Tras haber sacado 13 ceros al peso en el curso de los últimos 52 años, Argentina atraviesa una dura situación dado que su moneda equivale a poco más de medio centavo de dólar. La cantidad de billetes en circulación, pegados uno tras otros, darían 6 vueltas a la Tierra.
Por Canal26
Domingo 15 de Agosto de 2021 - 16:22
Crisis económica en la Argentina. Foto: NA.
No ha sido nada auspiciosa la reciente actualización a cargo de la Dirección de Estadísticas y Censos de la Ciudad Autonóma de Buenos Aires en lo que se refiere al ingreso monetario necesario para que una familia tipo pueda ser considerada de “clase media-media”. El número asciende a $103.000 por mes, además de ser necesario que sean propietarios de una vivienda. La dura realidad y el difícil contexto, ha conmocionado a muchas personas que cada vez más complicado llegar a esos objetivos.
Tras haber sacado 13 ceros al peso en el curso de los últimos 52 años, Argentina atraviesa una dura situación dado que su moneda equivale a poco más de medio centavo de dólar. Entre tanto, con este marco, vale destacar que el billete de mayor circulación ($100) vale poco más de 50 centavos y que con el de máxima denominación ($1.000) solo se adquiere menos de 6 dólares al cambio libre.
La coyuntura tan preocupante se vió reflejada en un artículo de Sergio Serrichio en exclusiva para Infobae, y así las cosas queda claro que una entrada de dinero de 6 dígitos mensuales no asegura salir de la pobreza o pertenecer a la clase media. De este modo, según un relevamiento reciente a cargo de la Fundación para el Desarrollo Agropecuario de la Argentina, FADA), el billete de $1.000, que recién nacido bancaba un asado para 4 familias (ó 4 asados por hogar), ahora no alcanza para uno de una familia. Y mientras hace menos de 4 años llenaba un tanque de nafta, en la actualidad solo compra 10 litros.
Así mismo, dice Serrichio en su nota exclusiva, hace 3 meses Infobae había revelado que la cantidad de billetes en circulación, pegados uno tras otros, darían 6 vueltas a la Tierra. El dato es por demás impactnate. Tal como se expresa en Infobae, a partir de ese momento ese volumen ha mermado, dado que se imprimen casi exclusivamente los de $1.000, por aceleración de una tendencia previa. Entre diciembre de 2019 y el 30 de junio último el número de billetes de esa denominación en circulación pasó de 312 millones a 1.052 millones (aumentó 237%), bien por encima del ritmo de emisión de los de $500 (46%), y más aún de los de $200 (34,4%) y de $100 (10%). En tanto, se paralizó el resto de las demás denominaciones, excepto la de 20, tal vez por las funciones de “cambio chico” de un papel que a principios de 2018 valía más que un dólar.
Dice Serrichio también en Infobae que el envilecimiento de la moneda va a la par del empobrecimiento de la clase media. Históricamente, la percepción de pertenencia a la clase media duplica la condición real de familias y personas, si esta se mide por nivel de ingreso, coinciden un politólogo como Julio Burdman, profesor de la UBA y director de la consultora Observatorio Electoral, y Guillermo Oliveto, CEO de la consultora W, auscultador sistemático del consumo en la sociedad argentina.
El reciente informe de la oficina de estadísticas porteña presenta una estratificación algo más compleja que la histórica división clases alta-media-baja e identifica, por niveles de ingreso, 6 situaciones, a partir de las familias indigentes; aquellas que, para un “hogar-tipo” de 4 personas, perciben menos de $35.340 al mes, valor en julio de la “Canasta Básica Alimentaria” (CBA).
Posteriormente, continúa diciendo la nota de Infobae, se ubican los “pobres no indigentes”: cuyo ingreso familiar supera el valor de la CBA, aunque no alcanza al de la “Canas Básica Total” (CBT), de $66.545 por mes. Un peldaño arriba están los “no pobres vulnerables”, de ingreso familiar, superior a la CBT, pero inferior al conjunto de “canastas de consumo” o “Canasta Total” (CT), de 82.212 pesos.
A continuación está el “sector medio frágil”: percibe mensualmente entre 100% y 125% el valor de la Canasta Total (entre $82.212 y $102.764 al mes, siempre para una “familia-tipo” de 4 personas) y está muy expuesto al zarandeo de la economía. Recién entonces se llega a la clase media-media o consolidada, rango amplio que va desde casi $103.000 a casi $328.847, por sobre el cual se ubican las “clases acomodadas”.
Con este marco, diez largos e insostenibles años de estanflación y tres años y medio de recesión sin freno derivaron en una caída de actividad y fuentes de empleos y la lógica licuación del poder adquisitivo de los ingresos que ha literalmente destrozado la clase media y engordó las filas de pobres e indigentes a casi la mitad de la población argentina.
Marcelo Capello y Laura Caullo, del Ieral de la Fundación Mediterránea, indicaron en un reciete trabajo presentado que con una inflación acumulada del 40,4% al primer trimestre de 2021 respecto de igual período del año previo, la pérdida de salarios reales fue desde 2% en Tierra del Fuego a 10% en Neuquén, con un promedio de caída del 3,8%, considerando los índices de precios regionales. En este alarmente contexto, la clase media, se achica a ritmo sostenido en tanto que la pobreza es cada vez más extendida la pobreza.
Por su lado, el economista Orlando Ferreres, no logra tener en mente una etapa tan dura para la clase media. Al respecto, lo que pasó durante el período 2001/2002, dijo a Infobae, fue una explosión: muchísima gente cayó en la pobreza, pero luego hubo una recuperación rápida y una gran expansión del consumo. Muchos no salieron de la pobreza, pero hubo una etapa inicial de gran dinamismo. En los 80, la famosa “década perdida”, la economía y el PBI per cápita retrocedieron fuertemente, pero la clase media lograba mantenerse en esa condición. Hoy en día, en cambio, dijo Ferreres, “para la clase media es muy difícil mantenerse como tal, por el monto de los gastos fijos, desde las expensas de vivienda hasta la comida”.
Ferreres manifestó que la clase media tiene ahorros para poder soportar un tiempo más, muy acotado en meses, aunque luego tiene muchas dificultades para poder mantenerse socialmente. “Hoy la pobreza está en 42% de la población y en aumento. Es al revés de la historia de “m’hijo el Doctor”, que la gente pasaba de pobre a clase media”, señaló. El gobierno es consciente del fenómeno, concluyó, pero no hace nada para que haya inversiones del sector privado que aumenten el empleo. Para amortiguar la caída, observó Ferreres, solo ofrece “planes”, que cristalizan que el receptor no es más -y quizá no vuelva a ser- de clase media.
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