Violencia contra migrantes en EEUU: "Los abusos siguen llegando porque es probable que haya impunidad"

Migrantes en la frontera entre México y Estados Unidos. Foto: EFE.

Berto, un migrante que caminó durante ocho días por el desierto, se topó con la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos. El hombre, sediento y deshidratado, pidió que le conviden agua. Sin embargo, la respuesta del agente fue violenta; le dio una paliza que lo dejó inconsciente y mientras lo golpeaba le dijo: "Si quieres agua, hay agua en tu país". Apenas Berto recuperó la consciencia, vio cómo el policía seguía hostigándolo y le dijo que se fuera caminando a México, pero él no podía moverse por el dolor. Después de mucho insistir, el efectivo llevó al migrante a un hospital para que lo atiendan, donde aprovechó para denunciar toda la situación. Pero no le hicieron caso y finalmente lo deportaron a Nogales, en el norte de México. 

Migrantes en la frontera entre México y Estados Unidos. Foto: EFE.

Esta es una de las denuncias que recoge un informe hecho con casos recopilados por las organizaciones WOLA y Kino Border Initiative que muestran la violencia de las autoridades estadounidenses con los migrantes y la impunidad que tienen para hacerlo. Los migrantes plantean que este comportamiento es "persistente" en las más de 78 denuncias formales presentadas a Estados Unidos entre 2020 y 2022, de las cuales un 95% quedaron impunes.

Estas imputaciones, que no fueron investigadas ni penadas, incluyen casos de palizas, negación de atención médica y abusos de autoridad. El texto, de más de 80 páginas, recoge varios casos macabros a los que el sistema de escrutinio interno de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) no dio respuesta.

Migrantes en la frontera entre México y Estados Unidos. Foto: Reuters.

Otro de los impactantes casos de violencia fue hacia una mujer, Evelyn, embarazada de ocho meses quien llevaba horas sin sentir a su bebé, tras haber caminado durante un largo tiempo en el desierto. Las autoridades la expulsaron a Nogales directamente. A la mañana siguiente cuando fue atendida por un médico le dijeron que había perdido a su hijo. 

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Las organizaciones denuncian que, si no es por el trabajo de "actores externos" como defensores de derechos humanos, periodistas o incluso las propias víctimas, no se conocerían estos abusos, ya que el propio personal casi nunca los reporta. Cuando se decide poner una denuncia formal, los casos entran en bases de datos "sin que se les haga seguimiento", se cierran a causa de litigios o porque "no hubo una violación de la política".

Los casos entran en bases de datos "sin que se les haga seguimiento", se cierran a causa de litigios o porque "no hubo una violación de la política".

"Es difícil decirle a alguien que ha experimentado abuso por parte un oficial de migración y que quiere poner una denuncia, que en la mayoría de los casos no recibimos respuesta", dijo Zoe Martnes, coordinadora en Kino Border, en un comunicado. 

Migrantes en la frontera entre México y Estados Unidos. Foto: Reuters.

Adam Isaacson, investigador en WOLA, indicó que la falta de atención a los casos facilita que se lleven a cabo estos abusos. "La falta de rendición de cuentas está tan extendida que ayuda a cimentar una cultura que permite las violaciones de derechos humanos. Los abusos siguen llegando porque lo más probable es que haya impunidad".

El informe además, hace 40 sugerencias a las autoridades para detener estos crímenes. Entre ellos proponen penalizar a los agentes que cometen los abusos y mejorar el sistema de denuncias.