Medio Oriente: ¿por qué Siria es el "tablero de ajedrez" de los países en conflicto?

Persas, rusos, estadounidenses e israelíes "conviven" en territorio sirio, cada uno con objetivos propios. Cómo se llegó a esta situación y cuál es el rol de China.

Por Pablo Tanous

Martes 21 de Mayo de 2024 - 13:28

Soldados israelíes en la frontera con Siria. Foto: Reuters Soldados israelíes en la frontera con Siria. Foto: Reuters

Desde el estallido de la guerra en Ucrania y la escalada sucedida entre Hamás e Israel, poco se ha hablado de lo que continúa ocurriendo en Siria y las implicancias que esto tiene en el tablero geopolítico regional y global. Sin embargo, hay algunos elementos que conviene resaltar.

Turquía mató a 59 miembros del PKK en Irak y Siria. Foto: Reuters

Te puede interesar:

Turquía asesinó a 59 miembros de la guerrilla kurda en Irak y Siria tras el atentado en Ankara

Siria: donde Rusia y Estados Unidos "conviven"

Primero, recordemos la historia reciente: Siria tuvo una cruenta guerra civil que comenzó allá por marzo del 2011, en el marco del proceso conocido como Primavera Árabe. Solo que con un resultado distinto, ya que mientras en el norte de África los gobiernos caían, Bashar Al Assad logró sostenerse. ¿Cómo lo logró? Entre las múltiples razones, el apoyo de Rusia fue esencial. Los rusos no solo enviaron armamento, sino que intervinieron directamente en los tres niveles: tierra, mar y aire.

Bashar al Assad, presidente de Siria (Reuters) Bashar al Assad, presidente de Siria (Reuters)

Dicho involucramiento fue decisivo para inclinar la balanza de un escenario bélico que se había vuelto realmente complicado para la administración de Damasco. Ahora bien, todo tiene un costo. A cambio de su inversión, Moscú obtuvo del gobierno sirio, en enero de 2017, la potestad para instalar dentro del puerto de Tartús, ciudad a orillas del Mediterráneo, una base soberana y exclusiva por 49 años, siendo este plazo prorrogable por veinticinco periodos más una vez finalizado el acuerdo. Así, un día, el Kremlin ancló finalmente en aguas cálidas… un interés que es posible rastrear al menos hasta Pedro el Grande.

De todas maneras, la situación actual dista de ser agradable para el gobierno sirio. Diversos grupos insurgentes, todos ellos adherentes al fundamentalismo islámico, se encuentran recluidos en la norteña provincia de Idlib, lindante con Turquía. El este del país, allende el río Éufrates, está en manos de los rebeldes kurdos del YPG, apoyados por la presencia militar estadounidense. EEUU mismo mantiene su presencia en el nordeste, desde donde controla, con “autorización” de las milicias kurdas, aproximadamente tres cuartas partes de la energía del país, si se suman producción y reservas. Llama la atención que rusos y estadounidenses hayan establecido una serie de protocolos que les permite convivir en el mismo territorio. Quizás no son tan enemigos como se muestran en suelo ucraniano.

Ataque a embajada de Irán en Siria. Foto: Reuters. Ataque a embajada de Irán en Siria. Foto: Reuters.

¿Qué hay también de los iraníes que es posible encontrar en Damasco? Hace poco, de hecho, Israel atacó a miembros de la Guardia Revolucionaria de Irán en suelo sirio. Persas, rusos, estadounidenses e israelíes todos de alguna manera involucrados al mismo tiempo en suelo sirio. Un rompecabezas difícil de armar. ¿Quién juega con quién?

De esta manera Siria, como si no tuviera suficiente con su propia guerra civil, es uno de los escenarios elegidos por parte de las potencias regionales y globales para dirimir sus disputas. Así como Israel atacó un consulado iraní, también desde Irak grupos insurgentes atacaron una base estadounidense en suelo sirio. En un escenario así, la reconstrucción del país es una utopía lejana.

Desplazados palestinos de Gaza por el paso de Rafah. Foto: EFE.

Te puede interesar:

Desplazados en Medio Oriente: el Líbano cifra en más de 403.000 las personas que debieron huir del país

China no se quiere quedar afuera

Allí es donde China entra en la escena, aunque con algo menos de presencia. Pekín necesita importar grandes cantidades de energía, y precisa de la estabilidad en la región para materializar la nueva ruta de la seda. Quizás guiado por el acercamiento entre Arabia Saudita e Irán gestado en suelo chino, el presidente Al Assad, ávido de inversiones, viajó hacia el gigante asiático en septiembre del 2023 con la esperanza de conseguir los fondos necesarios para reconstruir el país.

Sin embargo, la reconstrucción deberá esperar. El explosivo resurgimiento de la inestabilidad en Medio Oriente desbarata las condiciones necesarias para que la Ruta de la Seda llegue, como antaño, hasta las milenarias murallas de Damasco.

Notas relacionadas