La Costa Argentina no sólo cuenta con diferentes playas, cada una dueña de un encanto único, sino también con elementos que formaron parte de grandes historias.
Por Canal26
Martes 16 de Enero de 2024 - 18:52
Las costas argentinas son escenarios de múltiples escenarios rodeados de una belleza natural única pero que también pueden estar compuestos por elementos que cuentan historias. Los naufragios son un ejemplo de ello y su presencia sobre estas costas los convierte en un atractivo para los turistas.
En los 4.500 kilómetros de extensión que tiene la Costa Argentina existen tres viejas embarcaciones que son dueñas de grandes historias, cuyos restos que se asoman en las playas son una pequeña parte de ellos. A continuación, tres naufragios que valen la pena conocer.
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Este naufragio que se encuentra sobre las costas santacruceñas alguna vez fue un barco escocés, construido en 1892 por la compañía británica The Grangemouth Dockyard Company. En 1911, este barco con casco de hierro remachado, tres mástiles y navegación a vela, llegó a Río Gallegos donde sufrió un incendio en las reservas de carbón que transportaba para comercializar en el país.
El incendio fue tan grande que tardaron días en apagarlo. Por este hecho, el capitán de la embarcación, Jans Martín Holmsen, fue encarcelado por las autoridades argentinas acusado de “negligencia”.
Pero lo que más llama la atención de su historia es la incógnita que rodea su desplazamiento desde el Puerto de Río Gallegos hasta Punta Loyola, donde apareció después. Existe varias versiones al respecto: una afirma que la nave se movió sin tripulación hasta encallarse, otra supone que la Prefectura Argentina intervino en su traslado, mientras que la última sostiene que pequeñas chatas de la zona intentaron llevarla hasta Punta Loyola, aunque lo cierto es que ninguna puede ser confirmada.
Aunque este naufragio no es tan antiguo, no deja de ser atractivo. El buque mercante Desdémona, construido en Alemania en 1952, llegó a Cabo San Pablo de la Isla Grande de Tierra del Fuego tras sufrir una avería durante un viaje que iba desde Comodoro Rivadavia a Tierra del Fuego.
Esta embarcación encalló dos veces, la primera vez ocurrió en 1983 en Mar de Ajó cuando se topó con un banco de arena, producto de la densa bruma, aunque pudo salir por sus propios medios y finalizar su viaje en Mar del Plata para reparar los daños causados en el accidente de la costa anterior donde el impacto de un rayo dañó su sistema de comunicaciones.
El naufragio llegó cuando volvió a encallar, pero esta vez en Cabo San Pablo, donde tocó fondo en 1985 tras sufrir una avería en su motor cuando se encontraba navegando desde Comodoro Rivadavia hasta Tierra del Fuego con 20 tripulantes y 20 mil bolsas de cemento. En sus intentos por no naufragar, el capitán chocó contra un banco de arena que ocasionó daños en el casco de la nave, provocando la inundación de sus bodegas, por lo que el conductor de la nave llevó la embarcación hasta las costas, donde finalmente quedó abandonado.
Este buque alemán construido en 1872 en Inglaterra, sufrió varios choques antes de quedar abandonado en el paraje de Punta Médanos, perteneciente al Partido de la Costa. Primero encalló en Punta Arenas, Chile, aunque pudo seguir su curso. Después protagonizó otro accidente en el Canal Smith del Estrecho de Magallanes, donde chocó contra una toca y logró zafar gracias a la ayuda de dos naves militares que circulaban por la zona: la fragata Cher de la Armada Francesa y la corbeta chilena O´Higgins.
En 1876, el Karnak volvió a chocar en el puerto de Montevideo, Uruguay, con el barco inglés Lady Vere de Vere, lo que le ocasionó varios daños. Pero el último accidente, y el que lo llevó al naufragio, tuvo lugar frente a Punta Médanos. De acuerdo con las investigaciones realizadas por la Administración Nacional de Hamburgo, el capitán Carlsen que se encontraba a cargo de la nave, se guio por mapas erróneos, lo que provocó que terminara encallado en las costas del Mar Argentino.
El buque permaneció sumergido durante 20 años, hasta 1920 cuando sus restos emergieron y se hicieron completamente visibles. Con el paso del tiempo, junto con la erosión del agua del mar y el viento, su estructura se fue dañando y reduciendo cada vez más. En la actualidad, quienes deseen visitar sus restos pueden acercarse a Punta Médanos para conocer a esta nave de más de 100 años.
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