El martes Mauricio Macri anunciará un gran acuerdo con gobernadores. Pero las concesiones para alcanzar la meta tendrán un gran impacto en los bolsillos y en la producción.
Por Canal26
Domingo 9 de Septiembre de 2018 - 09:46
Se confirmó que la Reserva Federal subirá dos veces más la tasa de interés hasta fin de año, esto hace que la presión a los mercados emergentes suba y presagia una salida de capitales aún mas acelerada en los próximos meses.
La suba de tasas adicionales trajo los datos de un fuerte aumento del empleo y de los salarios en Estados Unidos, esto boliga a una política más restrictiva para evitar presiones inflacionarias. Para fin de 2018, una inversión de cortísimo plazo en bonos del Tesoro americanos ya estará pagando una tasa cercana al 3% anual en dólares.
¿Qué significa? que el panorama financiero seguirá siendo desfavorable para la Argentina. Y complica la posibilidad de una recuperación significativa de los bonos y una baja del riesgo país. Es probable que los mercados sigan cerrados para emisiones locales, aún cuando el FMI aprueba adelantar sus desembolsos al 2019, por un total de USD 29.000 millones.
El requisito para recibir ese desembolso extraordinario del Fondo es la aprobación en el Congreso del Presupuesto 2019 con equilibrio fiscal primario: "déficit cero". Pero aún así seguirá precisando de fondos frescos para hacer frente a los pagos de intereses de la deuda, por más de USD 10.000 millones. Todo el dinero necesario, de acuerdo a este esquema, provendrá de los desembolsos del Fondo, no siendo necesario recurrir al financiamiento de los mercados.
Para lograr este objetivo, el Gobierno recurrirá a un fuerte aumento de la presión tributaria. Todo lo contrario a lo que intentó hacer el Presidente Mauricio Macri desde que llegó al poder y sobre todo a partir de la reforma tributaria aprobada a fines del año pasado.
El acuerdo con las provincias muestra que o hay esfuerzo alguno para bajar el gasto público. Hay muy escasas señales de parte de los políticos argentinos sobre la necesidad de ajustarse el cinturón en un momento dramático. A ellos no le llegó la crisis.
Para pasar del déficit primario de 2,6% de este año a 0% el que viene el ahorro que debe alcanzarse es de $ 500.000 millones. Sólo una parte menor será el ahorro nacional en gastos corrientes y operativos. El resto recaerá como un martillazo en el sector privado.
El gasto en obra pública se reducirá a la mitad en términos reales. Pero la consecuencia será menos empleo, ya que la construcción es mano de obra intensiva.
El otro gran impuesto es la inflación. La pérdida de poder adquisitivo será la más grande desde 2009 y consultoras como Kantar Worldpanel estiman que la caída del consumo masivo (alimentos y bebidas principalmente) llegará al 5% en el segundo semestre. Los gobernadores ya consiguieron que se postergue al menos un año la rebaja del impuesto a los Sellos, uno de los más distorsivos para la actividad comercial.
El mayor pago de impuestos procura cerrar las cuentas públicas. Pero al mismo tiempo quita recursos para consumir en el caso de las familias o para efectuar inversiones en el caso de las empresas.
Conseguir la estabilidad del dólar es la mayor urgencia y el Banco Central parece haberlo logrado. Un tipo de cambio con menos volatilidad es una condición imprescindible para salir de la crisis.
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