Habló denunciante de La Luz del Mundo: “Abusaron de mi tía, de mí, no quería que abusaran de mi hija”

Sochil Martin, asistente del líder de la iglesia, Naasón Joaquín García, relata agresiones sexuales que sufrió.

Por Canal26

Martes 3 de Marzo de 2020 - 11:52

Sochil Martin, en una rueda de prensa en California, tras presentar la denuncia contra la cúpula de La Luz del MundoSochil Martin, presentó la denuncia contra la cúpula de La Luz del Mundo.

Sochil Martin fue preparada por su tía durante la infancia para entregarla como ofrenda sexual a la cúpula de la iglesia La Luz del Mundo. Martin cuenta: “Me platicaba acerca de cómo me iba a someter a ellos, creía que era una bendición".

 

La mujer fue víctima de agresiones sexuales durante más de dos décadas en manos de los líderes, primero de Samuel Flores, y después de su hijo, Naasón Joaquín García, en 2016 finalmente decidió hablar para impedir que a su hija le pase lo mismo.

 

“Naasón me había pedido a mi niña de cuatro años. Me dijo que quería que ella fuera su enfermera. Y pensé: Samuel se lo hizo a mi tía, me lo hizo a mí, él o su hijo se lo iban a hacer a mi bebé. No quería que eso pasara, era un ciclo que tenía que parar”, dice.

 

“Yo nací dentro de esa religión, que no es una religión sino una secta”, cuenta. "Los obispos me llamaban apóstata y mi familia me mandó a decir que yo estaba muerta para ellos”, explica.

 

El 13 de febrero se presentó en un tribunal de Los Ángeles una demanda civil contra la cúpula de la organización. “Es difícil descubrir que todo tu mundo es una mentira, toda tu vida es una mentira", comenta.

Sede de La Luz del Mundo en la ciudad mexicana de GuadalajaraSede de La Luz del Mundo en la ciudad mexicana de Guadalajara.


“Mucha gente sabía lo que me estaba pasando a mí, a otras muchachas y muchachos, pero nadie pensaba: ‘Qué mal, están siendo abusados, hay que decírselo a las autoridades’. Todos decían: ‘Qué bendición, qué dichoso’, porque así te lo inculcan. Una vez me tocó bailarle a Samuel. Era muy chica y en ese momento pensé que si me quitaba la ropa el siervo de Dios se iba a enojar, pero ninguna de las mamás que estaban presentes lo miró mal. Nadie lo miraba mal”. Ahora de grande uno se da cuenta que todo eso estaba muy mal, de que Dios no estaría de acuerdo”, reflexiona.

 

“Cuando me salí de la secta le dije a Naasón que dejara en paz a las niñas que yo le había mandado, pero él seguía abusando y yo pensaba: ‘lo que hicieron conmigo lo están haciendo con ellas”, relata.

 

“Tenemos a muchos cuerpos que no han podido encontrar, y tú sigues. Uno de sus sicarios me mandó una foto de mi casa diciendo que estaban esperándome afuera. Si hay alguien que quiere hablar, una víctima que se quiere salir, ellos se encargan”, agrega.

 

“Ojalá que esto pueda ayudar a algunas niñas en España, Inglaterra e Italia, que esto les de una voz y valentía para poder salir”, cierra.

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