Hugh Hefner obligaba a conejitas Playboy a ir a fiestas clandestinas: "No teníamos control"

Hugh Hefner junto a Bridget Marquardt y Holly Madison. Foto NA.

Dos exconejitas de Playboy llevan a cabo un podcast que lanzaron hace un tiempo, llamado "Girl Next Level". Allí, Holly Madison y Bridget Marquardt volvieron a destruir a Hugh Hefner, el dueño de Playboy, y revelaron a qué eran sometidas.

Las modelos comentaron que desde la creación de esa revista y del reality del que eran parte, las llevaban casi todas las noches a distintas fiestas, y en las que perdían totalmente el control.

“No teníamos control de dónde íbamos por la noche. No teníamos idea de dónde íbamos. No teníamos control de cuánto tomábamos o de lo que hacíamos. Miro para atrás y veo cómo saboteaban nuestras oportunidades”, dijo Marquardt.

Ella fue una de las parejas más populares de Hugh Hefner, y afirmó que desde la producción que llevaba a cabo el programa " Girls of the Plaboy Mansion", la edición era maliciosa. "Era enfermante ver la edición que hacían. Nos hacían ver que éramos todas amigas. Estaba todo editado de mala forma", contó Bridget Marquardt.

Hugh Hefner junto a las conejitas de PlayBoy. Foto NA.

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Otras denuncias sobre el magnate

Holly Madison, otra de las parejas más conocidas de Hefner, contó una terrible historia sobre él cuando tenía sexo con las mujeres de la mansión: las obligaba a usar aceite de bebé en lugar de lubricantes.

Según la exconejita, el empresario tenía una obsesión con el uso del producto y, a causa de esto, le causó graves infecciones porque estaba destinado a otros usos.

Madison explicó que el aceite la irritaba todo el tiempo. "Recuerdo haber hablado con el ginecólogo al respecto y luego decirle a Hef que no podía usarlo más", contó y agregó que Hefner le respondió: "La gente usa aceite para bebés". "Sí, en su piel. No internamente. Se supone que no hay que ponerlo allí", le retrucó la modelo en ese momento.

A pesar de su situación, el empresario siguió con su placer de usarlo. "Llegué al punto en que me negaba a usarlo, pero luego otras personas me decían que él, en el dormitorio, se lo ponía en la mano y luego me lo ponía a mí cuando estaba de espaldas y yo no sabía que lo estaba haciendo. Fue tan asqueroso", expresó.