Un remisero aceptó llevar comida sin saber que lo que contenía. Terminó quedándose con el paquete y su esposa lo donó a una vecina y sus nietos.
Por Canal26
Viernes 14 de Octubre de 2022 - 13:27
Puertas del Penal de Ezeiza. Foto: NA.
Ocurrió a principios de mes. Dos menores ingresaron a la guardia del hospital de Ezeiza con una “intoxicación medicamentosa” y luego se reveló que que habían ingerido un budín repleto de drogas. Ahora ambos nenes están en terapia intensiva.
Todo inició cuando un remisero recibió el llamado de una mujer donde le pedía un auto que primero debería acercarse a Liniers para agarrar un pedido y luego llevarlo frente al penal de Ezeiza donde dos personas lo recibirían.
El hombre aceptó el viaje, pero nunca pensó que el paquete que contenía más que budínes y milanesas.
El hombre se dirigió rumbo al penal para encontrarse con dos personas que serían las encargadas de recibir el paquete para luego llevárselo al hijo de la mujer que estaba preso: “Le explicó que debía entregarle la comida a su nuera Laura y a César, el de la parrilla, en proximidades de la cárcel”.
Después de un largo trayecto el remisero llegó al punto de encuentro, pero no había nadie. Estuvo unos minutos más hasta que llamó a su jefe para ver qué hacía: “El hombre le respondió que se lleve su comida a su casa, que era perecedero y que no era su culpa que nadie retirara el pedido; y él se fue”, indicaron fuentes policiales.
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Al llegar a su casa, su esposa agarró el paquete y pensó que esa comida debería ser donada a una familia de la zona que era muy humilde. Con la decisión tomada, agarró las milanesas y el budín y se los llevó a su vecina que es una abuela que vive con sus dos nietos y su hijo.
Muy contentos por lo que recibieron los dos menores aprovecharon la merienda para comer el budín. Horas después comenzó el verdadero problema, se sentían mal.
En la causa se constata que ambos nenes estaban afectados y en principio la familia creyó que era un budín en mal estado, pero se enteraron de la verdad cuando debieron trasladarlos al hospital.
Ese 2 de octubre los chicos y la abuela ingresaron a la guardia del hospital de Ezeiza con un diagnóstico de “intoxicación medicamentosa” y quedaron en terapia intensiva.
Tras varios análisis descubrieron que tenían en el cuerpo benzodiacepinas, una droga que “se utilizan para tratar la ansiedad, insomnio y convulsiones”.
Horas más tarde la mujer que le encargó el traslado del paquete llamó al remisero para ver qué había sucedido con la comida y allí le confirmó que lo regaló ya que nadie se había presentado en el lugar.
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