Es ex director del laboratorio antidopaje de Moscú y principal informante de la AMA en el caso que terminó derivando en la suspensión de casi todos los atletas rusos. El hombre al que le teme Vladimir Putin.
Por Canal26
Martes 28 de Julio de 2020 - 19:36
Grigory Rodchenkov. Foto: Netflix.
Grigory Rodchenkov, ex director del laboratorio antidoping de Moscú y el más importante informante de la AMA en el caso de dopaje de estado de Rusia, está por causar una verdadera conmoción a nivel mundila.
Es que este mismo jueves, este hombre, para muchos desconocido, va a pasar a la posteridad cuando publique finalmente una autobiografía que tiene todo el aspecto de una poderosa bomba contra el deporte -y el gobierno- ruso.
El libro abunda en detalles sobre el complicado y aceitado sistema de dopaje aprobado por el Gobierno de Valadimir Putin, pero al mismo tiempo es la parte visible de un escándalo mayúsculo y de proporciones. Esto recién empieza.
El periódico británico Daily Mail difundió un fragmento del libro "El caso Rodchenkov. Cómo derribé el imperio secreto de dopaje de Rusia", que se editará únicamente en el Reino Unido, donde vive su autor. Claro que se tuvo que ir exiliado.
"Los soviéticos habían planeado esconder un laboratorio antidopaje a bordo de un barco en el puerto de Los Ángeles durante los Juegos Olímpicos, después de que desde el COI y del Laboratorio de Análisis Olímpico de la UCLA anunciaron que podrían detectar cualquier producto, incluidos el estanozolol y la testosterona, en esos Juegos", diceRodchenkov.
Y eso no es todo. Sigue diciendo el autor: "Entonces, testear a los atletas rusos antes de que se fueran no sería suficiente: los zares deportivos soviéticos tenían que tener su propio laboratorio en el lugar para asegurarse de que ningún deportista soviético sucio llegara a las líneas de salida. Cuando Los Ángeles no permitió que nuestro barco ingresara al puerto, fue la gota que colmó el vaso. El Politburó (Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de la URSS) boicoteó entonces los Juegos Olímpicos".
Esto, poco y nada tiene que ver con la "historia oficial", como tantas veces sucede, en la que se indica que la URSS justificó su accionar como una preocupaciones por la seguridad de sus atletas dados los "sentimientos chovinistas y una histeria anti-soviética" que existía en Estados Unidos, pero en realidad promocionó el boicot como una respuesta al que el país norteamericano había impulsado contra la cita olímpica de Moscú, cuatro años antes.
Rodchenkov cuanta también que su país sabía que el velocista canadiense Ben Johnson se dopaba antes de su famoso positivo durante los Juegos de Seúl de 1988, pero que decidió no divulgar esa información, obtenida durante los Juegos de Buena Voluntad de 1986 que se celebraron en Moscú.
Y avanza aún más: "El control de dopaje en esos Juegos resultó ser una formalidad. Nuestro laboratorio encontró 14 resultados positivos, incluido el de Ben Johnson, pero el Ministerio de Deportes Soviético decidió no informar de ellos".
Vladimir Putin, presidente de Rusia. Reuters.
En otro capítulo del libro, el autor relata con todo detalle de qué manera se levantó y cómo funcionó el laboratorio antidoping de Sochi y de qué manera se dopaban los atletas rusos durante esos Juego, pero también en los años previos. Sus palabras confirman la información que se dio a conocer ya hace un par de años en el informe McLaren y los datos que el propio médico divulgó en el testimonio que prestó ante la Agencia Mundial Antidopaje.
El "Cóctel Duquesa" -que se conseguía luego de mezclar los esteroides con alcohol (whisky o vermouth) en una concentración y con una técnica que evitaba que los metabolitos detectables a largo plazo aparecieran en los controles-, la manipulación de las muestras de orina y el encubrimiento de los casos positivos eran los pilares de la trama.
"Cuando asumí como director del laboratorio de Moscú en 2005, mi trabajo era asegurarme que los atletas rusos que participaban en eventos internacionales nunca fueran descubiertos haciendo trampa. Y parecía que no había nada que no estuviéramos dispuestos a hacer para lograrlo", sostiene Rodchenkov.
Respecto del sistema que se utilizó en Sochi para esconder el doping de sus atletas, el médico relata que durante una cena, Evgeny Blokhin, un agente del servicio secreto del Kremlin (FSB), le informó que su "equipo de magos" había encontrado la manera de abrir, sin daños detectables, las botellas utilizadas en la recolección de orina de los atletas, consideradas a prueba de manipulaciones.
Esa "habilidad" les hizo posible cambiar muestras durante la cita de deportes de invierno, aún cuando el COI y la AMA los estaban controlando muy de cerca.
Rodchenkov relata además que cerca del laboratorio oficial de los Juegos, se había instalado otro similar y secreto, en una oficina oculta del FSB, en el que contaban con un "banco de orina limpia" de todos los deportistas rusos que se dopaban. Y que realizaban el intercambio de muestras a través de un orificio que habían hecho en la pared y "disfrazado" como un tomacorriente, con la ayuda del mismo Blokhin, quien se vestía de plomero para no llamar la atención.
"No me disculpo por lo que hice. En el pasado, hice lo que debía hacer. Ahora, hago lo que elijo hacer. Hay un mundo de diferencia", asegura Rodchenkov. Y asegura: "Rusia proclama en voz alta la doctrina del doble pensamiento, siendo 'conciente de la veracidad total mientras dice mentiras cuidadosamente construidas'. Yo estoy feliz, finalmente, de estar del lado de la verdad".
Polémica con rendimiento de atletas. Reuters.
Antes del lanzamiento de su libro, el autor dio una entrevista exclusiva a la cadena británica BBC, en la que afirma sin vueltas que "ningún deportista ruso debería ser autorizado a participar el próximo año en los Juegos Olímpicos de Tokio", que fueron postergados para 2021 por la pandemia de coronavirus.
"Los mismos miembros del personal que hacían contrabando y que intercambiaba muestras en Sochi falsificaban todos los documentos. Era una progresión en la falsificación, día tras día, de esos datos, un fraude increíble de proporciones indescriptibles", afirmó el escritor respecto del trabajo realizado en Rusia para ocultar los positivos de los atletas.
Y sentenció que el accionar de Rusia en los últimos años -negándose primero a entregar los datos del laboratorio de Moscú y suministrando luego información adulterada- es evidencia de que ese país "no aprendió absolutamente nada".
Rodchenkov fue por años el genio oculto del sistema de dopaje de estado muy duro. Pero tras confesar que había desarrollado y distribuido sustancias prohibidas para mejorar el rendimiento de miles de deportistas rusos entre 2005 y 2015, se convirtió en confidente de la AMA en 2016. Sus revelaciones fueron la base sobre la que se sustentaron las sanciones a Rusia a partir de los Juegos de Río 2016.
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