Pensada originalmente para ser la Casa de Gobierno, con el tiempo su destino terminó siendo otro.
Por Canal26
Sábado 7 de Septiembre de 2024 - 14:45
El Palacio de Aguas Corrientes, oficialmente Gran Depósito Ingeniero Guillermo Villanueva, es uno de los tantos edificios emblemáticos de la ciudad de Buenos Aires. Si bien muchos lo confunden con un palacio, su uso es muy distinto.
Para comenzar, hay que aclarar que literalmente se trata de un tanque de agua ubicado en lo que hoy es Avenida Córdoba 1950. ¿A qué se debe esta mezcla impensada?
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A fines del siglos XIX, Buenos Aires crecía de una forma exponencial: el puerto estaba lo que llamaríamos "explotado" con grandes oleadas inmigratorias que hicieron que la población se dispare.
Pero por más que la ciudad crecía, el sistema de agua potable no. Una de las consecuencias de ello fue la epidemia de fiebre amarilla que marcó un precedente para iniciar tareas de saneamiento.
Las autoridades pusieron en marcha el plan para construir una red de agua potable. Pero como casi todos los edificios de servicio que se construyeron entre fines de siglo XIX y principios de siglo XX debía ser imponente.
La compañía Samuel B. Hale y Co. se hizo cargo de los trabajos, adjudicando los trabajos de fachada exterior a Juan B. Médici, que fueron dirigidos por el ingeniero Nyströmer y el arquitecto Boye. Las obras comenzaron en 1887, emplearon a 400 obreros y finalizaron en 1894, siendo inaugurado el edificio por el presidente Luis Sáenz Peña.
Es por ello que al ver este edificio de afuera pensamos que es palacio, pero lo cierto que por dentro es pura tubería pensada para el servicio óptimo del agua potable.
Actualmente, en su interior, funcionan el Museo del Patrimonio Histórico, el Archivo de Planos Domiciliarios, y dependencias administrativas de la empresa.
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Ser un no católico en el siglo XIX en Buenos Aires no era tan simple, llamados disidentes debían recibir un trato "diferente" al momento de morir.
En aquel entonces los disidentes no tenían lugar propio para sepulturas porque no podían ser enterrados en lugares consagrados como templos católicos.
El primer cementerio para ellos se ubicó en la calle Juncal, en el camposanto de la Iglesia del Socorro en el barrio del Retiro. El mismo abrió sus puertas en 1821, antes que el Cementerio de Recoleta y funcionó hasta 1833 cuando se vio colmada su capacidad.
Cuando sucedió esto se buscó un lugar más accesible: el Hueco de los Olivos que hoy es Plaza Primero de Mayo, aunque en ese entonces recibía el nombre de Plaza de los Ingleses porque la mayoría de los disidentes, eran de allí.
El cementerio funcionó hasta 1890 cuando se clausuró. Algunos restos siguen yaciendo debajo de la plaza de Balvanera ya que no fueron trasladados.
Uno de esos cuerpos es el de Elizabeth Chitty de Brown, esposa del Almirante Guillermo Brown, padre de la Patria en el Mar.
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