*Por Charly Rodríguez
El mundo de la moda, ha sido y es, uno de los sectores que más ha tenido que adaptarse, a lo largo de la historia, sobre todo de la contemporánea, a los cambios y la evolución constante de la propia sociedad, pero también de las circunstancias geopolíticas, económicas o sanitarias, como hemos podido comprobar con el maldito COVID-19, ya que todo esto ha marcado el ritmo de la propia moda, tanto de lo que se conoce como Prêt-à-porter, listo para llevar, o del propio Luxury, por nombrar dos mercados diferentes pero relacionados.
No hablo solo de la forma de hacer llegar las prendas al consumidor final, ese aspecto ha dado un vuelco brutal en los últimos 10 años, la transformación digital ha cambiado y cambiará de forma definitiva la forma de comprar y consumir la moda, así como de otros productos, hablamos también de qué estilo de tendencias se pueden ver en las calles y ciudades del mundo, de los diferentes países, desde Argentina, México, también en España e Italia, o Japón, por poner algunos ejemplos con distancia geográfica.
En los años 80, tan marcados por la recuperación de las libertades generales en algunos países de nuestro entorno, dos ejemplos claros son España y la Argentina, en España, en el año 1978 se aprueba la Constitución española, y en la República Argentina, en el año 1983, se recupera el estado democrático, cambios que también se reflejaron en las formas de expresarse de los ciudadanos, y la moda o nuestro estilo en el vestir, es una manera más de realizar esa reivindicación individual.
Si nos trasladamos a esos años, por ejemplo, a la hora de conseguir una prenda masculina que fuera pura tendencia, podemos hablar de un abrigo largo en mezclilla con unas marcadas hombreras, estas fueron un icono de la época, pues si quisieras vestirlo al mismo tiempo que esa tendencia se proponía en las colecciones de las grandes firmas o lo llevaban grupos o cantantes que marcaban las pautas del estilo, tenías que visitar las grandes capitales de la moda para obtenerlo, ya fuese Londres, Nueva York, París o Milán, o esperar entre uno o dos años para que esa preciada prenda la tuvieras en los escaparates de las tiendas de ciudades más pequeñas y menos marcadas por la moda, salvo excepciones, ya que por ejemplo la moda diseñada desde Galicia, lo que se hacía llamar “Moda Gallega”, marcaba las tendencias de forma inmediata, y era un referente mundial, al menos en lo masculino.
Pero todo esto hoy en día no pasa, y es gracias a la transformación digital, tanto en el propio consumo, como en la forma de hacer llegar la información de las tendencias al consumidor final. Ese mismo abrigo al que hacía referencia, si hoy se lo ves a un cantante o un deportista en una de sus redes sociales, pongamos Instagram, seguramente con solo picar sobre la fotografía, podrás acceder a su compra, o dar con la marca que lo vende y esta hacértelo llegar a tu armario de forma inmediata.
También otros factores han democratizado la moda a nivel mundial, como el fenómeno gallego Zara (INDITEX) pero eso es para otro capítulo.
Lo decía al principio, el maldito Coronavirus, también ha sido un impulsor de ese cambio radical que sufre y seguirá sufriendo el sector de la moda a nivel mundial, pero no es el auténtico artífice de dicho cambio, ya que este viene produciéndose desde hace años por múltiples causas, Internet, el consumo responsable, lo ECO, la democratización de la moda que también hacía antes referencia, o algo tan importante como es el cambio de la mentalidad global en cuanto a las reglas de vestimenta, que también es un capítulo aparte.
Lo que no tengo tan claro como profesional del sector desde hace 35 años, amante de la moda, y por supuesto defensor del estilo propio de cada individuo, es que ahora se esté disfrutando más de lo que vestíamos con tanta inmediatez, en comparación a como lo hacíamos en los años 80, aunque fuera vestirse de tendencia con dos años de retraso…
*Estilista de MODA / Vestuario TV desde 1986.