Fue apartado de las comisiones que integraba, pero Jorge "El Loco" Romero sigue en su banca. La denunciante, Stephanie Calo asegura que hay complicidad en la agrupación para protegerlo.
Por Canal26
Domingo 19 de Mayo de 2019 - 12:09
Stephanie Calo, quien denunció al senador de La Cámpora, Jorge Romero, exige la renuncia del funcionaro."Al violento todavía no lo citaron, pero a mí, sí", dice.
El reglamento interno del Senado establece un máximo de cinco inasistencias consecutivas sin justificar.
"Hay hipocresía, incluso por parte de dirigentes mujeres. "Un 'yo te banco', que no es tal", alega Stephanie. "Algunos referentes se escudan en el remanido "habrá que esperar que se expida la justicia". Se genera un clima hostil que termina expulsando a las denunciantes, supuestas "culpables" de haber tenido una actitud inorgánica "lavando los trapitos sucios" fuera de casa. "A los sectores que me apoyaron, empezaron a retacearles recursos desde arriba", sostiene.
Stephanie comenzó a militar en 2013, cuando tenía 20 años, en la agrupación Néstor Vive, y después se integró a La Cámpora.
En 2017 conoció a Romero a quien, según cuenta ella, "lo endiosaba. Se decía que iba a ser gobernador".
Un día, un jefe, "el Misio" Cáceres, le pidió que les presentara amigas a unos compañeros que habían llegado desde el interior. Salieron en grupo a cenar, a bailar y después fueron a un "after" a la casa de Cáceres.
Romero llegó con otros militantes de Florencio Varela. Ya en la casa, una amiga de Stephanie fue con "el Misio" a su cuarto y ella decidió tener sexo con otro chico que le había gustado. Pero el Loco les abría la puerta de la habitación, en lo que parecía solamente una broma pesada. Entonces, Stephanie decidió salir y sentarse a fumar.
En ese momento, Romero expresó: "Déjenla, tiene que descansar, que después tiene que seguir". La frase hacía mención a que tenía que practicarle sexo oral a él y a sus dos acompañantes. Para esto, el "Loco" la encerró con uno de los muchachos.
Cuando el chico trató de darle un beso y ella se negó, la dejó tranquila y se pusieron a charlar. El Loco abrió la puerta y entró el segundo de sus amigos, que también aceptó la negativa de Stephanie. Al salir de la cocina, el funcionario la encerró dentro del baño, se bajó los pantalones y le dijo' chupame la p...'".
Stephanie se reía, nerviosa, y ensayó mil excusas. Le dijo que se sentía mal, que estaba indispuesta. Incluso intentó convencerlo de que quedaran para otro día, con tal de que la dejara salir. El hombre la liberó cuando escuchó que el dueño de casa y la amiga de Stephanie habían salido del dormitorio.
Pasaron los días y ella viajó a San Nicolás, allí tuvo miedo de dormir sola en el gimnasio que les habían asignado y le pidió a una compañera que se acostara en el mismo colchón que ella.
El hecho llegó a oídos de su responsable, Miguel Ángel Delpo, que quiso reunirse con ella. "Me dijo que me creía porque el Loco era así con las mujeres, que no había sido la única y que había casos por todas partes, sin darme detalles", relata.
Sobre el rol de las mujeres en la agrupación, dijo: "Las mujeres no tenemos oportunidades de crecer. Nuestro rol siempre es menor. Servimos para abrir y cerrar los locales, para las compras comunitarias, para atender a los jubilados. Para las oficinas de género también, porque no las pueden cubrir ellos. Pero cuando hay que discutir políticas, son siempre varones".
"A Mayra Mendoza la pusieron en la mesa de conducción porque lo pidió Cristina, pero después decían que estaba ahí solamente porque era la mujer de Ottavis. Si llegabas, te ninguneaban. Había compañeras que tenían méritos para llegar a comuneras, pero ellos ponían amigos", manifestó.
"Si te maquillabas o te vestías bien, era para provocarlos, según ellos. Lo mismo si te recortabas la remera de la agrupación porque tenías calor. Cuando un diputado se separaba, siempre había un asesor que le marcaba las chicas que se podía c...", se indigna.
La semana pasada, el bloque de Unidad Ciudadana del Senado reemplazó a Romero en las comisiones que integra: Comercio Interior, Pequeña y Mediana Empresa y Turismo ni las de Trabajo y la de Legislación Social.
Hacia fines del año pasado, Romero fue acusado en las redes sociales por la militante de La Cámpora Stepanhie Calo por pretender obligarla a practicarle sexo oral en enero de 2017, en la casa de otro compañero de esa agrupación política.
"Soy un varón criado en una sociedad patriarcal. Además soy un militante político con responsabilidades. Desde ese lugar, y a la luz del trabajo de visibilización que han hecho mis compañeras de la organización donde milito, puedo ver que en el pasado tuve prácticas machistas que en ese momento parecían naturales", reconoció en ese momento Romero en su cuenta de Twitter.
El legislador de Florencio Varela anunció en esa red que por ese motivo, decidió "dar un paso al costado" de sus "responsabilidades políticas" para someterse a "los procesos que determine la aplicación del protocolo".
No obstante, Romero no pidió licencia ni renunció pero dejó de asistir a la Legislatura bonaerense.
Desde el oficialismo entienden que desde el bloque Unidad Ciudadana no le exigen que dé un paso al costado porque evitan, así, que en su reemplazo asuma la ex vicegobernadora y ex ministra de Educación, Graciela Giannettasio, quien no es afín al kirchnerismo.
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