Fernando Gray, intendente de Esteban Echeverría, se opone al hijo de la vicepresidenta de la Nación. Máximo Kirchner cuenta con el apoyo del presidente Alberto Fernández y pretende seguir como vicepresidente.
Por Canal26
Domingo 3 de Enero de 2021 - 13:00
Máximo Kirchner, Partido Justicialista. Foto: NA.
Todo se activó cuando el presidente Alberto Fernández sostuvo públicvamente que el jefe del bloque del Frente de Todos en la Cámara de Diputados, Máximo Kirchner, "tiene todas las virtudes" para presidir el PJ bonaerense, lo cual ha reavivado la interna en el distrito más grande del país.
Es que frente a esa idea del mandatario, son muchos intendentes que no quieren ceder en la tradición de que el presidente del PJ bonaerense sea justamente uno de ellos. Es por esto que resisten la entronización del líder de La Cámpora, más allá del respeto que pueda haber por su figura y pese a los deseos presidenciales.
Con este marco, Alberto Fernández minimizó las tensiones y trató de mostrar un mensaje de unidad, pero con un guiño explícito a las aspiraciones del hijo de la vicepresidenta Cristina Kirchner.
Como sea, lo concreto es que el rechazo está y es más fuerte de lo que muchos podían llegar a pensar. El tema no está cerrado.
Esta compleja situación interna que atraviesa el Partido Justicialista de la Provincvia de Buenos Aires, también quedó reflejada en un artículo a cargo de Joaquín Mugica Díaz, para Infobae, en el que salen a la luz internas difíciles de zanjar.
Fernando Gray, intendente del municipio de Esteban Echeverría y actual vicepresidente del PJ Bonaerense, no acepta por el momento la llegada de Máximo Kirchner a la presidencia del partido en el mayor distrito del país. Con este marco, sostuvo recientemente Gray: “No voy a renunciar. Me la voy a bancar. Quieren entrar al PJ por la ventana”.
La indignación, el enojo y el fastidio son -a esta altura d elas circunstacias- inocultables.
Gray no está solo en su cruzada, y forma un gran ntándem con Gustavo Menéndez, intendente de Esteban Echeverría, quienes desean cumplir con los tiempos electorales. Pretenden, como otros, resistir el arribo del hijo de Cristina Kirchner hasta que sea posible.
Según la nota de Mugica Díaz, "Gray no acepta que lo quieran correr. Siente que La Cámpora se lo quiso llevar puesto a él y a un puñado de intendentes que está cerca pero que no asoman la cabeza para darle volumen a la resistencia. A la mayoría de los intendentes del conurbano no les gustaron las formas con las que el kirchnerismo impulsó a Máximo para llegar a la cúpula del partido, pero bajaron las armas cuando escucharon a Alberto Fernández decir que el hijo de su compañera de fórmula era la mejor opción para la presidencia".
Los intendentes del counurbano bonaerense tienden más al pragmatismo y son grandes conocedores los límites en la política. Fundamentalmente los que se dan en la provincia de Buenos Aires. Esto llevó a que cuando el Presidente Alberto Fernández sostuvo, como indicamos, que Máximo tenía “todas las virtudes” para ocupar el cargo, la discusión recién comenzaba y... lejos está de llegar a un buen final.
Alberto Fernández y Máximo Kirchner. Foto: NA.
“Si estás en contra de Alberto, Cristina y Máximo, mucho lugar no te queda en el peronismo”, dijo oportunamente Gray, mientras que otro referente del PJ bonaerense sostuvo que “te puede gustar o no, pero nuestro partido es verticalista y si el Presidente dio su opinión, ya no hay nada que discutir”.
Muchos creen con este marco que lo dicho po el Presidente no se discute.
Así mismo, refiere Joaquín Mugica Díaz en su nota para Infobae que "Los jefes comunales, junto a los gobernadores, no solo obedecen el mandato de Fernández, sino que buscan construir sobre su figura la autoridad que Cristina Kirchner destruye en cada una de sus críticas a la gestión. En definitiva, fueron esos dirigentes los que, desde la política, forzaron la llegada de un candidato con perfil dialoguista a la primera línea del peronismo. Luego, la jugada electoral de la ex presidenta, los encolumnó a todos. Gray trata de mantener alineado a un grupo minoritario que integran intendentes, legisladores y consejeros. Asume que le costará resistir la embestida que implica la proclamación de Máximo como nuevo presidente del PJ Bonaerense y espera que un instrumento para poder hacerlo sea el mecanismo de elección del partido. Formalidades que, para los impulsores de Kirchner, no son un problema a tener en cuenta".
En este contexto, si Máximo Kirchner quiere asumir el mando del PJ bonaerense , debe renunciar la mitad más uno del Consejo del PJ de la provincia. Se trata de 48 miembros y 24 suplentes. Si renuncia un titular se da la situación en la que debe ingresar un suplente. Posteriormente, el Congreso debe declarar acéfalo el partido y, una vez pasados 60 días, convocar a elecciones. En esos comicios se presentarían las listas que pretendan competir o una lista única de unidad, como suele suceder en el peronismo. Gray confía en que ese proceso no se pueda llevar adelante con absoluta normalidad.
También se dice en el informe de Infobae, que "en un video de fin de año, que hizo circular en las redes sociales el 31 de diciembre, envío un mensaje entre líneas dirigido a Máximo Kirchner y el amplio sector del peronismo que respalda su arribo al PJ. “Vienen tiempos distintos, vienen tiempos de diálogo, de apertura y de consensos. No de imposiciones. Vienen tiempos de respeto a las instituciones democráticas en la pluralidad y la diversidad”,manifestó.
Por ésto, se cree que de este modo -y sin mencionar a nadie- la guerra se ha declarado.
En el 2017 los intendentes de la primera y la tercera sección electoral de la provincia, donde están los distritos más poblados de Buenos Aires, acordaron que haya una alternancia en la presidencia del PJ. El “Tano” Menéndez, jefe comunal de Merlo, ingresó a la fórmula como representante de la primera y Gray lo hizo por la tercera. Con ese consenso mantuvieron la unidad y dieron una señal más en el largo camino de gestos que el peronismo recorrió en los últimos dos años antes de aglutinarse en el Frente de Todos.
Continúa Joaquín Mugica Díaz en su artículo: "En diciembre de 2018, con una fuerte impronta kirchnerista y respaldo sindical, el intendente que resiste la llegada de Máximo asumió la conducción del partido. En ese entonces la ex presidenta Cristina Kirchner le envió una carta de apoyo y Máximo lo recibió en el Instituto Patria. Entre los jefes comunales dicen que Gray es uno de los más vinculados al kirchnerismo y que les extraña su oposición tan dura en la nueva interna. “Lo van a terminar dejando afuera de todo en los próximos años”, le confesó a Infobae un intendente que lo estima y que se caracteriza por hacer equilibrio en la rosca peronista. En primera instancia la resistencia a la llegada de Máximo Kirchner había sido compartida con Menéndez y “Juanchi” Zabaleta, el intendente de Hurlingham. A ninguno les había gustado la imposición del candidato, un movimiento que desmienten en el kirchnerismo, donde aseguran que fueron los intendentes los que le pidieron a Máximo que sea el presidente del PJ y que él solo pidió consenso total para ocupar el lugar".
Juan Zabaleta, intendente del municipio bonaerense de Hurlingham, que claramente responde a Alberto Fernández y que incluso había expresado sus dudas respecto del rol a ocupar por el hijo de la vicepresidenta de la Nación, se ha decidido a calmar las aguas (que bastante agitadas están). Dijo Zabaleta: “Máximo Kirchner es un referente de esta coalición con el que compartimos estas políticas y con el que vamos a compartir también espacios de construcción”. Así mismo, otros intendentes del Conurbano bonaerense, decidieron alinearse con el presidente. Pero esto no significa que las diferencias estén zanjadas, sino todo lo contrario. Es que de hecho, hay un importante grupo compacto de intendentes y otros dirigentes del Partido Justicialista que no quieren ceder, ni mucho menos renunciar a sus cargos, y así las cosas desconocen el pedido (o deseo) de Alberto Fernández, mientras ratifican que el mandato de la conducción partidaria caduca en diciembre del 2021.
Máximo Kirchner, apoyado por el presidente. Foto: NA.
De todos modos, como se dice en el informe de Infobae, Menéndez y Zabaleta se hicieron a un lado del conflicto de inmediato. Ya habían aflojado su postura la semana pasada luego de reuniones y llamados encabezados por Eduardo “Wado” De Pedro y Gabriel Katopodis para distender la discusión y buscar un acuerdo, y terminaron de aceptar el arribo de Máximo cuando Alberto Fernández habló el último domingo. Si lo dijo el Presidente, fin de la discusión. Los dos terminaron aceptando que no tenía sentido resquebrajar la unidad de la coalición por un debate de poder.
Finalmente, dice Joaquín Mugica Díaz en su nota de Infobae: "El último gesto que realizaron para dejar en claro esa posición fue su presencia en un asado que se realizó el miércoles en José C. Paz, donde gobierna el histórico Mario Ishii, y en el que estuvieron el Presidente, Máximo Kirchner, “Wado” De Pedro, Santiago Cafiero, funcionarios de la provincia de Buenos Aires y un grupo de intendentes del conurbano. Esa imagen intentó ser un gesto de respaldo al presidente del bloque de diputados del Frente de Todos, pero faltaron más jefes comunales para que tenga realmente volumen. La llegada de Máximo Kirchner a la presidencia del PJ Bonaerense sería en marzo, en el mismo momento que Fernández asuma la presidencia del partido a nivel nacional. El jefe de Estado quiere fortalecer la unidad peronista y revalorizar la identidad del partido. La presidencia de Fernández y Kirchner es un gesto de equilibrio de poder en la coalición. Por eso también el Jefe de Estado aceptó la candidatura del líder camporista. El contrapeso interno es sinónimo de gobernabilidad".
Y finalmente: "Gray resistirá hasta donde pueda. El arribo de Kirchner al partido parece ser un hecho. Hay un consenso mayoritario para que suceda. Y, sobre todo, su arribo al PJ Bonaerense tiene el respaldo de Alberto Fernández y Cristina Kirchner. No hay poder territorial que pueda frenar esa decisión. La mayoría de los intendentes hicieron uso de su cintura política particular y aceptaron en silencio. Un peso pesado del conurbano lo describió en un lenguaje coloquial: “A los muchachos no les gustaron las formas de la llegada de Máximo. Les hizo ruido la imposición. Pero todo se va a encaminar porque lo pidió el Presi”.
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