La senadora Di Tullio trabaja en un borrador de "Ingreso Complementario". Inició las consultas.
Por Canal26
Martes 19 de Julio de 2022 - 08:32
Referentes del kirchnerismo. Foto: NA.
Llega a la Cámara Alta del Congreso la idea de avanzar con el Salario Básico Universal. Se trata de un tema que tiene en vilo al arco político y social del país y que está en el centro de la escena.
Con este marco, el kirchnerismo duro trabaja por su lado en una iniciativa propia muy parecida, pese a que su alcance es más acotado. Juliana Di Tullio, jefa del bloque de Unidad Ciudadana en el Senado, dio por iniciada una ronda de consultas y reuniones por su primer boceto del proyecto de Ingreso Complementario.
La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner hizo declaraciones recientemente dando un espaldarazo a la propuesta de expandir el sistema de seguridad social con una cobertura universal para adultos en edad laboral (entre 18 y 64 años), sin ingresos formales, fue determinante en este sentido.
La idea de "Salario", que impulsa el Frente Patria Grande de Juan Grabois, resonaba en la mayoría de las organizaciones sociales y también en el kirchnerismo porque interpretan que de ninguna manera una asignación equivalente a la canasta básica de un adulto (14.400 pesos a valores actuales) puede considerarse sustituto de una remuneración salarial. Es, en todo caso, un complemento de otros ingresos que necesariamente los beneficiarios deben conseguir para satisfacer sus necesidades básicas. A lo sumo, se plantea como un refuerzo que alcanzaría para evitar la indigencia, pero no suple la remuneración de un trabajo. Un salario, por definición, obliga a una contraprestación laboral y no es precisamente ese el eje de la propuesta del proyecto presentado por el diputado del Frente de Todos Itai Hagman, quien responde a Grabois.
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La idea que entró hace días a la Cámara baja está basada en la premisa de que la inmensa mayoría de las personas que serían beneficiarias de este nuevo derecho ya trabaja en actividades no registradas, ganando apenas lo elemental para la subsistencia diaria, y sin gozar de los derechos consagrados para los trabajadores formales como obra social, vacaciones, aguinaldo, licencias y aportes a la seguridad social. Por eso, un refuerzo de ingresos que sea universal contribuiría a garantizar un piso mínimo de recursos económicos.
El proyecto de Hagman apunta en principio a un universo de 7,5 millones de personas sin ingresos formales, la propuesta de Di Tullio no sería tan abarcativa ya que solamente se destinaría a familias de cuatro miembros o más que no alcancen a cubrir la canasta alimentaria. Por ahora, sin embargo, no hay mayores precisiones y la iniciativa se maneja con cautela y hermetismo. Recientemente, el equipo técnico de la senadora kirchnerista, quien preside la comisión de Trabajo y Previsión Social del Senado, se reunió con Hagman para intentar llegar a puntos de acuerdo y empujar todos juntos una iniciativa común.
Entre tanto, organizaciones sociales como la UTEP y el Frente Popular Darío Santillán, que amenazan con despegarse del Gobierno de Alberto Fernández por serias discrepancias con las metas acordadas con el FMI, saldrán a la calle mañana con el proyecto de Salario Básico Universal como reclamo de cabecera. En medio de un clima de agitación, se unirán a las organizaciones piqueteras de izquierda en protestas que prometen un escenario de caos en el centro porteño.
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Varias organizaciones sociales de izquierda, como el Polo Obrero, no van en sintonía con la propuesta del Salario Básico Universal, y piden un seguro de desempleo por un monto mucho mayor. Creen que un Salario Universal supondría naturalizar la precariedad del trabajo y postergar la lucha contra las causas que originan la pobreza y la falta de empleo formalizado.
Desde las organizaciones sociales nucleadas en la UTEP, en cambio, valoran que el SBU se trate del reconocimiento de un nuevo derecho que apunta a eliminar la indigencia. También ponderan que se trata de una política social que al igual que la Asignación Universal por Hijo se mantendrá independientemente de los cambios en el Gobierno. Por último, argumentan que reconoce el valor de las tareas de cuidado, realizadas principalmente por mujeres. En el Movimiento Evita hay posiciones divididas. El diputado nacional Leonardo Grosso estuvo en la presentación del proyecto de Hagman, pero hay sectores de la organización liderada por Emilio Pérsico que coinciden más con la mirada del Polo Obrero. Creen que hay que expandir las fronteras del trabajo registrado y como medida de emergencia para "el mientras tanto" reeditar los IFE.
La presión del ala izquierda del kirchnerismo choca contra la negativa del Gobierno a abordar una iniciativa de esas características en el actual contexto de crisis aguda. La portavoz del Gobierno, Gabriela Cerruti, había prácticamente clausurado el debate el 7 de julio pasado cuando dijo que no cerraban las cuentas y que el país no estaba en condiciones económicas de financiar una política social de ese calibre.
No obstante, la misma protagonista abrió ayer una pequeña hendija de esperanza para los movimientos sociales oficialistas cuando al ser consultada al respecto contestó que "nada está descartado en relación al salario universal".
"Hay que tener flexibilidad e imaginación en este momento para que las cosas mejoren", agregó, enigmática, la vocera del Gobierno.
Al día siguiente de los primeros anuncios económicos de la flamante ministra de Economía, Silvina Batakis, en la que hubieron guiños únicamente al mercado, la Ciudad de Buenos Aires amaneció con afiches que pedían por el Salario Básico Universal, con una leyenda que interpelaba al elenco gobernante: "¿Le negarías a alguien el derecho a comer?".
En la última sesión, diputados del Frente Patria Grande pero también otros oficialistas como la vicepresidenta del bloque, Cecilia Moreau, colocaron sobre sus bancas un cartel que rezaba: "Salario Básico Universal. ¡Ya!".
Al margen de las dudas en el Gobierno, la oposición de Juntos por el Cambio adelantó a través de varios de sus exponentes el rechazo a los proyectos de salario o ingreso universal. En el caso de que el tema sea abordado por el Congreso, el oficialismo deberá inevitablemente tender puentes son sectores minoritarios de la oposición. La posibilidad de que la medida salga por decreto hoy por hoy no tiene peso.
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