El coronavirus golpeó duramente los cimientos de la economía de Perú

Uno de los motores de Sudamérica en los últimos años sufre una contracción de doble dígito este año, la mayor de entre los grandes países de la región. Sin embargo, aseguran que en 2021 llegará la recuperación.

Por Canal26

Sábado 20 de Junio de 2020 - 10:36

Coronavirus en Perú, REUTERSCoronavirus en Perú, REUTERS

El coronavirus golpeó duramente a la economía peruana, ya que desbordó la capacidad de resistencia del sector productivo peruano.

 

La pandemia ha echado raíces en América Latina, una de las regiones menos afectadas en los primeros compases de emergencia global, y Perú va camino de ser, por mucho, la mayor víctima continental en lo económico, con una caída del PIB que la mayoría de analistas ya sitúa en el doble dígito este año.

 

El país sudamericano se enfrenta a un choque múltiple. Como exportador de materias primas sufre el zarpazo de unos precios y unos volúmenes de intercambio por los suelos; el confinamiento estricto está cortocircuitando el consumo por mucho más tiempo del inicialmente previsto y provocando una riada de despidos; y la altísima prevalencia de la informalidad (el 70% de los trabajadores no tienen contrato de trabajo, una cifra enorme incluso a escala regional) termina de complicar aún más las cosas. Ese cóctel tiene un único resultado: el país andino está, según ha reconocido en esta semana su presidente, Martín Vizcarra, ante la mayor crisis económica de su historia.

 

Los últimos datos mensuales disponibles dejan poco espacio para la duda: la contracción es enorme. En el cuarto mes del año la economía se despeñó un 40,5% interanual, más de lo previsto por la mayoría de analistas, con amplios sectores productivos completamente paralizados.

 

La respuesta fiscal ha sido rápida y cuantiosa, una de las mayores de la región. Pero insuficiente para contener la magnitud de un golpe que nadie tenía en su hoja de ruta: el crecimiento que le pronosticaban para este año, superior al 2%, se ha convertido en un -12% de pesadilla, según la última proyección del Banco Mundial, publicada la semana pasada.

 

El Gobierno de Vizcarra está convencido de que podrá generar al menos un millón de puestos de trabajo con un, sobre el papel, ambicioso plan de obra pública recién anunciado. Pero Segura lleva el foco de sus críticas a la ausencia de una estrategia completa para enfrentar lo que se viene encima. Las políticas de liquidez a empresas, vitales para su supervivencia, se han quedado —a su juicio— cortas y se ha hecho “poco” para evitar una avalancha de despidos masivos como la que se está produciendo. En la misma línea, el economista Néstor Valdivia cree que las soluciones propuestas no han sido acordes a la realidad, han obviado al campo: ni han garantizado el apoyo a la micro empresa ni han utilizado la experiencia de los sistemas de microfinanzas, agrega.

 

La mayoría de pequeños negocios, los que peor lo están pasando, han quedado al margen de las ayudas oficiales. El Ministerio de Economía creó un programa de préstamos de la banca comercial garantizados por el banco central, para respaldar la cadena de pagos. 71.000 empresas lo han obtenido ya, pero las cifras son muy desiguales: solo una pequeñísima parte ha ido a la micro y pequeña. Tras varias semanas sin respuesta, los gestores del banco se sinceraron: preferían clientes grandes.

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