Alimentar un bebé recién nacido puede ser todo un desafío sin la preparación adecuada y más aún con la sobrecarga de información que traen las redes sociales.
La lactancia materna es una de las mejores formas de mantener saludable a los niños durante sus primeros años de vida, según la Organización Mundial de la Salud. Sin embargo, cada vez más bebés toman leche de fórmula y crece la desinformación en torno a esta práctica fundamental para el vínculo madre-hijo, la salud y el puerperio.
En la antigüedad, las nodrizas, también conocidas como amas de cría, eran las encargadas de alimentar a los hijos de otras familias en lugar de sus madres, porque existía la idea de que amamantar deformaba los pechos. También porque muchas mujeres morían durante el parto, y otras preferían delegar la lactancia para evitar crear una conexión emocional y que la peste se los arrebate.
Existe un sin fin de mitos cómo darle el pecho a un bebé, desde cuál es la mejor posición, cómo almacenar el calostro o preparar los pezones. Aunque madre no se nace, se hace y es un constante aprendizaje, dónde también hay tropezones. La sobrecarga informática de las redes como TikTok, dónde se opina cómo debería ser la lactancia, muchas veces están llenas de prejuicios que frustran y abruman a las madres.
Para derribar los supuestos en torno a amamantar, la Puericultora Araceli Fernández Ibarguren habló en exclusiva con Canal 26 y dio algunas recomendaciones clave para lograr que los bebés se prendan al pecho y entender por qué la lactancia ayuda a que la madre “recupere” el cuerpo que tenía antes del embarazo.
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El primer acercamiento con el ser que llevamos dentro durante tantos meses puede ser shockeante, pero es importante conectarse con el presente para comenzar la construcción del vínculo que se da en la lactancia. No existen técnicas mágicas para que el bebé se acople el pecho rápidamente, todo es cuestión de práctica y paciencia. Por eso, la experta en el tema recomienda un truco muy efectivo:
Desde el inicio de esta etapa, la Puericultora aconseja el extraerse calostro durante la internación conjunta y sugiere aprender a hacerlo de forma manual, porque ayudará a la prendida del bebé y además favorece a la buena salud en la piel de la zona.
La prendida puede ser intimidante y un desafío para algunas personas, pero la cultura se encarga de que este mágico encuentro no dure demasiado. Según la OMS y UNICEF, el bebe debe amamantarse hasta los 6 meses, ideal hasta los 2 años.
Aunque Fernández Ibarguren coincide con los expertos, sostiene que destete debe hacerse de forma acompañada e informada, porque de forma natural puede darse entre los 2 y 7 años, pero cómo en las sociedades occidentales no está bien visto, esto termina mucho antes.
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El embarazo es un momento único que las mujeres transitan de diferentes formas, todo depende del contexto y su relación con la maternidad, pero hay algo que todas tienen en común y es que pasan por una profunda transformación física y emocional, dónde nada volverá a ser cómo antes.
Cómo la naturaleza es sabia y los nacimientos son parte de ella, los bebés y sus necesidades serán clave para la recuperación física de sus madres. Amamantar estimula la liberación de oxitocina, “una hormona que ayuda a contraer el útero y devolverlo a su tamaño pre gestacional más rápidamente”, explica Fernández Ibarguren.
Si bien el proceso es gradual, remarca la especialista, la lactancia puede ayudar a reducir el tamaño del abdomen. Pero todavía más importante es que, dar el pecho mejora el estado emocional y puede aumentar la motivación para adoptar hábitos saludables que contribuyan a la recuperación del parto, cómo una alimentación equilibrada y realizar ejercicio de forma regular.
A pesar de los “beneficios” físicos que puede traer el amamantar, la Puericultora remarca que la lactancia no nos devuelve el cuerpo anterior al embarazo, porque “creamos vida” y el cuerpo cambió desde la piel hasta la vista y según ella, es para mejor.
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Los avances tecnológicos parecieran no traer muchos beneficios para las sociedades, porque la desinformación está a la orden del día y cada día, los opinólogos de las redes sociales las hacen llegar más lejos. La especialista aseguró que supo de casos en los que recomendaban peinar, lavar y hasta cepillar los pechos o pezones para aumentar la producción de leche y lograr que el bebé prenda al pecho.
“Los pechos no se tocan, no se preparan, no se estimulan, se los deja tranquilos”, remarca la puericultora. A pesar de las sugerencias de familiares, amigos y videos, la mejor alternativa es recurrir a un profesional en lactancia que pueda brindarnos técnicas adecuadas para mejorar la experiencia. Nunca algo que nos lastima puede ser saludable.
Si bien Fernández Ibarguren explica que “los pezones no se tocan”, es fundamental estar atentas ante cualquier cambio que presenten, porque algunos son propios de la lactancia, como:
Sin embargo, otras apariciones son señales que alertan sobre algo que no está bien en el cuerpo, como:
Ante cualquiera de estos últimos casos es muy importante recibir atención especializada y que nos brinden información sobre los cuidados de las heridas, para prevenir infecciones. Además, es clave la consulta con una Puericultora para hacer esta etapa más llevadera y consciente.
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El sustituto artificial de la leche materna pareciera ser una mala palabra cuando se habla de amamantar. El tabú que existe sobre dar el pecho en lugares públicos, porque no hay lugar para la intimidad en una plaza, restaurante o el transporte, y también los problemas de salud, derivan en que muchas familias recurran a la leche de fórmula para alimentar a sus bebés.
“Dar el pecho colabora con el fortalecimiento del vínculo con la mamá”, sostiene la experta en lactancia, por lo que los prejuicios de hacía la fórmula podrían estar vinculados a la construcción de que si no se da ese momento madre-hijo, algo estamos haciendo mal, pero nada más alejado de la realidad y cercano a la estigmatización.
A pesar de la “mala fama” que se le hace, usarla no es una obligación, sino una preferencia, afirma la experta en lactancia y remarca que “es importante abordar este tema con sensibilidad, ya que cada familia enfrenta circunstancias únicas”. Para crecer saludables, los bebés necesitan proteínas, grasas, vitaminas, minerales, anticuerpos, células de la leche materna, pero a veces no pueden conseguirlo por diversos factores y es necesario de un refuerzo.
Aunque no esté el contacto “piel a piel”, la Puericultora asegura que el vínculo se fortalece igual, porque hay una respuesta a las necesidades del niño y esto es muy importante en casos dónde las madres sufren de depresión posparto, porque les ayuda a acercarse al recién nacido y “suma mucho a la lactancia”, remarca.
“En lugar de juzgar, es importante proporcionar apoyo y educación a las familias”, afirma Araceli Fernández Ibarguren para que puedan tomar decisiones informadas sobre la alimentación de sus hijos, teniendo en cuenta sus necesidades, ya que nadie posee todos los conocimientos para llevar adelante una crianza y es fundamental construir una red de apoyo para cuidar a los bebés y la salud de las madres.
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