"Cambio radical" en la Unión Europea para reactivar la economía: los puntos clave del Informe Draghi

El exprimer ministro italiano pide reformas e inversiones masivas para mantener la competitividad de su economía, más ecológica y digital, en un momento de creciente fricción a escala mundial.

Por Canal26

Lunes 9 de Septiembre de 2024 - 15:09

El expresidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi. Foto: Reuters. El expresidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi. Foto: Reuters.

La Unión Europea necesita una política industrial mucho más coordinada, decisiones más rápidas e inversiones masivas si quiere seguir el ritmo económico de sus rivales Estados Unidos y China, afirmó Mario Draghi en un informe largamente esperado.

El exprimer ministro italiano presentó un documento sobre el futuro de la competitividad europea en el que urge a comenzar un "cambio radical" en la comunidad política para impulsar su crecimiento, en un entorno internacional más competitivo e inestable.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, sostiene el informe. Foto: Reuters. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, sostiene el informe. Foto: Reuters.

Las recomendaciones de Draghi, elaboradas a petición de la Comisión Europea, llegan en un momento de creciente preocupación en la UE por la pérdida de terreno frente a China y, sobre todo, con Estados Unidos, con quien la brecha del producto interior bruto se duplicó en los últimos veinte años.

Este informe era realmente muy esperado, debido a que la baja productividad de la economía europea se suma ahora el aumento de la inestabilidad geopolítica con conflictos en sus fronteras, las políticas cada vez más asertivas de potencias rivales para aumentar su competitividad a base de subsidios o barreras comerciales, y una población europea envejecida como barreras para el crecimiento.

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En este sentido, para afrontar lo que considera un "desafío existencial", Draghi propone una "nueva estrategia industrial" que permita actuar en tres frentes clave para mejorar la competitividad y productividad europeas: acelerar la innovación, abaratar los precios de la energía y aprovechar las oportunidades industriales de la descarbonización, y reducir las dependencias estratégicas de terceros y reforzar la seguridad.

Por si fuera poco, Draghi señala que Europa ya se encuentra rezagada en campos como los servicios en la nube o la inteligencia artificial y por eso ve esencial aumentar la inversión en investigación y desarrollo, consolidar las universidades a la vanguardia de la investigación, facilitar el crecimiento de empresas innovadoras o facilitar la gestión de derechos de propiedad intelectual.

Bandera de la Unión Europea. Foto: Reuters.

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Los cinco puntos clave del Informe Draghi

Europa necesita con urgencia elevar el crecimiento de la productividad y resolver sus bajos niveles de innovación en comparación con otras potencias, en especial con Estados Unidos y China, y en sectores concretos como las tecnologías digitales.

Descarbonización y energía

Mario Draghi defiende que el proceso de descarbonización debe ser una "fuente de crecimiento" y, para conseguirlo, será vital "reducir el coste energético para los usuarios finales" - por ejemplo, desplegando políticas que desvinculen en mayor medida el precio del gas natural del de las energías limpias - y poniendo el foco en redes europeas.

Además, el bloque necesita acelerar la transición de manera eficiente y "neutral" con respecto a las tecnologías a utilizar, que deberían incluir tanto la renovables como la nuclear, el hidrógeno o la bioenergía, así como soluciones para la captura de carbono y el almacenamiento.

Seguridad y dependencias

Draghi insta a Europa a reducir su dependencia y vulnerabilidad en el acceso a materias primas clave para la transición verde y digital, campo en el que existe una "carrera global" para asegurarse acceso a las cadenas de suministro de productos vitales, por ejemplo, para la industria de automoción o de tecnologías limpias.

La presentación del informe Draghi. Foto: Reuters. La presentación del informe Draghi. Foto: Reuters.

Y sugiere a la UE desarrollar "una verdadera política exterior económica" gracias a lo que llama "diplomacia de los recursos", pero sin olvidar el "potencial" interno disponible a través de actividades como la minería, el reciclaje y la innovación de "materiales alternativos".

Inversiones "enormes"

Llevar adelante esta transformación requeriría que la UE invierta cada año entre 750.000 y 800.000 millones de euros adicionales, el equivalente a entre el 4,4 % y el 4,7 % de la UE en 2023 o más del doble de lo que destinó el Plan Marshall americano a reflotar la economía europea tras la Segunda Guerra Mundial.

Draghi aboga por favorecer la movilización de inversión privada con una mayor integración de los mercados de capitales, ahora fragmentados por las diferencias nacionales en materia de fiscalidad, supervisión o insolvencia, pero advierte de que será necesario apoyo público.

En este sentido, llama a financiar de forma conjunta inversiones en bienes públicos comunes, como interconexiones energéticas o equipamiento de defensa, y defiende que podría emitirse deuda pública europea como se hizo con el fondo de recuperación poscovid, aunque con "salvaguardas".

Inclusión social

Draghi advierte que la UE debe evitar los problemas del modelo estadounidense, que favorece la desigualdad. El enfoque europeo, dice, debe garantizar que "el crecimiento de la productividad y la inclusión social van de la mano".

Así, el estado del bienestar europeo será "crítico" para seguir ofreciendo servicios públicos, protección social, vivienda o transporte, mientras que evita que la política industrial que busca competir en la escena global ahogue la competencia o reduzca salarios.

Sectores clave

El informe plantea recomendaciones específicas para diez sectores clave: energía, materias primas críticas, digitalización y tecnologías avanzadas, industrias de alta intensidad energética, tecnologías limpias, automoción, defensa, espacio, sector farmacéutico y transporte.

Las recomendaciones no son vinculantes, por lo que dependerá de la Comisión Europea y los Estados decidir si las traducen en políticas concretas.

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