Además de causar problemas en el ecosistema marino, también implica un riesgo para la salud de las personas. ¿Por qué?
Por Canal26
Martes 9 de Enero de 2024 - 20:05
El transporte marítimo reúne el 80 % de comercio internacional, lo que implica que anualmente se muevan en barco cientos de millones de contenedores cargados de los más variados materiales y que, por accidente, estos puedan caer al agua y acabar al fondo de mares y océanos o llegar a las costas arrastrados por las corrientes.
Eso fue exactamente es lo que ocurrió después de que el buque 'Toconao', con bandera de Liberia, perdiera 26.250 kilos de pellets de plástico frente a las costas portuguesas, y millones de estas diminutas bolitas acabaran llegando a playas españolas, especialmente a Galicia (en el noroeste del país), pero también de Asturias, Cantabria y País Vasco, en el norte.
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Según datos del Consejo Mundial del Transporte Marítimo (WSC, por sus siglas en inglés), asociación empresarial que reúne a grandes navieras de todo el mundo, entre 2008 y 2022 se perdieron en mares y océanos una media de 1.566 contenedores al año. Y solo en 2022, la cifra bajó a 661 unidades de un total de 250 millones de contenedores transportados.
Estos datos se desprende de la encuesta anual que WSC realiza entre sus miembros para estimar con a mayor precisión posible cuántos contenedores se pierden en el mar cada año, según explica en el último informe la organización, cuyos asociados operan más del 90 % de la capacidad mundial de buques portacontenedores.
El peor fue período fue de 2011 a 2013, con una media de 2.683 unidades perdidas anuales, debido al hundimiento del buque MOL Comfort, en 2013, y que llevó a la pérdida de 4.293 contenedores. Lo mismo ocurrió con el encallamiento del M/V Rena, en 2011, con 900 contenedores perdidos.
Otros accidentes graves fueron los del OnE OPUs, que en 2020 perdió más de 1.800 contenedores por condiciones meteorológicas adversas, y el Maersk Eseen, que por el mismo motivo perdió unos 750 contenedores en 2021.
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En la mayoría de los casos, los contendedores que caen al agua "se quedan ahí" y, dependiendo de dónde caigan, terminan en el fondo del mar o acaban llegando (sobre todo su contenido) a la costa arrastrado por las corrientes marinas, explicó la responsable de Océanos de Greenpace España, Marta Martín-Borregón.
Independientemente del contenido de los contenedores, su presencia solamente ya genera daños en los ecosistemas marinos, ya que constituyen "residuos" que no deberían estar ahí.
El mayor impacto es que los materiales de contenedores y carga se acaban degradando y es ahí cuando empiezan a formar parte de la cadena trófica, lo que supone un problema ambiental, pero también para la salud humana, porque nos estaremos "alimentado" de esos residuos.
En el caso de los plásticos, muchos acaban siendo comidos por aves y peces, que acabarán muriendo dependiendo de la ingesta.
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Entre esos residuos, se destacan los pellets, pequeñas bolitas de plástico que se usan como materia prima para elaborar, mediante su función, todo tipo de productos y que se transportan en barco en grandes cantidades a lo largo de todo el mundo.
Precisamente, este material está llegando de forma masiva a las costas españolas procedente de un contenedor que se cayó desde un buque al mar hace casi un mes frente a la costa norte de Portugal.
Se estima que en ese contenedor viajaban más de 26 toneladas de pellets repartidas en 1.050 sacos, muchos de los cuales se rompieron provocando una marea de bolitas diminutas de plástico, de apenas unos milímetros de diámetro y cuya recogida y retirada es muy difícil.
de forma masiva a las costas españolas por un contenedor que se cayó al mar
Por su forma, aves y peces se las comen al confundirlas con huevos, y las que no se retiren se acabarán desintegrando en microplásticos que se "colarán" por todas partes.
Ante esta situación, la Organización Marítima Internacional de la ONU, a petición de diversas ONG, trabaja para impulsar que los pellets sean calificados como material peligroso y, como tal, estén obligados a ser transportados en la bodega de los buques y nunca en cubierta, según la responsable de Greenpeace.
Las organizaciones ecologistas, también consideran fundamental mejorar la seguridad para evitar las "fugas" de pellets desde las propias fábricas, así como disminuir el consumo de plásticos en general para evitar los peligros de contaminación asociados a su uso y desecho.
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