La menor no quería dejar cerrada la puerta del ascensor. La portera denuncia que le pusieron un "bozal legal" y que no le toman las denuncias.
Por Canal26
Lunes 24 de Julio de 2023 - 13:40
Una encargada de un edificio en Recoleta retó a la hija de un diplomático que dejó la puerta abierta del ascensor, por lo que nadie en el edificio podía subirse a él. Inmediatamente, la madre de la muchacha reaccionó de forma desmedida golpeando brutalmente a la empleada del edificio, arrancándole los pelos y tirándola al piso. Toda la situación quedó filmada por las cámaras de seguridad.
Mientras las mujeres se peleaban en la parte de afuera del edificio ubicado en la calle arenales, César Lawson, quien trabaja como diplomático en Panamá miraba la situación y cada tanto intentaba separarlas. Pero en el momento en que su esposa, identificada como Jessica Giovana Pineda tiró a la encargada al piso, el hombre intentó ayudarla a levantarse y recomponerse.
La causa está en trámite en la Justicia donde se están haciendo las medidas de prueba. Juliana, la encargada del edificio contó cómo fue la situación y todas las amenazas que recibe desde que denunció el caso. “Ellos bajaron a las 19.30, me increparon y me dijeron que no tenía que dirigirme a una menor. Yo les pedí perdón, les dije que no sabía que su hija era menor y les pregunté por qué si era menor le dejaban abrir la puerta para que entre cualquier persona”, dijo la portera.
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“Me dijo que es capaz de hacer cualquier cosa por defender a su hija y que yo había hecho muy mal en dirigirme a ella”, contó sobre Pineda. Además, relató que mientras volvía al edificio, la esposa de Lawson le dijo que iba a dejar el ascensor abierto y ella les respondió que debían respetar el reglamento porque “en el edificio vive mucha gente”.
“Cuando la señora me agarró del pelo y me dio un puñetazo en la frente quedé inconsciente. No me acuerdo de cuando caí y en la frente tengo un moretón y un agujero porque se ve que también me clavó la uña”, dijo. “Tengo el brazo izquierdo que se adormece y rompí un montón de cosas porque se me caen cuando las agarro. Tengo dolores de cabeza por la hernia en la cervical. El viernes el psiquiatra me tuvo que aumentar la medicación porque tengo mucho miedo”, precisó la encargada del edificio de Recoleta.
Por otra parte, denunció que la ART no se quiere hacerse responsable de los gastos de los estudios y que solo paga el psicólogo y el psiquiatra. La mujer, que reside en ese edificio hace 13 años, teme por su vida. “Me siento sola y con mucho miedo. Mi hija vive afuera, está casada y tuvo un bebé, por eso no puede volver. Es una pesadilla para mí, hay lugares en que no hay cámaras y tengo miedo de que me ataque esta gente”, expresó entre lágrimas.
“Él me puso un bozal legal, por eso no puedo nombrarlo, y me mandó una carta documento. Cuando ocurrió el conflicto llamó por teléfono y habló con un policía durante 20 minutos. El policía me engañó esa noche y me dijo que si quería seguir con la denuncia penal nos iba a meter presas a mí y a la señora. Me vi obligada a firmar el acta como estaba escrita porque necesitaba atención médica”, detalló la mujer.
Además, Juliana dijo que fue a la embajada de Panamá con los estudios médicos, la denuncia y la obra social junto a los videos que muestran toda la situación. “Les pedí que me firmen la carta que decía qué era lo que contenía el sobre. Me firmaron que lo recibieron, pero después no respondieron". Y luego se refirió a Lawson: “Él dice que lo perjudiqué económicamente y psicológicamente por la carta que le mandé a la embajada”.
“Ellos siguen viviendo en el mismo edificio como si nada, entran y salen. Yo tengo mucho miedo, es una pesadilla bajar de mi casa. Pedí la perimetral y el botón antipánico, pero no me lo dieron hasta el día de hoy”
En este marco, habló del trato del consorcio del edificio: “Tuvieron una reunión, pero jamás me preguntaron cómo estaba, lo único que me preguntan es cuándo vuelvo a trabajar. Yo estoy hace 13 años en ese edificio y esta gente vino en marzo”. “Ellos siguen viviendo en el mismo edificio como si nada, entran y salen. Yo tengo mucho miedo, es una pesadilla bajar de mi casa. Pedí la perimetral y el botón antipánico, pero no me lo dieron hasta el día de hoy”, concluyó.
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