Un informe de la UBA comparó una encuesta realizada al iniciar el aislamiento por el coronavirus con otra actual. Conocé todos los detalles en la nota.
Por Canal26
Martes 19 de Mayo de 2020 - 16:14
Insomnio durante la cuarentena
Un estudio del Observatorio de Psicología Social Aplicada (OPSA), de la Facultad de Psicología de la UBA realizó el análisis comparativo de dos trabajos con encuestas sobre salud mental realizadas durante la cuarentena por la pandemia de coronavirus.
La primera se hizo a los 11 días de iniciada sobre 2.631 consultados; y la segunda, a los 55 días, sobre 2.068.
Los objetivos fueron conocer el estado de salud mental de la población argentina y las conductas que implementan los ciudadanos para lidiar con el malestar psicológico durante el período de aislamiento obligatorio. Y además, comparar los datos recolectados en los primeros días de la cuarentena con aquellos obtenidos a casi dos meses del inicio.
El primer diagnóstico de este estudio, impulsado por el Secretario de Investigaciones de la Facultad de Psicología, Martín Etchevers, es que aumentó la toma de medicación para combatir el estado emocional negativo relacionado con este período de aislamiento.
También indica que subió el uso de medicación sin prescripción médica del 10,53% al 13,54%, el consumo de alcohol del 8,1% al 11,51%, la consulta psicológica del 4,79% al 7,83% y la conversación con confidentes amigos del 37,06% al 42,07%.
Además, se redujo el grupo que no experimenta malestar del 38,5% al 31,58%. Dicho de otro modo: casi el 70% de los participantes experimentan malestar psicológico.
¿A qué obedece la ingesta de medicación? Las razones están relacionadas con el estado emocional o psicológico (ansiedad, nervios, ánimo, relajación, dormir), que aumentaron en todas las categorías al comparar la muestra 1 con la 2. Es decir que se toma más medicación para manejar el estado psicológico.
No es un tema para nada menor la alteración del sueño: esta cuarentena afectó a alrededor del 75% de los participantes de ambas muestras. Estas modificaciones son uno de los síntomas más frecuentes tanto en los trastornos de ansiedad como en la depresión.
La disminución de la actividad física y la menor exposición a la luz solar en las grandes urbes -señala otro pasaje del estudio- alteran los ciclos del sueño. El dormir demasiado fue la alteración del sueño más frecuente en la muestra 1, mientras que el insomnio es el más frecuente en la muestra 2. "Dormir más de lo habitual es considerado un síntoma depresivo atípico que suele acompañarse de falta de interés por el mundo externo y baja autoestima".
El insomnio, por el contrario, es la típica alteración del sueño en los trastornos depresivos y también puede estar asociado a preocupaciones acerca de la repercusión financiera, el desorden en los horarios, la dieta, siestas e innumerables factores alterados por este cambio en los hábitos y rutinas de las personas.
El consumo de alcohol crece con la duración de la cuarentena. No se observa lo mismo con respecto al tabaco o las drogas ilegales. El consumo de todas estas sustancias es una de las conductas problemáticas que se implementan para manejar el malestar psicológico. El incremento del malestar psicológico puede a su vez aumentar el consumo de alcohol u otras conductas de riesgo.
Si bien proporcionan un alivio porque impactan en la neurotransmisión produciendo placer o sedación, pasado su efecto deterioran la salud global. Resulta importante incluir el riesgo de alcoholismo, en todas sus formas, en las intervenciones psicosociales, detallan los expertos.
A lo largo de la cuarentena obligatoria, tanto a los 11 días como a los 55, más del 80% de los participantes informaron que su vida sexual empeoró y en el 43,97% de ambas muestras los encuestados informan que su vida sexual es nada o poco satisfactoria.
El estudio observa que las mujeres presentan más síntomas psicológicos que los hombres. Una de las explicaciones "es que las mujeres reciben mayor estrés considerando la cantidad de tareas que desempeñan y la presión social que reciben, así como la discriminación y violencia de la cual son objeto. Otras explicaciones destacan factores biológicos como los cambios hormonales y su impacto en el estado de ánimo".
"La sexualidad es considerada una de las conductas saludables junto al deporte y la vida social. El empeoramiento de la misma se asocia con los índices de malestar y la extendida restricción social. Es de prever que finalizada la cuarentena las dificultades vinculares persistan por el temor al contagio. Aún en parejas consolidadas la sexualidad humana puede explicarse en la tensión entre la presencia-ausencia que incrementa la fantasía y el deseo", describe el informe.
El 37,55% de los encuestados dice necesitar ayuda psicológica, sin embargo, solo la recibe el 14,02%. Quienes no pudieron recibir tratamiento psicológico adujeron mayormente razones económicas (45%) y que preferían las sesiones presenciales (36%). Tanto en la muestra 1 como en la 2, se observó una diferencia significativa en función de la edad de los participantes: a medida que las personas aumentan su edad, se observan menores niveles de síntomas psicológicos.
A la hora de analizar los resultados, el doctor Etchevers puntualiza que "este estudio muestra que los síntomas psicológicos clínicos se incrementan significativamente de acuerdo a la duración de la cuarentena. La muestra de los 55 días presenta más del doble de síntomas que la muestra de los 11 días. El impacto psicológico de la cuarentena requiere intervenciones que abarquen toda la población afectada por la cuarentena y la pandemia".
"Más acuciante -completa Etchevers- aún resulta comprobar que se detecta un incremento también significativo de la cantidad de personas en riesgo de padecer un trastorno mental. Este dato es más grave que el anterior porque una vez instalado un trastorno mental se requiere de intervenciones de mayor complejidad, por parte de especialistas
¿Quién franja etaria es la que padece más? "Los adultos jóvenes reportan mayor sintomatología que los adultos mayores. En Argentina, los niveles de pobreza son más altos en los adultos jóvenes, quienes afrontan estresores mayores característicos del ciclo vital, incertidumbre en cuanto a la vivienda, inserción profesional, laboral, parejas menos consolidadas, embarazos, hijos pequeños".
En lo que refiere a los aspectos socioeconómicos, los sectores de menores ingresos experimentan mayor riesgo de trastorno psicológico "porque se encuentran más expuestos a la incertidumbre laboral, habitacional y económica. En los sectores medios, el pago mensual de alquileres funciona como la causa que más estrés genera frente a la incertidumbre financiera".
Otra conclusión del estudio es que más de la mitad de la población no realiza ninguna de las actividades que se consideran saludables: actividad física, meditación, práctica religiosa o yoga. "Es un dato que resulta relevante para el impacto psicológico de la duración de la cuarentena", agrega el experto.
Es decir que las conductas saludables "permiten tolerar la cuarentena, amortiguando su impacto en el malestar psicológico", hace saber Etchevers, que agrega que "su disminución podría explicarse no sólo por las restricciones sino como una consecuencia de sintomatología depresiva".
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