La historia de Torreira: de emigrar a los 17 a Europa a una tragedia familiar que lo impulsó a reiterar su deseo ir a Boca

Lucas Torreira con sus padres y uno de sus hermanos.

"Me muero por jugar en Boca”, declaró el uruguayo Lucas Torreira y con esas simples seis palabras revolucionó al fútbol rioplatense y al mundo Boca. No es la primera vez que el actual jugador de Arsenal, hoy cedido al Atlético Madrid, manifiesta su deseo de vestir la azul y oro, pero ahora parece estar más cerca de cumplirse debido a un difícil momento familiar. La historia del oriental que impulsó a reiterar sus ganas de pisar La Bombonera.

Lucas Sebastián Torreira nació en Fray Bentos, Uruguay, el 11 de febrero de 1996. Inició su carrera futbolística en el club de dicha ciudad: Institución Atlética 18 de Julio y rápidamente tuvo la oportunidad de probarse en Montevideo Wanderers a sus 17 años, el Bohemio en ese momento planeaba llevar a juveniles a probarse a Italia y por cosas del destino terminó siendo uno de los elegidos.

El uruguayo hoy cedido al Atlético de Madrid. 

"Estuve mucho tiempo lejos de mi familia, me fui a Italia con 17 años y me duele estar sólo en fechas puntuales", comentó visiblemente emocionado Torreira durante su entrevista con F90. Hoy Lucas tiene 25 años, casi una década de experiencia en el fútbol europeo tras pasar por clubes como Pescara, Sampdoria, Arsenal y Atlético de Madrid y está transitando un duro golpe familiar por la reciente muerte de su mamá a causa del coronavirus.

Viviana Di Pascua tenía 53 años y, según relató Torreira, “estuvo 11 días empujando y luchando, pero el lunes 29 de marzo recibí el peor llamado”. "Estoy tratando de asimilar la situación, cuesta entender el momento, pero a medida que pase el tiempo iremos a convivir con este dolor”, agregó.

Lucas junto a su madre Viviana. 

Viviana fue fundamental en la carrera deportivo de Lucas quien solía postear fotos junto a ella y su padre, Ricardo, en las visitas que se hacían cada vez que el calendario deportivo lo permitía. Fue esta dura pérdida lo que volvió a empujar al jugador a que reitere públicamente su deseo de jugar en Boca, club del cuál es confeso hincha. “Busco estar cerca de los míos, que me necesitan. Somos seis hermanos y soy una pieza importante de la familia”, reiteró.

El pase de Torreira pertenece a Arsenal y tiene contrato hasta 2022. 

“No conozco La Bombonera, solamente lo vi en Madrid cuando perdimos la final contra River”, reveló en otro pasaje de la entrevista. Hace un año el uruguayo había hecho mención de su fanatismo por el club de La Rivera: “Soy muy fan de Carlos Tevez, un jugador al que tengo como referente. Soy muy, muy, pero muy fanático de Boca. No sé si se llegará a dar en algún momento, pero me gustaría jugar en el xeneize. Ojalá se pudiera dar ese sueño que tengo pendiente”.

Lucas en una foto de entrecasa con los colores de Boca. 

Su padre Ricardo habló recientemente con TyC Sports sobre las de su hijo de estar cerca de su familia y compartió un íntimo momento familiar: "Después del sepelio de mi señora, nos fuimos a un mirador y ahí le dije: 'Mire, papá. Acá las cosas son así. Los millones sirven muchísimo para vivir cómodo. Para una familia que nunca tuvo nada, es maravilloso. Pero nosotros perdimos lo más importante que teníamos en la vida ayer. Deje los aviones y los helicópteros para otros y usted disfrute de la vida, porque esto te da golpes cuando menos lo pensás”.

"Lo necesitamos un poquitito más acá. Este problema que tenemos, con la pérdida de mi señora, no va a ser fácil de superar”, concluyó.

Lucas junto a su padre Ricardo. 

Lo cierto es que Torreira hoy está cedido en el equipo de Diego Simeone pero su pase pertenece al Arsenal, equipo con quien tiene contrato hasta 2022. El mismo futbolista fue tajante con las dificultades de que Boca afronte su compre por el alto precio que tiene en el mercado: "Solamente llegaré a Boca a préstamo porque en este momento no sé cuántos millones valdrá mi pase pero seguro es mucho para el mercado argentino y me quedan dos años de contrato todavía".

El pedido está hecho, atravesado por una pérdida familiar irreparable, Lucas sueña con jugar en La Boca para acercarse un poco más a su familia.  Según las propias palabras de su padre: “Es ahora o nunca. Si quiere venir, vengasé y pronto'".