El Gobierno busca frenar la suba de combustibles: reunión con petroleras y tope de 4% al aumento

Sergio Massa, ministro de Economía. Foto: NA.

Este lunes puede ser un verdadero día "D" en lo que se refiere al intento del Gobierno por ponerle freno a la suba de los precios de los combustibles en la Argentina. Los golpes al bolsillo, también en este apartado, se han dado reiteradamente este año, pese a loas no pocos anuncios oficiales que iban en sentido contrario y que indicaron en más de una oportunidad que no habría más aumentos.

Dado el alarmante estado de cosas y con los efectos de la indeseada inflación dejando huella en el bolsillo de la gente a la hora de llenar el tanque, el ministro de Economía, Sergio Massa, se reúne con la secretaria de Energía, Flavia Royón, el secretario de Comercio, Matías Tombolini junto a representantes de las principales operadoras de combustibles del país para cerrar un acuerdo de precios para el sector.

El plan previsto por Massa incluye un tope de aumento de 4% por mes y un compromiso para bajar paulatinamente ese ritmo de incrementos dentro de cuatro meses.

Desde la secretaría de Energía manifestaron que el objetivo ulterior es el de poder avanzar en sentido similar a lo que viene trabajando el secretario de Comercio con los productos alimentarios y el programa de "Precios Justos".

En este contexto, es que manifestaron: “La idea es llegar a un acuerdo de precios por cuatro meses con las principales operadoras de combustibles del país, para agregarlo al programa "Precios Justos"”.

Suba de combustibles en el país. Foto: NA.

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Las subas en promedio

Se trata de un acuerdo de precios de cara al receso estival por la expectativa que hay frente al movimiento turístico interno del próximo verano, después de un 2022 que mostró resultados récord. A principio de mes, las empresas YPF y Shell aumentaron el precio del combustible un 6% promedio en naftas y gasoil. El incremento tuvo una menor incidencia en nafta, que promedió más del 5%, mientras que el gasoil, aumentó más de un 7%. Esta disparidad se debe a que el costo de importación y el precio en surtidor local, así como el volumen importado para completar la oferta local, son mayores para el gasoil que para las naftas.

El ajuste en la Ciudad de Buenos Aires fue de 5,9% en naftas y 7,9% en gasoil, levemente más alto que el ajuste promedio, a fin de reducir las brechas de precios entre CABA y el interior del país, sobre todo con las provincias del NOA, que subieron 1% menos que en el territorio porteño.

Durante el último año, el ajuste de precio acumulado de las naftas fue de aproximadamente 52% y el del gasoil del 74% (62% en promedio). La suba fue impulsada por el inicio de la suba escalonada de los impuestos a los combustibles líquidos (ICL) y al Dióxido de Carbono (IDC), luego de que su actualización había sido postergada en siete ocasiones por el actual gobierno.