Entre los mensajes de descontento hacen referencia a la participación de determinados artistas que buscaron "humillar al pueblo francés", según plantearon.
Por Canal26
Sábado 27 de Julio de 2024 - 13:11
Pese a que todo el evento de los Juegos Olímpicos (JJ.OO.) de París 2024 intentan ser una fiesta del deporte y de la sociedad, algunos grupos franceses han criticado varios pasajes de la ceremonia inaugural.
Quienes se han manifestado en contra han sido la Iglesia Católica y algunos referentes de extrema derecha de Francia. Todo lo contrario ha generado en grupos de izquierda y entre los miembros del gobierno de Emmanuel Macron.
Este sábado, la Conferencia Episcopal francesa emitió un comunicado donde indica que la ceremonia de apertura de los JJ.OO. ofreció "al mundo entero maravillosos momentos de belleza, de alegría, ricos en emociones y universalmente saludados", pero -al mismo tiempo- lamentaron "profundamente" que incluyera "escenas de burla y mofa del cristianismo".
Al mismo tiempo, los obispos franceses insisten en recordar a "todos los cristianos de todos los continentes que se han sentido heridos por la desmesura y la provocación de ciertas escenas", mientras que el mensaje que quieren acercarles es que "la fiesta olímpica" debe estar "muy por encima de los prejuicios de algunos artistas".
De todos modos, en sus críticas no hacen referencia a un momento puntual o escena en particular que haya despertado su descontento, aunque sí podrían hacer alusión a la secuencia que llevó el título "Festividad", lo que podría haberse interpretado a una parodia de la última cena de Jesucristo con sus apóstoles, que habrían sido reemplazados por drag queens, una modelo trans y el cantante Philippe Katerine casi desnudo, con algunos atributos de Dionisos, el dios griego del vino y la fiesta.
Por parte de la extrema derecha, las críticas han sido mucho más explícitas y directas. Además, aprovecharon la ocasión para hacer un ataque directo contra el Ejecutivo de Macron, por hacer propaganda -según plantean- a la ideología "woke" (inicialmente este término se utilizaba para referirse a quienes se enfrentan al racismo).
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Desde que la cantante franco-maliense, Aya Nakamura, se supo que iba a participar de la ceremonia de apertura de los JJ.OO., llovieron las críticas por su presentación. Incluso, la eurodiputada Marion Maréchal hizo explícita su disconformidad al escribir en la red social X: "La humillación de la Guardia Republicana obligada a bailar con Aya Nakamura".
Y es que muchos grupos de extrema derecha han estado molestos por el hecho de que una artista de origen africano participe de un evento de apertura en París.
"Esto es París, no el mercado de Bamako (capital de Mali)", era una de las pancartas que ya desde el pasado mes de mayo se podía leer contra la participación de Nakamura.
A su vez, para la referente ultraderechista, Marine Le Pen, apelar a los servicios de Nakamura era una forma del gobierno de Macron para "humillar al pueblo francés".
Todo lo contrario, sostuvieron desde la izquierda y desde el gobierno francés, en donde destacaron que la ceremonia de apertura de los JJ.OO. sirvió para poner en valor los "valores de libertad, igualdad y fraternidad, a los que se han añadido sororidad, paridad e inclusión".
Al mismo tiempo, han querido destacar las alusiones a "nuestra historia, nuestras luchas, nuestra energía, nuestra creatividad, nuestra diversidad, nuestras palabras, nuestros artistas, nuestros atletas, nuestra apertura al mundo".
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