La Organización Mundial de la Salud eligió el 10 de septiembre para concientizar sobre esta problemática multifactorial, relacionada a la ansiedad y depresión, entre otras causas.
Desde el 10 de septiembre de 2003, se celebra anualmente el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, según lo establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), quien busca concientizar sobre esta temática delicada y, un tanto, tabú.
La OMS define el suicidio como un acto deliberadamente iniciado y realizado por una persona en pleno conocimiento o expectativa de su desenlace fatal, mientras que la Real Academia Española (RAE), lo sintetiza como una "acción o conducta que perjudica o puede perjudicar muy gravemente a quien la realiza".
"El suicidio es la cuarta causa de muerte entre adolescentes y jóvenes (de 15 a 29 años) a nivel mundial, y la quinta entre adultos en la franja de 30 a 49 años", precisó el ente en 2023.
El organismo de salud con sede en Ginebra (Suiza), describe el suicidio como problema multifactorial, que resulta de una compleja interacción de factores ambientales, biológicos, genéticos, psicológicos y sociológicos, entre otros entornos.
También, sostiene que la prevención y el tratamiento correcto sobre el abuso de alcohol u otras sustancias, ansiedad o depresión, en personas que intentaron quitarse la vida, ayuda a reducir en un gran número las tasas de suicidios.
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"Las personas con riesgo suicida, pueden dar señales de alarma con dichos o actos deliberados en los que ponen en riesgo su salud o porvenir", apunta la licenciada en psicología y directora de VISAM Salud Mental, Julia Figueroa (M.N. 31766 y M.P. 83225).
Y diferencia: "Puede haber manifestaciones explícitas, que no dejan dudas de que la persona está pensando en la muerte como alternativa. Y otras, pueden no ser tan explícitas, como las autolesiones, donde no necesariamente tienen un fin de terminar con la vida".
Figueroa explica que "para cualquiera de ellas lo importante es detectar la necesidad de que concurra a profesionales de la salud a cualquier centro de salud o guardia, donde se encargarán de evaluar el grado de riesgo suicida y la asistencia pertinente para cada caso".
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En este contexto sumamente delicado y, a veces indetectable, debemos saber que no es obligación de nadie tener que solucionar la urgencia o curar esa necesidad puntual, sino que lo más importante, es ubicarla y darle un alojamiento momentáneo.
"Con el solo hecho de reconocer en el otro (creer) que se encuentra con un padecimiento subjetivo de desesperación, ya es habilitar y darle un lugar al sufrimiento. Así, se puede generar una posición expectante y encontrar una salida distinta, un amarre en lo simbólico con un otro, frente a lo irreconocible de la muerte", aconseja la directora de VISAM.
Y recomienda sobre el trato acorde para una persona con pensamientos suicidas: "La importancia está en brindarle tiempo, habilitar su dolor y saber acompañar. De esta manera, se establece un alojamiento momentáneo, necesario para que, en un segundo plano, se pueda pedir asistencia profesional".
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La licenciada en psicología Lourdes Jorge (M.N. 65981) indica que "no existen motivos únicos. Hay tantas como personas. Dependen su historia de vida, factores biológicos, antecedentes, recursos bio-psico-sociales, ciclo vital como el contexto externo del momento".
"Como factor general causal, a modo de ejemplo, uno de los motivos, puede ser la caída de figuras representativas y redes de apoyo (familia, amigos, partenaire, salud, trabajo, etc.), pero casi nunca puede explicarse desde un solo motivo. La evaluación implica el análisis de varias esferas en la vida de cada sujeto", señala Jorge.
La especialista hace hincapié que, en etapas más vulnerables como la adolescencia, encontramos mayor cantidad de conductas de riesgo y observamos cómo se arraiga un sentimiento confuso de faltas en su existencia propia de la edad.
"Son sufrimientos difusos y el trabajo terapéutico es devolver a esos representantes que lo atan 'a la vida' que por la lógica del deseo y el amor vuelvan a encontrar los encauces de su existencia. Muchas veces estas conductas de riesgo son una manera ambivalente de lanzar un 'llamado' a los más cercanos, también como una forma de darles sentido y valoración", señala.
Línea de Prevención del Suicidio - Ayuda a Personas en Crisis
Si usted, algún familiar o allegado suyo, está atravesando una crisis emocional de cualquier tipo, siente que nada tiene sentido o se encuentra atrapado en una situación a la que no le encuentra salida, llame al siguiente número: 135 (línea gratuita desde Capital y Gran Buenos Aires).
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