Si el Papa podría parar la guerra... Por qué no lo hace?

Algunos sectores cuestionan que no haya condenado la invasión y que no está haciendo todo lo necesario para parar la invasion de Rusia en Ucrania.

Por Canal26

Sábado 12 de Marzo de 2022 - 21:10

Papa Francisco, Reuters.Papa Francisco. Foto: Reuters.

Hace casi 10 años fue elegido Papa, la cabeza visible de la Iglesia Católica en todo el mundo. Desde ese entonces, la pregunta que muchos se hicieron (y se siguen haciendo) es: ¿por qué no visita Argentina en estos tiempos tan complicados para la sociedad? La respuesta con la verdadera causa, aún no llegó.

Ahora, el interrogante vuelve a tomar fuerza, quizás más que nunca, aunque el destino es otro: Ucrania. En plena matanza de civiles ordenada por el líder ruso, Vladimir Putin a sus tropas, son cada vez más quienes desde distintas partes del mundo, intentan entender la actitud, al momento y a simple vista pasiva, de Jorge Bergoglio.

Loan Danilo Peña. Foto: NA

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¿Puede el Papa Francisco parar esta guerra?

Muchos coinciden en que sí, le interesa al Papa Francisco detener esta invasión mortal en Ucrania? Hay quienes, con fundamentos, sostienen que no, o en todo caso, muy poco. “El Sumo Pontífice debería empezar llamando a las cosas por su nombre, es decir, utilizar la palabra “invasión” en sus discursos y referirse con nombre y apellido al responsable de la muerte de miles y miles de inocentes en tierra ucraniana, entre ellos muchos niños, Vladimir Putin”, se escucha y se lee cada vez con más frecuencia.

¿Qué debería hacer el líder de la Iglesia Católica ante esta situación que conmueve a todos? Eso, precisamente eso: conmoverse. Y demostrarlo. Al menos así se siente en distintas partes del planeta. Basta con tan sólo leer artículos periodísticos y foros de opinión, o escuchar debates y declaraciones en los distintos medios internacionales que, minuto a minuto, no sólo relatan el horror de la guerra, sino que intentan ver una luz al final del túnel, quizás con más esperanza que certezas.

Con tan sólo pensar en el Papa instalado en Kiev, la capital de Ucrania, nace una sensación hasta ahora desconocida... ¿Sería capaz Putin de ordenar bombardeos en el mismo lugar donde se encuentra el Sumo Pontífice? ¿El plan ruso contemplaría el asesinato del propio “elegido de Dios”?

Mientras tanto, los misiles de Putin destruyen la vida de familias enteras, miles de personas (las que pueden) escapan de Ucrania hacia donde sea, hacia cualquier lugar que pueda darles la garantía de, quién sabe por cuánto tiempo más, seguir de pie, andando, respirando, enfrentando a la vida... y también a la muerte.

La comodidad de las oficinas del Vaticano en Roma no resulta ser lo más apropiado para estos tiempos de guerra. Y el Papa lo sabe. Y al Papa se lo dicen. ¿Sorprenderá Francisco al mundo con la misma magnitud que lo hizo al ser elegido líder de la Iglesia y en esa primera aparición en público en la Plaza San Pedro que conmovió a gran parte de la humanidad e hizo pensar a muchos que las cosas podían cambiar?

Su vestimenta sencilla y su manera de presentarse diferente a prácticamente todos sus antecesores, hizo que el planeta posara sus ojos sobre él aquel 13 de marzo del año 2013. Y naciera una esperanza. La misma que podría llegar a su fin si las tropas de Putin siguen terminando con la vida de tantos inocentes y el “representante de Dios en la Tierra” no cambia la estrategia que, hasta el momento, sólo le ha valido críticas y cuestionamientos.

Los curas violadores y las escandalosas cuentas del Banco Vaticano son otras de las asignaturas pendientes no sólo de la Iglesia, sino de la propia persona de Jorge Bergoglio, quien en reiteradas oportunidades prometió luchar contra todo ello. Pero ahora, en estos tiempos, en estos días, en estas horas, el mundo le encomienda una misión: parar la guerra. Para muchos, sólo él puede lograrlo...

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