Hay algunas situaciones del pasado, que quizás no recordemos, que pueden dar una explicación a nuestras formas de relacionarnos a largo plazo. De este modo, hay ciertos indicios a los que hay que estar alerta, pudiendo desencadenar en un vínculo no sano y afectar nuestro bienestar emocional.
Los humanos somos seres sociales que necesitamos vincularnos con los demás porque nuestro cerebro así lo pide: necesitamos aprender a vivir con otras personas, a sentirnos iguales y a la vez diferentes. En ese sentido, nuestras vivencias de la infancia juegan un rol muy importante y van a determinar nuestros comportamientos a futuro.
De todas formas, es muy importante captar la diferencia entre la necesidad de sociabilizar, que es algo que está en nuestra esencia, y, por otro lado, la necesidad de una persona para vivir. Esto último suele ser un grave error, ya que todos nacimos completos y tener pensamientos así de obsesivos son un llamado de alerta.
Por eso que existen algunas personas que puedan tener más tendencia a sufrir la "necesidad del otro" y generar vínculos tóxicos. Su explicación puede estar en el pasado, y además, estar asociado a un concepto llamado apego afectivo. Si bien esto es algo normal que ocurre en los primeros años de vida, puede terminar generando dependencia emocional y ahí es donde se convierte en un problema.
Te puede interesar:
Los más ardientes del horóscopo: los signos del zodiaco más apasionados en la cama, según la astrología
El apego es un vínculo afectivo que se establece durante los primeros años de vida entre un niño y sus cuidadores. Su principal función es proporcionar seguridad al niño/a en situaciones de inseguridad, amenaza, relación con otros o explorar lo que les rodea.
"El apego emocional es necesario, sobre todo en la infancia, porque es lo que nos permite crear vínculos", explica Fiorella D’amico, psicóloga especialista en Clínica Sistémica (MN 71532) a Canal 26. A lo que suma: "El problema aparece con la dependencia emocional, que es lo que nos genera sufrimiento. Esta puede aparecer porque no hemos aprendido a tolerar el sufrimiento o a atravesar situaciones complejas que vienen junto al camino de la vida".
El apego es un vínculo afectivo que se establece durante los primeros años de vida entre un niño y sus cuidadores. Foto Unsplash.
El apego se clasifica en dos grandes grupos. Por un lado, está el "apego seguro" que aparece gracias a un consuelo en las relaciones cercanas, y como consecuencia de esto, las personas aprenden a gestionar sus emociones, sus malestares o situaciones complejas. Por otro lado, se encuentra el "apego inseguro" que puede generar que una persona "encuentre dificultades, no solo para regular sus emociones, sino también para generar confianza en sí mismo y en los vínculos con los demás", detalla la licenciada. Es acá es donde nace la dependencia emocional.
Estas vivencias de la infancia pueden construir un estilo de apego inseguro a lo largo del desarrollo de nuestras vidas y "llevarnos a vínculos disfuncionales o relaciones tóxicas". Es lo que hace que muchas veces "la persona que tiene dependencia emocional normalice esta forma de vincularse y que desconozca que hay otras formas de relacionarse que son mucho más sanas", amplía la especialista.
Entonces, esa condición es la que genera en el futuro que "no podamos abandonar un vínculo con la pareja, con las personas, con la familia, con una idea, con un objeto, ya sea por miedo al cambio, por miedo a la soledad, por un montón de razones e incluso problemas de autoestima". Más allá de la razón que haya, la dependencia emocional en la pareja es un problema que viene junto a una demanda de "exceso de compañía, de celos o de expectativas sumamente exigentes", agrega.
En ese sentido, Fiorella D’amico advierte que hay que estar muy atentos si ese vínculo significa todo para nosotros, ocupa todo el lugar que hay en nuestra mente, toda nuestra energía y es absolutamente nuestra prioridad. Un llamado de atención porque "si hay algo que ocupe tanto, no hay un espacio para nosotros, no hay un espacio para uno".
Todos escuchamos alguna vez la frase que se refiere a descubrir el amor como "encontrar nuestra media naranja". Lamentablemente, estas palabras por más que parezcan tiernas arrastran un gran error y es que los seres humanos nacemos completos y no nos falta ninguna mitad.
La dependencia emocional comienza desde "una creencia irracional que ese vínculo de alguna manera nos va a asegurar de manera determinante, única y permanente, placer, seguridad y felicidad", añade la psicóloga. Por eso, quien sufre esta necesidad va a estar convencida de que sin esa relación es imposible ser feliz.
Si hay algo que ocupe tanto lugar en nuestra mente, no hay un espacio para nosotros
Es común disfrazar a la dependencia como si fuera amor. Sin embargo, lo que la define no es el deseo o el amor -asegura la experta- sino "la incapacidad de renunciar a ese vínculo a pesar de que resulte dañino tanto para la salud mental como para el bienestar general de la persona".
Te puede interesar:
Las personas solteras tienen mayor probabilidad de sufrir depresión, según un informe
Una de las preguntas del millón es si una relación tóxica tiene vuelta atrás y la respuesta es que todo siempre depende del contexto. Un vínculo se puede volver tóxico por diferentes motivos. Ahora bien, si ese motivo es la dependencia emocional, las probabilidades de revertir la situación, siempre y cuando haya voluntad de ambas partes, son amplias.
En cuanto al tratamiento, D’amico explica que al principio lo más importante es poder "registrar, reconocer y aceptar si el vínculo que tenemos o que estamos construyendo no es sano" y si esto, a su vez, nos está generando "malestar o inseguridades". En estos casos, hay que tener siempre presente que buscar ayuda para generar un cambio "no es un sinónimo de debilidad, sino de fortaleza".
Si el vínculo significa todo para nosotros, es un llamado de alerta
Entonces la idea es que se pueda trabajar primero con esa persona que tiene esa necesidad irracional, sobre todo en su autoestima, para poder tener espacios para sí mismo y generar sobre todo relaciones sanas. El objetivo no debería ser superar el apego emocional o dependencia emocional, sino "aprender a gestionarlo", sobre todo cuando esta dependencia emocional le trae a la persona "un gran malestar", concluye la psicóloga.
Te puede interesar:
Cómo identificar a una persona tóxica: los cinco rasgos más comunes que afectan tus relaciones
Algunas de las manifestaciones que pueden hacer evidente la dependencia emocional son:
Por eso es muy importante que ante cualquiera de estos indicios, pidas ayuda a un profesional de la salud, quien podrá guiarte de forma adecuada para buscar alternativas y para generar recursos y herramientas que te permitan crear un cambio en tu vida en favor de tu bienestar físico y mental.
1
Chau pesas: los 3 ejercicios claves para tonificar los brazos a partir de los 60 años
2
Flexiones de brazos: cuántas hay que hacer por día para fortalecer los músculos del pecho
3
Recuperar la flexibilidad después de los 40: cuatro ejercicios básicos para elongar músculos y articulaciones
4
Adaptarse al calor: los ejercicios ideales para que las personas mayores se mantengan en actividad durante el verano
5
Rico y saludable: el superalimento que fortalece los huesos y ayuda a bajar de peso