Republicanos y demócratas tienen bastiones y espacios clave donde la discusión no pasa por si ganarán, sino más bien, por cuánto margen lo harán.
El presidente de EE. UU. Biden hace campaña por los demócratas antes de las elecciones intermedias en Florida. Reuters
Entramos en la cuenta regresiva de la que promete ser una de las elecciones de medio término más interesantes de las últimas décadas para los Estados Unidos. Con un escenario interno de inflación, pero también de recuperación económica del país; con un contexto internacional marcado por la guerra de Ucrania y el desafío de contener la influencia global de China; así, demócratas y republicanos vuelven a verse las caras en los 50 estados del país. Esto, a solo dos años de la derrota de Donald Trump en las presidenciales.
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Como en cada elección, republicanos y demócratas tienen bastiones y espacios donde la discusión no pasa por si ganarán, sino por cuánto margen lo harán.
En Texas, que es el segundo estado más poblado del país, los republicanos corren con una clara ventaja según todos los sondeos que los colocan como vencedores y les darían una gran cantidad de representantes. La tendencia política actual para los demócratas es que el estado de Texas, desde hace varias elecciones, es cada vez más difícil de ganar pese a contar con la presencia de una fuerte comunidad latina en el sur.
Todo el cordón central del país, formado por estados como Oklahoma, Kansas, Luisiana, Misuri y Arkansas se volcaría a favor de los candidatos locales del Partido Republicano. Las diferencias serían muy favorables a la actual oposición nacional.
En relación a California, el estado más poblado de los Estados Unidos, allí se espera una clara victoria de los demócratas. Probablemente con un porcentaje bastante alto. Sin sorpresas en el bastión demócrata por excelencia.
En la costa Este, dónde se ubica Nueva York, se espera también un cómodo triunfo de los demócratas, al igual que en Massachusetts, dónde se emplaza la ciudad de Boston.
Seguidores del expresidente, Donald Trump, esperan lo esperan durante un mitin en Miami, Florida. Reuters
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Los estados pendulares del país toman ese nombre porque suelen ser los que, de una manera u otra, definen la elección. Dependiendo del contexto interno, son estados que se vuelcan por los demócratas o por los republicanos, y van oscilando en cada elección, por lo que son el punto más interesante a seguir de la elección.
El primer estado pendular por excelencia es Florida. Allí, dónde se elige gobernador también, todas las tendencias muestran que habría un claro triunfo de los republicanos, impulsados por la gestión del actual gobernador, Ron DeSantis. En Florida, la comunidad latina, a diferencia de otros lugares, se volcaría más por los republicanos en esta elección.
El Florida, el presidente de EE. UU. Biden hace campaña por los demócratas antes de las elecciones intermedias en Florida. Foto Reuters
Muy importante serán los resultados en Georgia, dónde se definió la elección en 2020 (en aquel entonces en favor de Biden). Hoy, las tendencias muestran una ventaja republicana en ese estado. Otro "punto caliente" de estas elecciones es Carolina del Norte, donde los sondeos hablan de una clara paridad entre ambos partidos, según la encuesta que se tome.
En Pensilvania, otro estado pendular pero de la costa Este, las tendencias muestran que habría un triunfo demócrata. Pero el cordón industrial no está asegurado para los demócratas, ya que en Ohio, otro estado pendular, los republicanos aparecen como favoritos, incluso en los sondeos de los demócratas.
Clave serán los casos de Michigan y Wisconsin, en el extremo norte del país, dónde desde hace varios años, las votaciones son extremadamente parejas. Las últimas tendencias hablan de una leve ventaja republicana que, igualmente, puede sufrir modificaciones dados los antecedentes de otras elecciones. En Illinois, otro estado siempre importante, habría victoria demócrata.
Un ciudadano camina un centro de votación antes de la elecciones intermedias en Marietta, Georgia. Reuters.
Los últimos estados pendulares son Nevada y Arizona. En ambos, los demócratas ganaron en 2020 y se llevaron la presidencia. Siempre son estados con una gran paridad, aunque según los últimos sondeos, habría una leve ventaja de los republicanos que, igualmente, debe tomarse con pinzas ya que los resultados suelen ser muy cambiantes en ambos casos.
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En líneas generales, las encuestas dan cuenta de que los republicanos corren con una ventaja para ganar las midterms, algo que se estaría viendo en el voto por adelantado. Sin embargo, la elección sigue su curso hasta que se cuente el último voto y, en algunos estados, la lucha podría ser "cabeza a cabeza" hasta el recuento del último voto.
Biden en pantalla mientras el expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump habla en campaña por las elecciones de mitad de período. Reuters.
Las midterm podrían dar un fuerte respaldo a los republicanos, y a Donald Trump en especial, de cara a las elecciones presidenciales de 2024; y dejaría a los demócratas con muchos puntos a revisar de su estrategia interna y, quizá, también externa, si pretenden seguir al frente de la Casa Blanca en 2024.
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