El Gobierno pone en marcha la nueva "cuarentena escalonada" y mira atentamente el rebrote en el mundo

Alberto Fernández junto a Horacio Rodriguez Larreta y Axel Kicillof.

El AMBA, el corazón urbano de la Argentina, comienza a dar sus primeros pasos en una nueva fase 3 renovada de la cuarentena y con mayores aperturas, pese al pico de contagios y al rumbo que está tomando el virus en otras latitudes. España, Israel y Estados Unidos están sufriendo nuevos embates del coronavirus y a nivel global se registró un récord de casos: en la última jornada fueron más de 237.000, por lo que la curva mundial sigue sin tocar techo en una pandemia que alcanza ya 13,8 millones de casos y 591.666 muertes, según los datos de la Organización Mundial de la Salud.

A la espera de una vacuna, la expansión del COVID-19 está lejos de terminar y, por el contrario, científicos del mundo pronostican una segunda ola que podría ser más fuerte que la que se registró por primera vez en Wuhan a finales de 2019.

A un mes de retomar la actividad económica, España implementa medidas restrictivas en algunas zonas para intentar frenar el número de nuevos positivos ante el temor a una segunda ola de contagios que pueda volver a paralizar al país. La preocupación se extiende sobre todo en las regiones de Cataluña y Aragón, fronterizas la una con la otra, donde el número de infectados se se multiplicó en los últimos días, lo que ha obligado a sus respectivos gobiernos autonómicos a restringir el movimiento a sus vecinos, aunque de momento sólo de manera voluntaria.

Israel, que superó la primera fase del coronavirus con un impacto moderado, vive desde hace semanas un segundo rebrote más fuerte. El país -de unos nueve millones de habitantes- culminó una rápida reapertura a fines de mayo. Entonces registraba 17.000 casos y 285 muertos, pero su desescalada acelerada derivó en un preocupante aumento de contagios: hoy registra un total de casi 50.000 casos y 400 fallecidos, y la tendencia sigue al alza. Esto hizo que las autoridades tuvieran que dar marcha atrás. La semana pasada cerraron bares, discotecas o salas de eventos, el viernes impusieron el cierre de negocios no esenciales durante fines de semana y a partir del martes cerrarán también los restaurantes, lo que supone graves consecuencias para la economía del país.

Estados Unidos es el país más afectado en el planeta, con 3,5 millones de casos y 137.000 muertos. Una ola de nuevos casos confirmados de coronavirus aumenta rápidamente y satura las salas de emergencias de hospitales de varias ciudades, lo que llevó a los pacientes hasta los pasillos y a las enfermeras a trabajar horas extra a fin de tratar de lidiar con el incremento repentino.

El epicentro de la pandemia fue New York donde parece haberse apagado para prenderse con más fuerza en el Estado de Florida que acumula casi 338.000 casos confirmados y 5.002 muertes. Ante este escenario, la coordinación entre los países de Europa para la desescalada es fundamental para evitar una segunda ola de coronavirus, reveló un grupo de científicos de la universidad de Southampton (Reino Unido) que analizó datos de Google y de teléfonos móviles.

Aunque la Ciudad y el gobierno bonaerense prepararon un esquema de aperturas paulatinas, advirtieron que si el ritmo de contagios se acelera, darán marcha atrás, una "cuarentena intermitente" -como la catalogó Axel Kicillof- que parece será constante hasta la llegada de la vacuna.