En la declaración final de la reunión que se celebró en La Habana, los países llaman a terminar con las sanciones y a reestructurar la arquitectura financiera mundial.
Por Canal26
Domingo 17 de Septiembre de 2023 - 11:43
Finalizó la cumbre del Grupo de los 77 países que tuvo a China como país invitado y que se celebró en La Habana, capital de Cuba. El gobierno cubano planteó que este encuentro fue una "plataforma para el logro de los objetivos de desarrollo sostenible" y un "estímulo para la ampliación de la cooperación Sur-Sur". Los países presentes compartieron las críticas a las estructuras impuestas por los países occidentales como Estados Unidos y la Unión Europea.
El director de Asuntos Multilaterales y Derecho Internacional de la Cancillería cubana, Rodolfo Benítez, afirmó en una conferencia de prensa al concluir la reunión que esta fue "muy productiva", con "resultados sumamente positivos". Los 134 miembros del grupo criticaron la "injusta" estructura financiera internacional, las sanciones contra algunos de sus países y "dejaron muy claro que no se van a quedar de brazos cruzados ante esta injusta situación" que limita sus oportunidades de desarrollo.
Los 134 miembros del grupo criticaron la "injusta" estructura financiera internacional, las sanciones contra algunos de sus países y "dejaron muy claro que no se van a quedar de brazos cruzados ante esta injusta situación" que limita sus oportunidades de desarrollo.
Benítez definió al evento como "necesario, impostergable y muy productivo", a pesar de hacerse en medio de las "serias limitaciones financieras por las que atraviesa Cuba" por las sanciones de EE.UU. Según los organizadores, en la cumbre participaron 1.300 personas de 116 países y 12 entidades multilaterales, entre ellas 31 jefes de Estado y decenas de ministros, además de más de 500 periodistas.
El evento fue un éxito diplomático para La Habana, pero también un enorme desafío logístico y económico para la isla, que se encuentra en medio de una profunda crisis y que venía jugando un rol aislado dentro del panorama internacional.
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En la declaración final firmaron terminar con los "monopolios tecnológicos" y fomentar la transferencia de tecnología para lograr un "desarrollo científico y tecnológico que beneficie a todos". Los países que adhirieron al comunicado resaltaron su "profunda preocupación" por los "principales desafíos" del "actual orden económico internacional injusto", "sin que hasta ahora haya una hoja de ruta clara para hacer frente a estos problemas mundiales".
Allí indicaron que la ciencia, la tecnología y la innovación, el eje de las discusiones en la cumbre en Cuba, son los "motores de la transformación" económica y los catalizadores para el "pleno disfrute de todos los derechos humanos por todas las personas". En este sentido, consideran además que la pandemia "ha exacerbado aún más las marcadas desigualdades en y entre los países y las regiones, con un impacto desproporcionado en los países en desarrollo".
Por eso, rechazan "los monopolios tecnológicos" que, a su juicio, "obstaculizan el desarrollo tecnológico de los países en desarrollo". En este marco, abogan por la "ciencia abierta", aunque admiten la importancia de "los derechos de propiedad intelectual" para la innovación, pero con "flexibilidades".
"Los estados que tienen el monopolio y el dominio en el ámbito de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, incluido internet, no deben utilizar los avances en las Tecnologías de la Información y la Comunicación como herramientas de contención y supresión del legítimo desarrollo económico y tecnológico de otros estados", asegura el documento. La declaración se pronuncia por "combatir la fuga de cerebros".
"Los estados que tienen el monopolio y el dominio en el ámbito de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, incluido internet, no deben utilizar los avances en las Tecnologías de la Información y la Comunicación como herramientas de contención y supresión del legítimo desarrollo económico y tecnológico de otros estados"
Además, el texto enfatiza en el significado de este proceso en la erradicación de la pobreza "en todas sus formas y dimensiones", en "la esfera de la salud humana" -particularmente después de la pandemia- y la "amenaza urgente" de la crisis climática. También consideran que sería beneficiosa para "avanzar hacia patrones de producción y consumo más sostenibles" en sus economías y sociedades, y para la difusión de las tecnologías de la comunicación y la información.
Reclaman además a las naciones más desarrollados que incrementen la ayuda al desarrollo y contribuyan también financieramente a la cooperación triangular. Consideran una "necesidad urgente" "una reforma integral de la arquitectura financiera internacional".
En este ámbito, rechazan las "leyes y regulaciones con impacto extraterritorial y las medidas económicas coercitivas", un punto de especial interés para Cuba, que lleva décadas perjudicada por las sanciones estadounidenses. La declaración destaca también la "imperiosa necesidad de actuar unidos" y de "fortalecer la unidad y solidaridad" dentro del G77 y China.
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