El pueblo descree de sus representantes

POR MANUEL CASTRO

Después de seis horas de debate y 105 votos a favor, todo había terminado.

El Congreso peruano (unicameral) lo destituyó aplicando una especie de moción de censura y el presidente Vizcarra Cornejo se fue diciendo que “la historia y el pueblo peruano juzgarán a los legisladores”.

Asumió provisionalmente Manuel Merino, pero cinco días después, renunció. Desde el mismo momento en que Vizcarra fue destituido comenzaron las manifestaciones, duras por cierto. La policía también actuó de la misma forma. El país está sin presidente y con un Congreso que no sabe para donde ir y las calles del país sobre todo Lima en estado de rebelión.

Es una constate, pero en todo el mundo; la falta de representatividad de la casta política. Casta es el término correcto, porque se creen más allá de los ciudadanos de donde les emana el poder. La destitución de Vizcarra ¿fue legal?. Si lo fue. Pero no lo creyeron así algunos ciudadanos que salieron a las calles acusando a los legisladores de cuidar solo sus intereses. Vizcarra tenía el 60% de popularidad. Los enfrentamientos fueron constantes y diarios. Después de las muertes de dos jóvenes estudiantes, 107 heridos (34 continúan hospitalizados) y 41 desaparecidos, fue ya demasiado. Merino, en un mensaje televisado dijo adiós “Todo el Perú está de luto, nada justifica que una legítima defensa deba desencadenar la muerte de peruanos” “No busqué tener el cargo, lo hice con responsabilidad, humildad y honor. Fue un reto que acepté”.

En los choques entre policías y manifestantes durante estos casi seis días se usaron camiones hidrantes, balas de goma y gases lacrimógenos. Obviamente la violencia fue recíproca.

Vizcarra volvió a aparecer diciendo que un dictatorzuelo había salido del Palacio.

En el Congreso todos “huyeron”. Nadie parece querer hacerse cargo.

Para más contradicciones, Vizcarra podría volver a ser presidente. Todo esto es muy raro. Pero para que eso ocurra se debe esperar la decisión del Tribunal Constitucional para que se expida sobre la validez de la “moción de vacancia moral”, es decir, si lo realizado por los legisladores tiene asidero legal y si no lo tuviera, declararlo nulo. Es muy probable que esto ocurra porque nadie quiere agarrar este hierro al rojo.

¡Qué sentimiento de orfandad para el pueblo peruano!

Y qué injusto.

Pero el ahora ex presidente Merino no se irá así nomás. Tampoco el ex primer ministro Ántero Flores-Aráoz. Habrá una investigación por los muertos y desaparecidos. Para encontrar a estos últimos se tendrá que ir a todas las comisarias y ver si en esos lugares están arrestados. A estas acciones de la Fiscal General del Perú se suma la denuncia de ONGs de derechos humanos por homicidio agravado, abuso de autoridad y lesiones graves.

Decía más arriba, que desde hace años y en casi todo el mundo vienen sucediendo manifestaciones ciudadanas contra los malos manejos de los que dicen que representan a esa misma ciudadanía. Pero también la ciudadanía tiene que tener el tino, la capacidad y el cuidado para no ser usada y de reconocer cuando detrás de reclamos justos, hay manos que manejan los hilos para su propio beneficio. Esas mismas manos, millonarias y benefactoras, que ponen sus fichas en los dos bandos; como lo fueron las llamadas Revoluciones de Colores en Serbia, Georgia (en el Cáucaso), Kirguistán y Ucrania. ¿Cuál fue la acusación más común para llevar a cabo esas revueltas, violentas por otra parte?. Fraude electoral. Recuerden que desde hace rato tenemos manifestaciones violentas desde América del norte hasta América del sur. Reclamos válidos, pero con el tufillo de ser fogoneadas.

De todas formas, si se hubieran hecho las cosas bien, nada de esto hubiera ocurrido. Perú tiene un “tradición” de presidentes echados por corruptos. Lo señalé en mi artículo anterior.

Ahora el país busca una salida. La casta política no sabe cómo hacerlo.

¿Lo sabrá el pueblo?