El hundimiento del Crucero ARA General Belgrano durante la Guerra del Atlántico Sur por las Islas Malvinas fue un hito que quedará para siempre grabado en la memoria de toda la Argentina. 323 héroes ofrendaron su vida y no deben ser olvidados.
Hundimiento del Crucero General Belgrano.
El 2 de mayo es una fecha que debe movilizar a la Argentina toda, unida como nunca, al ejercicio de la memoria y a rendir un sentido homenaje a los héroes que durante la fatídica Guerra de las Islas Malvinas defendieron nuestro territorio y nuestra soberanía.
Es que aquel 2 de mayo de 1982 se produjo el hundimiento del Crucero ARA General Belgrano, y en ese acto de provocación, fuera de todas las normas (que las hay) de la guerra, se fue la vida misma de 323 argentinos que no dudadron ni un instante en ofercerla en pos del bien común para toda una Nación. Esas muertes representan casi la mitad de todos los fallecimientos de compatriotas durante el conflicto bélico en el teatro de operaciones del Océano Atlántico Sur.
A inicios de marzo de 1982, la flota argentina se encontraba apostada en Puerto Belgrano y a partir de ese día, entró en estado de alerta máxima, luego de que las relaciones diplomáticas con el Gobierno del Reino Unido por la soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur, se resquebrajaran hasta límites insospechados.
Aquel 29 de abril el Crucero ARA General Belgrano se reabasteció con toda normalidad de 125 toneladas de combustible durante maniobra conocida como "Operación LOGOS" gracias a las tareas desplegadas por el petrolero Puerto Rosales. El sábado 1 de mayo, poco después de las 20:00 horas, llegarían nuevas órdenes de la jefatura naval. El GT (Grupo de Tareas) 79.3 -que integraba el Crucero ARA General Belgrano- estaba encomendado a participar de una maniobra de pinzas contra los británicos desde el sur, en tanto que el GT 79.2, que integraba el portaaviones ARA 25 de Mayo, sería el otro brazo de la peligrosa operación marina.
El Grupo de Tareas del que formaba parte el Crucero ARA General Belgrano se iba a ubicar sobre al este con la misión de neutralizar a los ingleses mediante el lanzamiento de los misiles MM-38 Exocet transportados por los dos destructores, eran ocho en total. En el caso del Crucero ARA General Belgrano, debería "rematar" con sus cañones a los buques británicos que fueran dañados en el combate. De hecho, sus torres de 6 pulgadas hacían perfectamente posible esa tarea.
Las posibilidades estudiadas previamente por el comandante Héctor Bonzo (que capitaneaba al Belgrano) y su plana mayor sopesaron la idea de ingresar a la denominada Zona de Exclusión Total (ZET), para hacer contacto táctico con los buques británicos, rechazar posibles ataques aéreos y soportar posibles agresiones de submarinos nucleares en el teatro de operaciones al que había sido asignado.
Las órdenes que fueron impartidas a los buques del GT 79.3 previeron un movimiento hacia las 05:30 horas del 2 de mayo, con un rumbo 335º que los dejaría muy cerca de la Task Force británica transitando ya dentro de la ZET. Así, por los problemas en el portaaviones debido a su baja velocidad y la ausencia de viento suficiente, se retrasó el ataque. Incluso desde la comandancia se hizo saber respecto de una posible cancelación de la operación, debido a que la flota británica acababa de dejar de atacar a Puerto Argentino y Pradera del Ganso, mientras comenzaba el movimiento de los portaaviones que se alejaban de la Isla.
Crucero ARA General Belgrano.
La cancelación de la operación se produjo a las 05:00, y encontró al GT 79.3 en pleno movimiento de repliegue. Las nuevas órdenes del comando superior indicaban a partir de entonces mantenerse en un área más hacia el oeste en espera de nuevas indicaciones. A las 15:20 horas el Crucero ARA General Belgrano se dispuso rumbo 290º, a 100 millas de la Isla de los Estados y a 35 de la ZET, así el GT 79.3 hacía un giro por estribor con la proa hacia el este, manteniéndose así en el área de espera indicada.
En esas circunstancias, pocos antes de las 16:00 horas, el submarino nuclear HMS Conqueror recibió la orden de hundirlo. A las 16:02, en momentos en que los artilleros de guardia probaban mecanismos y la Torreta II buscaba posibles blancos en el horizonte, el buque fue sacudido por una poderosa explosión, seguida del corte total de energía e iluminación, dejando paralizados a los 1093 tripulantes.
Era el primero de los tres torpedos MK-813 que lanzaría el Conqueror desde una distancia de 5 km. aproximadamente. De todos modos, solo los 2 primeros dieron en el blanco, y el tercero golpeó en el casco del ARA Bouchard sin llegar a estallar. El capitán del submarino declaró después que la elección del arma usada fue dictada por la antigüedad del mismo crucero: un torpedo de la Segunda Guerra Mundial hundiría a un crucero del mismo período. El primer torpedo mató a 274 tripulantes, el siguiente terminó de cumplir su sangrienta tarea.
Hoy, a 39 años de aquella gesta, no podemos dejar de recordar y rendir sentido homenaje a esos héroes que reposan por toda la eternidad en el fondo del mar. Ellos lucharon por nuestros derechos, nuestra soberanía y nuestra libertad.
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