A tan solo 150 kilómetros de la Ciudad, este lugar es ideal para desconectar y redescubrir las raíces argentinas.
Por Canal26
Sábado 7 de Diciembre de 2024 - 15:30
Un pueblito pequeño, que alberga a tan solo 700 habitantes, es una oportunidad única para desconectarse del ritmo acelerado que implica la vida cotidiana, teniendo en cuenta que se ubica a tan solo 150 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires.
Se trata de Castilla, una localidad que vio reducida drásticamente su población en la década de los 90, cuando el ferrocarril San Martín dejó de pasar por la estación y los vecinos comenzaron a emigrar en busca de trabajo y nuevos aires.
En sus mejores tiempos llegó a albergar cerca de 3.000 habitantes, con una economía floreciente basada en 40 tambos, dos fábricas lácteas y un frigorífico que daban vida y trabajo a la comunidad. Sin embargo, en las últimas décadas se convirtió en un pueblo casi deshabitado ideal para visitar en busca de la tan ansiada paz.
Pese a eso, Castilla preserva su esencia y su belleza única: sus extensos campos y las casonas antiguas que cuentan historias de otros tiempos, son un refugio perfecto para quienes buscan tranquilidad y contacto con la naturaleza.
Así, sin ruidos molestos o tránsito (sólo una de sus calles, la avenida principal del pueblo, está pavimentada y el resto es de tierra), el destino que se encuentra a solo dos horas de viaje desde capital es el lugar perfecto para dormir la siesta y disfrutar de una gastronomía deliciosa.
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Las pocas familias que quedaron luego de la emigración, debieron reinventarse. Es así como Castilla ganó fama por sus exquisitos platos gastronómicos, los cuales le valieron un premio y atraen a cientos de turistas durante los fines de semanas, días libres o feriados.
El Stud, un restaurante de campo que abrió sus puertas en diciembre de 2021, es una de las mayores atracciones del pueblo. Entre sus platos más destacados se ubica el asado a la estaca, vacío, lechón y achuras. Igualmente, también se ofrecen pastas o tabla de picadas. Incluso cuenta con una extensa carta de postres, entre los que se encuentran un delicioso lemon pie y flanes caseros.
Por si fuera poco, El Comedor de Stella fue premiado por “la mejor milanesa de Buenos Aires”, según la revista El federal. “Hace 43 años que cocino, soy conocida por mis milanesas”, destacó la dueña del restaurante que heredó con sus padres. En cuanto al secreto de su receta, reveló que no hay nada extraño en ella. “Hay que saber trabajar con las manos y usar productos nobles, no hay mucha ciencia, le pongo pan rallado, huevo y sal… y la carne es de Castilla”, confesó tras recibir el premio.
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