Se trata de un trabajo minuciosos, en varias áreas.“Diez años de estabilidad” quedarán documentados para contraponer “tanta demonización y tantos ataques”.
Por Canal26
Viernes 21 de Febrero de 2020 - 17:04
Carlos Menem durante su presidencia.
“Llegó el momento de poner las cosas en claro, esa es la idea”, dice el ex senador nacional Eduardo Menem, al confirmar que, junto a un grupo de colaboradores de Carlos Menem durante su presidencia, están trabajando en un libro que compilará ensayos sobre lo realizado en las diferentes áreas de gobierno en la década 1989-1999.
No quiere adelantar su fecha de edición, porque están recién esbozando los trabajos. “Pero se trata de decir la verdad -explica-, después de tanta demonización y tantos ataques, con mentiras por parte de políticos y de alguna gente de prensa”. La verdad con datos concretos, números, estadísticas, aclara. Y con conceptualización de lo hecho en distintas áreas.
“Vamos a hacer un trabajo amplio, cada uno escribirá sobre su ramo, sobre lo que le tocó vivir”, dijo Menem.
Eduardo Menem considera que un aspecto especialmente negado es el económico sobre lo que “siempre se dicen estupideces”, en base a “datos falsos”. “Nosotros tenemos los números exactos y de fuentes oficiales”, agrega y, enojado, pone como ejemplo que un diario afirmó recientemente que “Menem dejó una deuda impagable”, cuando, asegura, “fue uno de los que menor deuda tuvo al dejar el gobierno”.
Los ex integrantes del gabinete de Carlos Menem también aportarán datos de inflación, de crecimiento, de obras de infraestructura. “Hay mucho para decir y bueno”, asegura Menem.
Desde fines del año pasado se reúnen en las oficinas del ex ministro del Interior de Menem, Carlos Corach, en la avenida Belgrano al 600. “Es un despacho amplio y con una biblioteca muy completa, con mucho material guardado sobre esa etapa”, comenta Félix Borgonovo, que durante la década menemista fue Secretario de Legal y Técnica y posteriormente embajador en Italia.
Eduardo Menem, Nelson Mandela y Carlos Menem.
“Queremos defender este período que fue tan cuestionado; sobre todo por el cristinismo que ha sido muy duro, injustamente”, dice.
“La idea es analizar la acción de gobierno en distintas áreas, incluso con críticas que podemos hacer a esa experiencia, pero consideramos que el saldo ha sido positivo para el país”, dijo Borgonovo.
El proyecto ha convocado a ex funcionarios. “Cada compañero trabaja en su área y nos vamos pasando los borradores para que todos puedan analizar, corregir y ampliar”.
Entrega de mando de Raúl Alfonsín a Carlos Menem.
Otros ex integrantes del gabinete de Menem que toman parte de este trabajo colectivo son Jorge Domínguez, que además de ministro de Defensa, fue primero intendente de la Capital -antes de la reforma del 94 que dio autonomía a la ciudad-; Julio César Aráoz, en el área energética, de la que fue Secretario (también fue ministro de Salud y secretario de Lucha contra el Narcotráfico); Rodolfo Díaz, ex ministro de Trabajo, y Rodolfo Barra, que fue juez de la Corte Suprema y ministro de Justicia.
El sentimiento es que ya pasó un tiempo pridencial como para una perspectiva más equilibrada y que existe un espacio para reivindicar logros de un período que ha sido especialmente demonizado por el relato Kirchnerista. Desde hace unos años, ha empezado a abrirse un espacio. El actual presidente fue funcionario en aquel gobierno, además.
En opinión de Eduardo Menem, un factor que contribuyó a la mala imagen de los 90 fue el fracaso del gobierno que los sucedió, el de la Alianza; un fracaso sobre el cual el kirchnerismo no se concentró en la misma medida, algo entendible ya que el grueso de los funcionarios del ala izquierda de aquel gobierno se reciclaron en la administración de Néstor Kirchner. “Nos culparon a nosotros”, dice.
Algunas cifras, por ejemplo, desmienten aspectos centrales de ese relato K: en 2014, la Cepal afirmó por ejemplo que la inversión en infraestructura durante los años 90 duplicó la de la era kirchnerista.
También el enrarecimiento del clima político sobre el final de la gestión de Cristina Kirchner derivó en una revalorización de la libertad de prensa y de expresión que reinó en los 90; lo que llevó a un cambio de opinión incluso por parte de quienes fueron muy críticos del menemismo. Un ejemplo fue la ya fallecida autora de Pizza con champagne, Sylvina Walger, que en 2014 llegó a afirmar: “De saber lo que venía después, lo hubiese apreciado un poco (al menemismo)”. En entrevista con Infobae, Walger recordaba que pese al libro muy crítico que escribió había quedado “en buena relación con gente de ese gobierno”. Y rescataba que Menem se había rodeado de “gente inteligente”, más allá de la ideología que tuviese.
Carlos Menem y su hija, Zulemita.
Precisamente la libertad de prensa es uno de los aspectos que señala Eduardo Menem. “Fíjese que muchos se quejan de las privatizaciones -dijo en la charla telefónica con Infobae-. Pero nunca hablan de la privatización de los canales de televisión y eso fue un aporte importantísimo a la libertad de prensa. Imagínense lo que hubiera sido con todos los canales en manos del Estado, como fue en algún momento”.
También recuerda el superávit conseguido en materia energética que hasta permitió exportar energía, en contraste con la gestión anterior -”se recordarán los cortes de luz antes de nuestra asunción”- y con las posteriores.
Durante el menemismo se registró el tercer PBI per cápita más alto de la historia, detrás de las décadas de 1880-90 y de 1910-20, señala.
Las privatizaciones estaban justificadas por el deplorable estado de los servicios. “Los teléfonos eran un desastre, diez años para tener uno, y los departamentos se cotizaban según si tenían o no teléfono”, resalta.
“Se oculta todo eso; también en materia de comunicaciones. Por ahí se dice ‘el primer satélite que lanza el kirchnerismo…’ ¿Qué primer satélite? En la época nuestra se lanzaron como diez….”, se indigna, apuntando contra otra característica del relato kirchnerista: la manía fundacional.
Misma tendencia en el área de derechos humanos. “Por ejemplo la ley de indemnización a los presos políticos de la dictadura y a las familias de los desaparecidos son de nuestra época”, sostiene Eduardo Menem.
“Y la ley de cupo femenino fue también en el 91”, acota. Un primer paso decisivo en materia de participación política de la mujer cuya autoría hoy se desconoce en gran medida. Y a saldar ese olvido también apuntan con este libro: “Hay generaciones que no han vivido esa época y desconocen lo que pasó, pero muchos toman el discurso antimenemista y dicen cualquier barbaridad”.
“Es una tarea amplia, hay que recopilar mucha información. Será un trabajo que quedará a disposición por ejemplo de estudiantes de ciencias políticas o económicas que ahí van a tener información exacta de lo que pasó. No hay que olvidar que recibimos el país con la híper más alta del mundo, casi 5000 por ciento en el último año, y lo entregamos sin inflación y con más de 30 mil millones de dólares de reserva en el Banco central”.
“La reforma de la Constitución hecha en nuestro gobierno fue la más legítima y democrática de toda la historia -sostiene Eduardo Menem, que fue presidente de la Convención constituyente de 1994-, estuvieron todos, 19 bloques políticos, que trabajaron con una libertad extraordinaria”.
Otro logro no reconocido: “Le adjudican los méritos a Raúl Alfonsín….”, dice con ironía.
“Yo estuve durante toda la gestión de Carlos Menem -recuerda Félix Borgonovo-, tanto en la presidencia -como secretario de Legal y Técnica- como en la Embajada de Italia. Y ya venía trabajando con los equipos de campaña. En ese momento me ocupé del tema tributario. Así que voy a colaborar con el doctor (Domingo) Cavallo y con (Tomás) Liendo en el análisis de lo tributario”.
Barra tendrá la delicada tarea de demostrar con hechos que la Corte de entonces no era dependiente del poder político.
Pero además, analizará algunas de las causas contra Carlos Menem, curiosamente algunas promovidas o facilitadas por los mismos que hoy denuncian lawfare. Borgonovo cita el “absurdo” juicio de las armas. “En aquel momento, con la situación militar que había, de respeto a las jerarquías, era imposible que el Presidente llamase a Río Tercero para ordenar la voladura de una fábrica militar. Vamos a analizar aspectos de ese juicio en el que hubo absoluciones y, luego, con un cambio de miembros en una Cámara, se reabrió y todavía sigue bajo análisis de la Corte. Hay cuestiones procesales absurdas, como el hecho de que el jefe del Ejército de entonces no esté procesado y el presidente de la Nación sí”.
Pero Borgonovo también sumará su testimonio sobre algunos hechos históricos. Como el día del último levantamiento militar, en los albores de la gestión de Menem. “Yo estaba en la Casa de Gobierno, y organicé de urgencia una oficina en el sótano, donde estaba el Museo, porque recordemos que hubo balazos contra la Casa de Gobierno. Le dije al Presidente que tenía un despacho a disposición en el subsuelo. ‘Don Félix, yo de acá no me muevo’. Y Menem se quedó allí todo el tiempo. Pese a ello, cuando el hijo del teniente coronel (Mohamed) Seineldín [jefe del levantamiento] estuvo enfermo, Menem dispuso que se le diera toda la ayuda necesaria”, dice, apuntando al clima de concordia que se vivía.
Carlos Menem junto a Raúl Alfonsín en la Quinta de Olivos.
El mismo en el cual se llevó a cabo una transición que venía enmarcada en una de las más graves crisis que había vivido el país. “Una temática que en ningún momento se analiza es la gran estabilidad que hubo y cómo se recibió la gestión de gobierno. Menem le dijo a Alfonsín ‘no se preocupe, asumimos antes'”.
Respecto de esa transición también se ha instalado una versión demonizadora del menemismo. De un alfonsinismo acorralado por la crisis energética y la inflación, que decidió unilateralmente adelantar elecciones y luego dejar el gobierno a una semana del triunfo electoral de Menem, se pasó a la versión de un peronismo poco republicano que prácticamente habría obligado a Raúl Alfonsín a una salida anticipada del gobierno.
Lo cierto es que a Carlos Menem le llevó casi dos años estabilizar por completo la economía. “No fue una cosa sencilla -recuerda Borgonovo-. No se tiene en cuenta la inestabilidad, la hiperinflación; pese a lo cual se lograron diez años de estabilidad económica, sin persecución. En nuestro gobierno los militares estaban en la calle con su uniforme y no pasaba nada”.
Tampoco Borgonovo arriesga un plazo para la realización de la tarea. Es mucho material que hay que sintetizar y sistematizar. "Por otra parte, no nos abstraemos de la situación actual que nos tiene a todos muy preocupados”.
El ex presidente Carlos Menem ha ido a alguna reunión, dice su hermano, y “está totalmente de acuerdo con la iniciativa, pero esta es una tarea de sus ex colaboradores”.
“Estamos curtidos con tantos ataques -dice el ex senador Menem- pero queremos reivindicar lo que fue un período importante de la historia argentina”.
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