Gustavo Melella, jefe comunal de Río Grande y aspirante a gobernador de Tierra del Fuego, fue denunciado por acoso y abuso.
Por Canal26
Domingo 14 de Octubre de 2018 - 17:59
Gustavo Melella, jefe comunal de Río Grande y aspirante a gobernador de Tierra del Fuego, fue denunciado por acoso y abuso. Desde su entorno afirman que es una “maniobra política”. Los detalles de la denuncia.
Alfredo Suasnabar, de 55 años, trabajador de la construcción en Río Grande, Tierra del Fuego es uno de los que denunció ante la Justicia al intendente local, Gustavo Melella, de abuso y acoso sexual a cambio de trabajo. En su denuncia relata: “Un día estaba mal, era el mes de enero, no había trabajo, no tenía un peso. Y cuando uno tiene familia, busca hacer cualquier cosa. Entonces me dijo que fuera a verlo en su departamento, en Anadón 1071. Me fui para ahí pensando en que iba a tener trabajo. Subí, me atendió el señor, y me abrazó, me besó y empezó a hacerme cosas, me bajó los pantalones y se mandó el miembro en su boca. Yo lo que hice es apartarlo, le dije ‘pará, qué es lo que pasa, yo vengo por el trabajo, no por esto’. Y él me decía “entregate, papito, entregate“.
Infobae tuvo acceso al denunciante quien dio detalles sobre su experiencia. Suasnabar conoció a Melella en busca de trabajo después de que el intendente visitara el barrio donde vive su amigo Damián Rivas, y éste le pidiera empleo.
“Desde el día que habilité el monotributo, el señor intendente comenzó a mandarme mensajes de WhatsApp y también me llamaba y me preguntaba si la tenía grande, en referencia al pene, porque él la quería sentir, y siempre me pedía si conocía a alguien para presentarle. Me decía que yo era un cagón y que nunca iba a hacer nada, y que no podía creer que no tenía ningún conocido para presentarle. Pero yo no iba a llevar a nadie conocido para eso”, declaró Rivas ante el juez Raúl Sahade, titular del Juzgado de Instrucción Nº 2 de Río Grande, según consta en su testimonial a la que accedió Infobaeen exclusiva.
Rivas y Suasnabar declararon frente al juez Sahade haber sido acosados y extorsionados por el intendente a tener sexo con él, a cambio de darles trabajo en alguna obra local. Según relataron, Melella los convocaba a solas a su despacho en la Municipalidad o los citaba en su departamento de la calle Anadón, en el barrio Chacra II.
Existe un tercer testimonio, el de Mario (su abogado pidió mantener en reserva su apellido), otro obrero de la construcción oriundo de Formosa, de bajos recursos, que se convirtió en querellante y declaró: “Me empezó a decir que si quería entrar en la Municipalidad era a cambio de que esté con él, que me acueste con él. Y en ese momento me empezó a tocar y tuve miedo de que me haga una denuncia porque es funcionario público, pero necesitaba plata en ese momento. Me tocaba el pene por arriba de la ropa, y me dijo que si yo estaba con él, iba a entrar a la Municipalidad, que me acostara con él (…) Tuve relaciones sexuales con él, pero porque él me apuró, yo tenía miedo. Recuerdo que no le gustó que yo le diga que no era así como tenían que ser las cosas, así que decidí irme y me dio quinientos pesos”.
El intendente no está hasta ahora imputado en la denuncia por los presuntos abusos, ya que el fiscal mayor Guillermo Quadrini no requirió aún en los hechos de índole sexual, lo que sucedería esta próxima semana.
Desde el entorno del intendente atribuyen las acusaciones a una utilización política de su vida privada y sostienen que se trata de “una operación” porque Melella, kirchnerista, “mide mucho mejor en la encuestas para gobernador” que la actual mandataria Rosana Bertone, alineada con el PJ. También señalan que Giménez está vinculado a esta fuerza política y actúa en sintonía con la gobernadora.
Un denunciante relata que, tras haberle pedido trabajo a Melella, más de un año después finalmente lo llamaron para hacer la obra del Centro Tecnológico de la Ciudad. Convocó a 8 obreros para ese trabajo y lo presupuestó en $ 637.000. Con las facturas en la mano, asegura que el Municipio solo le pagó $ 110.000 como adelanto para los materiales y nunca canceló el resto. Cuando el trabajo estaba casi terminado, Rivas cuenta que le dieron la obra a Patagonia Construcciones SRL, una empresa vinculada al marido de la secretaria privada del intendente, Norma Menéndez. “Según tengo entendido, (Patagonia Construcciones) facturó 3 millones y medio de pesos. Lo más triste es que yo no cobré”, se lamenta.
Luego de realizar la denuncias, abogadas de los denunciantes presntaron una denuncia en la que advierte que “Melella, luego de conocido el tenor de la denuncia por las filtraciones del poder judicial, ha desplegado una serie de maniobras de hostigamiento a los denunciantes por intermedio de personas que invocan su nombre“, por lo que pidió protección para Rivas y Mario, quien también habría sido contactado con una oferta de dinero para retirar la demanda.
Rivas relató a los medios su encuentro con el intendente por pedido de éste, y que Melella le ofreció solucionarle el atraso en el monotributo para así poder ser proveedor del Municipio. “Ese día me llamó y me dijo ‘¿te animás a tener un novio casual?’ Entonces yo le dije ‘disculpe, pero yo soy hombre y usted es hombre, no sé qué es lo que me quiere decir. ¿No le gustan las mujeres?’. Y me dice ‘esto es como el pollo, si te gusta el pollo comes pollo‘. Entonces yo le corté. Y al otro día me volvió a llamar diciendo cosas, ‘papito si te agarro, lo que te haría‘. Yo no respondía. Me dejaba mensajes de texto. Un día me dice ‘quiero que vengas a verme a mi casa y que me la pongas toda‘. Yo seguía sin responder. Eran muchas cosa feas las que me decía”.
Necesitado por cobrar el dinero que le debían por la obra del Centro Tecnológico, contactó a Melella nuevamente quien le respondió citándolo en su casa, pese al pedido de Suasnabar de verlo en la oficina. Suasnabar baja la cabeza y hace una pausa, antes de continuar el relato de lo que sucedió una vez que llegó al departamento de Melella, un domingo de enero de este año, según asegura, contra su voluntad. Este relato coincide con el que hizo en sede judicial, como testigo y con la obligación de decir la verdad, tal como corroboró Infobae a través de su testimonial.
“Yo procuraba apartarlo, no reaccionaba en ese momento, no sabía si salir corriendo o darle una trompada. Si salgo corriendo, el tipo tiene cámaras filmando y piensan que le robé, o me pega un tiro. Que escapatoria puedo tener si estábamos dos tipos solos, es el intendente con renombre y yo soy un pobre peón, a quién le van a creer, si él es la autoridad del pueblo“.
Otra de las voces fue el custodio del acusado, Hugo Moya, convertido luego en su mano derecha: “Renuncié hace dos meses por todas las cosas que vi, las actitudes personales. Para mí, jugaba con la gente. Le gustaba tener relaciones con hombres mayores de 50 años que necesitaban trabajar”.
Moya se presentó ante fiscal mayor Guillermo Quadrini el 28 de septiembre para aportar su testimonio en la causa. Espera ser llamado formalmente por el juez para declarar como testigo, aunque aún no fue convocado.
Suboficial retirado de la Policía, relata situaciones de las que fue testigo porque una de sus funciones era quedarse en la puerta del despacho cuando estaba con una persona, para que nadie entre. “Yo no veía nada, pero veía cómo salían. Algunos de esos hombres salían sin querer mirarme, agachando la cabeza“.
Giménez asegura que “todo esto era algo que se sabía en Tierra del Fuego, lo sabía gente del poder político. A nadie le va a extrañar que salga a la luz“ y no se denunció antes “porque Melella los callaba con plata, que eran recursos públicos. Se compraba su silencio. Como el caso del cafetero de la intendencia”, responde.
La causa contra Melella se inició el 28 de agosto cuando Giménez presentó una denuncia ante la Fiscalía a cargo de Quadrini, por la posible defraudación alrededor de las obras del Centro Tecnológico y el Polideportivo Margen Sur de la Cooperativa Eléctrica local. Recayó en el Juzgado de Instrucción 2 de Río Grande.
Tres días después, el juez Sahade allanó las firmas Luis Marino Vaquera y Patagonia Construcciones SRL que intervinieron en la construcción de las obras denunciadas por el abogado. El magistrado pidió también informes a la Inspección General de Justicia provincial y al Tribunal de Cuentas.
El fiscal Quadrini quien interviene en el expediente cuyo objeto procesal principal es la posible defraudación a la administración pública- pidió la escisión de la denuncia por abuso, con consulta al fiscal general para que intervenga otro fiscal si requiere. Este pedido fue también hecho por Giménez, abogado de Mario, quien ya fue aceptado como querellante. Hasta el momento, el juez Sahade no le hizo lugar al pedido y resolvió que ambos hechos se sustancien juntos en un solo expediente.
Fuentes del Juzgado sostienen que “el back up de los teléfonos de los denunciantes se puede hacer más adelante” y que no se los pidieron “para no dejarlos sin teléfono, ya que lo necesitan para trabajar”. Melella hasta ahora no fue notificado el intendente como denunciado y no está formalmente “imputado” aún por los presuntos abusos.
El magistrado está ahora a la espera de que el fiscal requiera e impulse la investigación sobre los hechos de índole sexual, lo que sucedería esta próxima semana.
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