Según una publicación del diario El Tribuno de Salta, el expediente deja traslucir un sinnúmero de hechos llamativos.
Por Canal26
Martes 18 de Enero de 2022 - 20:48
Un informe publicado por el medio El Tribuno sacó a la luz datos escandalosos que constan en el expediente de la causa Mera Figueroa.
Según la publicación, el caso deja traslucir un sinnúmero de hechos llamativos. Para empezar, la causa se inició y concluyó en juicio respecto a cuatro de los imputados sin que se haya dirimido una cuestión de competencia planteada entre los jueces federal Claudio Bonadio y nacional Alejandro Litvack.
En el juicio, el tribunal impidió que se reprodujeran los escandalosos mensajes recuperados del teléfono de la denunciante y las escuchas dispuestas durante la instrucción judicial. Según las defensas, su sola reproducción hubiese significado “la muerte del expediente”, aclara el informe.
Además, indica que durante el juicio no se escuchó a testigos clave pedidos por las partes y mencionados en la denuncia. También se indica allí que la Fiscalía omitió por un supuesto “error administrativo” recabar las imágenes de las cámaras de todos los lugares en que dijo haber estado la víctima, y en donde supuestamente se desarrollaron los hechos denunciados.
Otro de los hechos que llama poderosamente la atención es que un teléfono que entregó voluntariamente Mera, funcionando y con su clave de desbloqueo, terminó extrañamente inutilizado y se excluyó como prueba, aduciendo la “imposibilidad de abrirlo”.
Pese a que nunca probó el secuestro denunciado, dos personas, Osmar Moyano y Ariel Duarte, siguen privadas de su libertad y condenadas por un delito diferente a aquel por el que se los juzgó, indica El Tribuno.
Asimismo, detalla que el abogado Omar Shirmo, quien terminó absuelto, pasó dos años detenido en condiciones de absoluta indignidad y que no se inició acción alguna contra la abogada Alejandra Carpinetti, pese a que pericias caligráficas oficiales determinaron que firmas de Jéssica Rodríguez, estampadas en escritos que la letrada presentó en la causa, eran falsificadas.
Según denuncia, no se remitieron para investigación los datos, testimonios e indicios obtenidos sobre actividades que infringen la ley 23.737 de estupefacientes y detalla que las llamativas omisiones de parte de la investigación fueron todas claramente direccionadas en forma quirúrgica, no para probar los hechos denunciados, sino para impedir que las defensas demostraran la falsedad de los mismos.
En el listado publicado por el medio también figura que el único informe médico oficial de la revisión que se le practicó a Jéssica Rodríguez, la presunta víctima del secuestro, fue firmado por Dolores Lanús, exesposa del principal acusado de la causa, Mariano Mera Figueroa, de quien se divorció en 2010. La ley la obligaba a excusarse.
Asimismo, Rafael Di Zeo, uno de los líderes de la barrabrava de Boca, fue señalado en la causa como presunto entregador, pero no fue llamado a declarar. La Fiscalía nunca pidió la imputación de Jéssica Rodríguez por falso testimonio, pese a que se comprobó que ella acusó falsamente a su pareja, Pedro Mallada, de haberse llevado a sus hijas la noche del 19 de septiembre de 2018 en complicidad con Mera. En realidad, la Justicia le había entregado en guarda las nenas a Mallada un mes antes, porque la madre y la abuela de Jéssica, estando a cargo de las nenas, se pelearon y las dejaron abandonadas en una plaza de Laferrere. Un colectivero y varios vecinos del lugar vieron a las nenas en penoso estado y alertaron a la Policía. Tras la Intervención del Servicio de Protección por los Derechos del Niño, un juzgado de La Matanza ordenó que se entregara las nenas a Mallada. Las pequeñas, según el acta policial, se encontraban con falta total de aseo, ropa inadecuada, frío y hambre, asegura la publicación.
Mallada, quien fue absuelto en la causa del presunto secuestro por estos antecedentes judiciales, declaró que la abuela y la madre de Jéssica discutieron porque ninguna quería hacerse cargo de las nenas y su madre, atrapada por la droga, solía perderse por días, agrega.
Más adelante, publica que habiendo habido cámaras de videovigilancia en todo el sector de la Bombonera señalado como el lugar donde Jéssica dijo haber sido subida a la fuerza al auto de Mera, la fiscal nunca requirió esas filmaciones clave para corroborar los hechos denunciados y que la Fiscalía tampoco requirió los videos grabados en la vivienda de un agente de seguridad que tenia una cámara domo en otro sector señalado en la denuncia. El mismo desinterés mostró la Fiscalía en requerir las grabaciones de las cámaras instaladas en el local de parrillada donde los supuestos secuestradores buscaron comida con Jéssica antes de llevarla con Mallada y sus nenas.
Otro destacado de la publicación sobre presuntas omisiones, hace hincapié en que esa noche, en los entornos de la Bombonera hubo un amplio dispositivo de seguridad desplegado porque Boca jugó con el Cruzeiro de Brasil un partido de cuartos de final de la Copa Libertadores de América. Los responsables del fuerte dispositivo policial nunca fueron consultados ni citados a declarar, pese que el bar en el que encontraba Jéssica cuando Mera, Duarte y Moyano supuestamente la subieron por la fuerza se encontraba a metros del Estadio. Y una multitud de hinchas permaneció hasta altas horas de la madrugada en todo ese sector de la ciudad de Buenos Aires festejando el triunfo de Boca por 2 a 0.
Esa fue una falencia gravísima, pues todos estos elementos de prueba habrían sido más que suficientes para confirmar que el secuestro de Jéssica realmente existió o probar la falsedad de su relato, destaca la nota.
En ese marco, añade que abogados defensores hicieron notar que tampoco se requirieron las fotos que tomó un puesto de peaje estratégico para aclarar la denuncia y que “se incluyeron maliciosamente fotos del día anterior y el día siguiente a los hechos denunciados” y que se desestimaron las pericias que indicaban que el escenario señalado no había sido modificado ni limpiado. Tampoco se consideraron las pruebas oficiales de Luminol que descartaron la existencia de sangre y otras sustancias.
Según indica la publicación, lo mismo ocurrió con los testimonios que señalaban que Jéssica se encontraba en su casa libre y voluntariamente, y que no presentaba señales de golpes ni violencia. Finalmente, destaca que otros testigos dijeron haber visto a Jéssica salir de la parrillada rumbo a la vivienda donde la esperaban Mallada y sus nenas voluntariamente, con buen ánimo y sin señales de violencia. Esta situación fue testificada, entre otros, por la persona que atendía en el lugar y que la conoce bien, pues ella había trabajado allí y frecuentaba el lugar. Fuente: El Tribuno.
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