*Por Ezequiel Kesel
Para sorpresa de nadie, el flamante nuevo Presidente de Estados Unidos, Joseph Biden, ha decidido, para empezar su mandato, anular toda política de la administración anterior.
Pero para hacer algo así se tiene que tener un plan, o por lo menos, un archivo PDF bien redactado con las pautas que el presidente debe seguir. Y eso es lo que se encontró.
El periodista y autor estadounidense, Andrew Ross Sorkin, cronista de la crisis financiera de 2008, consiguió unos apuntes… o mejor dicho todo un manifiesto con las pautas a seguir por el nuevo gobierno demócrata en sus primeros 100 días de mandato. Esto fue publicado por él en el portal “The New York Times” y luego replicado por la página “ZeroHedge”.
El manifiesto aboga por borrar todas las políticas que no ayudaron exactamente a promover el libre comercio. Pero no un libre comercio realmente competitivo, sino del tipo que permite a las megas corporaciones actuar con libre albedrio. Además pide que se paren las negociaciones con México y Canadá, cosa que ha causado bastante enojo en los Presidentes de dichos países, especialmente de Justin Trudeau de Canadá (siendo este aliado de Biden).
Es bastante curioso que mientras la mayoría de medios estadounidenses aplauden la nueva hegemonía del Partido Demócrata por sus promesas de unión, defensa de los derechos civiles, apoyo a la comunidad LGBT, políticas migratorias más laxas y persecución de disidentes, el plan redactado para Biden está enfocado en otros temas y escrito por gente no del todo progresista.
Según Sorkin, el grupo contiene nombres con un trasfondo no necesariamente demócrata que, aparte, actúan como comité asesor privado de la banca JPMorgan Chase. Alguno de estos incluye a Tony Blair, el ex primer ministro británico; Condoleezza Rice, ex asesora de Bush; y Henry Kissinger, secretario de estado de Nixon y Ford. Además, dos ex secretarios de estado; Robert Gates, ex secretario de defensa de Bush y Obama; Alex Gorsky, director ejecutivo de Johnson & Johnson; Bernard Arnault, presidente de Luis Vuitton; y Joseph C. Tsai, vicepresidente ejecutivo de Alibaba, y otros más.
Se podría decir irónicamente que este grupo son “los globalistas de los globalistas” y su visión no está alineada con ideas nacionalistas o proteccionistas como las que avalaba el ex Presidente Trump.
Tony Blair defiende esta vuelta al globalismo crudo diciendo que no son realmente tan malos, sino que sus políticas están basadas en el sentido común, pero que entiende porque la gente estaría enojada con ellos (sic).
Vemos nuevamente como todos estos tecnócratas están completamente separados de la opinión pública y los deseos de la gente, pero buscan ablandarte el corazón.
Según su teoría, la cooperación internacional es lo que realmente va a hacer fuerte a tu país y permitir que miles de empresas extranjeras se instalen en tu tierra va a mejorar tu calidad de vida. Piden que los gobiernos hagan caso a la ONU y las otras entidades internacionales porque ellos quieren lo mejor para nosotros.
La agrupación también alega que los culpables del esparcimiento del Coronavirus son los escépticos del sistema globalista, a pesar de que si hubiera un control inteligente fronterizo se evitaría que problemas exteriores se filtraran en tu país.
Su hipocresía vuelve a resaltar al mencionar la lucha urgente que se tiene que hacer contra la Pandemia mientras propone una cooperación mucho más profunda con China.
La idea es que las diferencias entre Estados Unidos y China se resuelvan con una competencia de producción y comercio como forma de evitar una guerra. Esto, a simple vista, no suena tan mal, pero es imposible siendo que mandaron la mayoría de sus fábricas hacia el país asiático y su mano de obra casi esclava les daría una ventaja imposible de superar.
De forma resumida, el manifiesto propone que Estados Unidos baje la cabeza ante China y permita, de forma disimulada, que se conviertan en la potencia mundial dominante.
Este manifiesto permite hacernos una idea de cómo serán las políticas del gobierno de Biden, básicamente un resurgimiento de la era de Bush y Obama. No pasó una semana y ya se está empezando a caldear la primera guerra en 4 años.
Y también se le suman todos los decretos que Biden firmará sobre salud, barbijos, test, inyecciones y restricciones de ingreso al país (esto último fue criticado por Biden a Trump durante el primer debate). Se le suman las medidas de cambio climático, reingresando al Acuerdo de Paris, e igualdad de género.
Todo esto es parte del plan globalista apodado: “Build Back Better” (reconstruir mejor), lema asociado con el “Gran Reinicio Económico” propuesto por el foro de Davos y usado por diversos políticos en la izquierda y la derecha. Su plan es reiniciar y reconstruir el capitalismo pero usando la lucha por los derechos de las minorías y el cambio climático como punto central para el nuevo sistema de producción al haberse desgastado el sistema anterior.
Todo parte del capitalismo de crisis: la ganancia parte de hacerte creer que el mundo está en peligro por un virus o por el calentamiento global, tapando que el verdadero peligro es el globalismo y el capitalismo salvaje. ¿Alguno recuerda las predicciones de la joven Greta Thunberg diciendo que el mundo estaba por prenderse fuego?
Mi gran pregunta sobre esta reconstrucción del globalismo, es sobre quién, en su sano juicio, contrataría a un arquitecto, que diseño un edificio que se cayó, nuevamente para diseñar otro. Seguramente nadie, pero los globalistas, con Biden como cara visible, están pidiendo que abramos nuestros corazones y les demos una nueva oportunidad.
*Investigador, analista internacional. Conductor del programa “Amos del Mundo” en la plataforma YouTube.
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