, me acordé que tenía monedas en una riñonera, hice dos cuadras y encontré un teléfono público. Allí dejé un mensaje en el contestador de la casa de mis padres, que se habían ido a comer con mi hermano y la novia. Yo intenté convencerlos a mi hermano y la novia para que me acompañen al recital, gracias a Dios que terminaron diciéndome que no. Mi hermano siempre fue asmático de chico y hubiera sido terrible. Les dije 'ma, se puso todo negro, no sé cómo salí, tengo miedo' y corté el teléfono. Cuando mis padres llegan de la cena, escuchan el mensaje y no entendían nada. Ahí mi hermano les avisa que yo estaba en Cromañón viendo a Callejeros y, al prender la tele, vieron que en todos los canales estaban las noticias del incendio. Mis papás salieron para Once y en ese momento, yo volví a llamar y hablé con mi hermano. Me dijo que me quedara en determinado lugar y allí pude encontrarme con mi familia. Nos abrazamos en la calle y ahí también nos enteramos que Paola estaba en el Hospital del Quemado", comentó.

Entrevista a Giselle Margonari, sobreviviente de la Masacre de Cromañón. Video: Canal 26.

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El después de un hecho tan doloroso

Pese a estar en otros eventos complejos, Martín recuerda como algo muy importante en su vida lo que vivió aquel 30 de diciembre del 2004. "Con el grupo habíamos estado en las Minas de Río Turbio (NdR: 14 de junio de 2004 - 14 mineros estuvieron atrapados por un incendio), en la Embajada de Israel, en la AMIA, en la Tragedia de Once, la explosión de Iron Mountain. Pero es duro, uno lo trata de superar y decir que, así como murieron casi 200 chicos, también salvé a mil, dos mil, a 500...Uno quiere hacer más pero somo seres humanos más allá de nuestra preparación", aseguró.

Por su parte, Giselle también habló del día después: "Esa noche no dormí. Pasaban las noches y yo no dormía. Con el correr de los días arranque con la terapia en el Hospital del Quemado. Te queda mucha culpa de estar vivo, el miedo de haber tenido a la muerte respirándote en el oído, que te vuelva a buscar en cualquier momento. Mucho miedo a escapar de la muerte. Y también empecé a preguntarme por qué otra chica murió y yo no. Es un dolor muy difícil de explicar y se me venían a la mente los gritos, el olor ácido y un montón de sentimientos encontrados", inició.

Giselle Margonari en la tapa del diario Clarin tras la masacre de Cromañón.

"Unos días después, me levanté y empecé a escribir todo lo que fue Cromañón. Cuando llegamos, cuando entramos, el momento del incendio...Cuando mi papá lo lee, me dice que, si quería, la podíamos enviar al diario porque estaba muy bien contado todo lo sucedido. Después vinieron a mi casa del Diario Clarin, me hicieron una nota y terminé con mi foto en la portada con la entrada en la mano. Hablé con muchos canales. Se nota que la carta era tan sentida y tan detallada que impactó mucho en la sociedad. Después tuve un tiempo en el que me alejé. Me agarró una desesperación de no querer tener más contacto con el tema", completó.

Entrevista a Giselle Margonari, sobreviviente de la Masacre de Cromañón. Video: Canal 26.

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Reencuentro en un reality

A 20 años de un episodio más que evitable, la vida los volvió a reunir en una situación inesperada: Survivor, Expedición Robinson, un reality show en la selva colombiana, en el que se anotaron para buscar una experiencia más en sus vidas.

Encuentro entre Martín Lobo y Giselle Margonari en Survivor, Expedición Robinson. Foto: Captura de TV.

"Fue algo muy loco encontrarme con él y lo siento como el "cierre de una herida", que obviamente queda abierta, que es parte del pasado, pero lo intento mirar hacia adelante porque la vida sigue. Gracias a que la vida siguió, tengo una hija, un trabajo, pude viajar...La vida continúa", afirmó la mujer de 44 años.

Encuentro de Martín Lobo y Giselle Margonari en Survivor, Expedición Robinson. Video: Gentileza Telefe.

Lobo también cuenta sus recuerdos de los días en la isla colombiana, en lo que fue el inicio de una amistad: "Me dio un abrazo muy sentido. Y después, tuvimos un encuentro y la verdad que fue muy emotivo. Está bueno recibir ese abrazo o esas palabras de agradecimiento. Giselle me dijo 'no sé si salí porque vos me liberaste una zona y eso hizo que pudiera salir mejor'. Fue un agradecimiento a la vida. Te da satisfacción pero a su vez te genera un trago amargo que uno va sumando y cargando. Pero es el trabajo que tenemos, en el que estamos para salvar y resguardar la vida de la sociedad, pero no siempre es posible. Espero que el mensaje de Giselle, de cerrar su historia agradeciéndole a un bombero, le llegue a todos los bomberos del país".

Por Matías Greisert
X: @MatíasGreisert