¡La vida es hoy! Las sandalias negras, de Gabriel García Márquez

Gabriel García Márquez. Foto: Archivo.

La última vez que le regalé unas sandalias a mi madre, fueron unas sandalias negras. Se las estrenó al otro día. Cuando la vi, hasta me sorprendió, yo se las había comprado para "un día especial" y le pregunté: ¿por qué se las había estrenado tan rápido?, y me dijo: ¿Y si me muero mañana? se las estrena otro, son para usarlas ahora.

¡Dos meses después, ella falleció! Hoy me volví a acordar de las sandalias negras y me pregunté: ¿Qué estamos esperando para estrenar?, ¿Qué es realmente un día especial, cuando la vida se vive una sola vez?

Así pasamos la vida esperando el momento adecuado, el momento preciso, el día especial para estrenar aquello que nos hará sentir mejor. ¿Cuánta gente llega sin decir lo que quiere, sin ponerse lo que desea?

Las sandalias negras, de Gabriel García Márquez.

Los matrimonios que se rompieron porque el otro no dijo perdón primero. Los amigos que dejaron de hablarse por un malentendido.

La familia que jamás volvió a reunirse porque no encontraban un día especial. Los sueños que quedaron por esperar la oportunidad.

La gente honesta que perdimos porque fue sincera y nos dolió.

¿Y si no llega mañana?

¿Qué dejaste sin estrenar para que otro estrenara?

¿Qué palabras dejaste sin pronunciar? como por ejemplo "Te quiero"

Y así vamos, sin darnos cuenta de que nos quedamos inertes ante la vida, por esperar el mañana, cuando el mañana no existe, es solo una esperanza, una idea que tal vez no llega, solo nos queda hoy.

Hay que estrenar las sandalias, luchar por lo que amas, por tus sueños, por la vida; y cada mañana cuando abramos los ojos en ese nuevo día, disfrutar lo que tenemos porque no sabemos si Dios nos va a regalar otro día, no tenemos que esperar un momento especial, no dejar que la vida pase tan rápido, mejor anda sin prisa y con pausa, admirando el paisaje, los regalos que da la vida, las maravilla que nos brinda la naturaleza, el amor de sus seres queridos, la felicidad de hacer lo que nos gusta, comprar aquello que nos agrada, amar a las personas que nos rodean; en ocasiones guardamos sin estrenar sentimientos, sueños, solo por miedo a fracasar; hay que vivir la vida como si fuera el último día. Lo único que tenemos seguro es el presente y hay que disfrutarlo.