Conocé Ansenuza, la quinta laguna de sal más grande del mundo por la que peleó Leo DiCaprio

El flamenco es la verdadera estrella del lugar. Parque Nacional de Ansenuza. Foto N/A

Hace menos de dos meses se creó un nuevo parque nacional en la Argentina: Ansenuza. Nuestro país fue, junto a los Estados Unidos y Canadá, uno de los pioneros de América en proteger las principales áreas naturales. 

Si bien durante el último siglo desde la creación de los primeros, eso impactó en la gestión de estos diversos ambientes, en los últimos años el país retomó con fuerza el trabajo de protección, alineado con los objetivos mundiales de desarrollo sostenible.

Hace menos de dos meses, en el Congreso se creó el Parque Nacional de Ansenuza en Córdoba, que no sólo protege la biodiversidad y ecosistema alrededor de la laguna de Mar Chiquita sino que representa una oportunidad de desarrollo para toda la región.

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Córdoba tiene mar: Mar Chiquita, la quinta laguna salada más grande

Es curioso saber que alrededor de tanta agua no apta para el consumo humano se haya desarrollado uno de los ecosistemas más complejos y diversos del planeta.

Hasta el famoso actor y ambientalista Leonardo DiCaprio, quién había argumentado en todas sus redes acerca de la importancia mundial que tiene ese humedal de Córdoba, festejó tras la oficialización del nuevo parque.

En este espejo de agua salada lleno de vida, los paisajes costeros son increíbles. Los paseos descubren cientos de miradores naturales y el avistaje de aves y safaris fotográficos están a la orden del día.

Aquí conviven más de 380 especies diferentes. Pero son los tres tipos de flamencos rosados los que tiñen de rosa el paisaje y atestiguan el fenómeno migratorio de millones de aves al año.

 Parque Nacional Ansenuza. Foto: gentileza Agencia Córdoba Turismo.

Mar Chiquita opera como una especie de escala natural o parada técnica para las aves que año tras año vuelan desde la Patagonia hasta Alaska y el Ártico canadiense.

La laguna es un verdadero mar interior. Y muchas veces durante el verano la afluencia turística de Córdoba, Santiago del Estero y Santa Fe, ofrece postales similares a las costas del Atlántico. 

Las excursiones en lanchas y gomones o travesías de pesca son excelentes opciones, como también desembarcar en la isla conocida como El Mistolar, que tiene una interesante historia de asentamiento humano, ya abandonado, para la producción.

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Miramar, enamorada del mar 

Miramar de Ansenuza es, hasta ahora, la única ciudad turística asentada a orillas del mar. La ciudad actual se construyó tras la trágica inundación que dejó bajo las aguas saladas a cientos de hoteles, casas y edificios públicos.

Una de las excursiones más famosas consiste en navegar por la laguna, visualizando los antiguos techos, paredes o cúpulas que aún asoman en la superficie.

Miramar tiene historias de fantasmas en el museo Hotel Viena. Este atractivo, junto con el museo de fotografía o la capilla museo San Antonio, ofrecen un conjunto de sitios relevantes para la historia.

Hotel Viena. Foto, Daniel Santos.

Una caminata por la costanera a la hora del amanecer y su centro comercial tiene un encanto muy particular y preparan el ánimo para alimentar al cuerpo.

A la hora de comer, las estrellas son los platos de pescado y nutria. La carne de nutria en especial se prepara en escabeche, vinagreta o al vino. Es un plato definitivamente diferente a todo lo conocido.

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Los pueblos de Ansenuza se suman al desarrollo del turismo

Las cercanas ciudades de La Para, Marull, Balnearia, Brinkman o Morteros tienen un marcado perfil rural, que promoverán sus propios atractivos culturales y naturales.

El espíritu de este Parque Nacional en la región de Ansenuza también hace una apuesta por la protección de las identidades regionales y por el desarrollo de las economías regionales a través del turismo sustentable. 

Cada una ofrece un perfil particular. Mientras que en La Paquita se orienta al rescate de su pasado de pueblos originarios, en Marull se suman los remansos que ofrece el río Xanaes (río Segundo), antes de desembocar en el “mar”.

Osvaldo Laport en el Hotel Viena durante la grabación de la serie, El Insomne. Foto: Daniel Santos.

Además, la gastronomía típica del campo argentino se ofrece generosa en pequeñas estancias rurales donde las carnes asadas, los chacinados caseros, los productos de panificación y los quesos aroman cada rincón de estos pueblos.