Es uno de los empresarios más importantes y con mayor fortuna del país. Respetado por el kirchnerismo, se refirió a la posible llegada de Alberto Fernández al gobierno y al panorama político y económico del país.
Por Canal26
Domingo 29 de Septiembre de 2019 - 06:38
Hugo Sigman, empresario
Hugo Sigman es el empresario más respetado por el kirchnerismo. Según el ranking de Forbes, tiene la séptima mayor fortuna del país. De cara al escenario económico y político del país, aseguró: "No veo a Alberto expropiando empresas".
En el marco de una entrevista con Perfil, Sigman hizo referencia a cómo ven los empresarios el panorama político del país en el contexto de las próximas elecciones y aseguró que "quizás estemos frente a una paradoja: que el gobierno de Macri, con tantos ejecutivos en sus filas, no resultó tan pro empresario, mientras que el de Cristina quizás no haya sido tan antiempresario".
"Hay muchos empresarios con temor, especialmente a una parte del gobierno que imaginan que llegará con Alberto Fernández, en el caso de que gane las elecciones, porque aún no las ganó. Las encuestas dicen que sí, pero aún no es presidente electo", comenzó.
"Se cree que puede haber un sector que tenga una postura antiempresaria. Pero deberíamos definir qué significa realmente tener una actitud así. Para eso, incluso, hay que pensar en lo que pasó con los empresarios durante el gobierno de Mauricio Macri. Macri es más que un empresario y hay muchos empresarios en la gestión pública. Esto es algo muy valorable, por cierto: son varios los que dejaron posiciones muy buenas, retribuciones muy buenas, un estatus tal vez superior, lugares de menor riesgo para ir hacia la gestión. Es algo muy loable eso de renunciar a una posición interesante, tanto desde el punto de vista profesional, personal como económico. Dejarlo por un espíritu de servicio es algo muy loable. Y pese a todo, la relación del Gobierno con un sector del empresariado fue conflictiva", definió.
Además, explicó que a pesar de esa relación conflictiva, muchos empresarios lo votan ya que "temen que el próximo gobierno se meta con cuestiones que van desde la propiedad hasta la gestión de una empresa; temen injerencias en el manejo de los dividendos y la retribución de la empresa. Entonces creen en un gobierno con una ideología más liberal, no en el sentido estricto, sino en aquello de defender la libertad de empresa. El temor surge de suponer que un gobierno como el de Alberto Fernández tendrá gente que cuestione el derecho de propiedad del empresario".
En ese marco, dio detalles del encuentro de Marcos Galperin, dueño de Mercado Libre, con Alberto Fernández y contó que tras las PASO, el empresario lo llamó y le expresó estar preocupado "por su futuro, que encontraba riesgos en lo que venía. Tenía miedo por el gobierno que llegaba".
"Mi respuesta fue que más allá de mi opinión, lo que le recomendaría es que se siente con Alberto Fernández", explicó. Si bien aseguró que en ese momento no tenía relación con el candidato del Frente de Todos, si conoce a Wado de Pedro por lo que le comentó la situación y más tarde Wado lo llamó y le dijo: “Estoy aquí con Alberto. Está encantando de tener un encuentro con Marcos Galperin”.
"Mi posición es que el gobierno de Fernández será una alianza. Y hay muchas alianzas que funcionan en el mundo", declaró más adelante sobre un posible triunfo de la oposición.
"Una alianza funciona en la medida en que se respete el liderazgo de quien conduce. Por lo que escucho hablar a Alberto Fernández, incluso por lo que dialogamos personalmente, creo que es una persona que cree en la economía de mercado, que la riqueza depende de la existencia de empresas, al menos en una parte importante, aunque tenga un sentido de la redistribución diferente a la del gobierno actual", añadió.
Sobre el escenario económico dijo que "cuando tenés una economía restrictiva, recesiva, la salud de las empresas no es buena. En cambio, cuando te enfrentás a una economía más expansiva, la salud de las empresas es mejor. El empresario sufre cuando no se hace foco en el desarrollo de la actividad económica, de la investigación, cuando no hay una actividad expansiva".
"Cuando se estimula la economía, el consumo, se subvenciona la investigación, la vida de las empresas es mejor: crece precisamente el consumo, aumentan las exportaciones. Pero eso convive con el riesgo del que hablábamos hace un rato. Eso que se simboliza con Venezuela, el temor de que haya expropiaciones. No creo que eso se produzca en Argentina. No lo veo en Alberto Fernández, no lo veo en Sergio Massa. No lo veo en los gobernadores. No conozco a La Cámpora en general, pero no veo una cosa así en Wado de Pedro", destacó.
"Todos somos responsables del fracaso de la Argentina, mi generación particularmente. El otro día alguien me dijo algo que me impactó: “Argentina fracasó con gobiernos democráticos, con dictaduras militares, luego de nuevo con gobiernos democráticos, con gobiernos de centroderecha, con gobiernos progresistas. Es un fracaso continuo. Quizás se trate de un estereotipo argentino”. No lo creo, pero es algo que me transmitía una persona en Estados Unidos", aseguró sobre la dinámica económica de nuestro país y como nos ven internacionalmente.
En ese contexto se refirió a la "confianza" y a pactos a largos plazos: "Hay un temor de pactar y que no evolucione de un modo satisfactorio. Todos sienten que van a perder algo. En un pacto siempre cada uno pierde cosas, pero hay que medir el beneficio a largo plazo. Sería muy interesante que en algún momento decidamos confiar".
"Los sindicatos sienten que tienen los salarios más atrasados, los empresarios perciben que los precios se les quedan congelados y más atrasados, y así. Existe una sensación de que la renuncia es mayor en cada una de las partes", agregó.
Respecto al chat Nuestra Voz que congregaba a empresarios de distintos sectores, explicó que "fue una buena iniciativa. La desarrolló Guibert Englebienne y la gente de Globant. La idea era que, frente a determinadas circunstancias, los empresarios, especialmente los emprendedores, tuvieran una forma de expresarse" y que allí comenzó a percibir un distanciamiento "no en los emprendedores o en las tecnológicas, pero sí en los industriales más tradicionales".
"Vi más enojo con Macri que coincidencias con Cristina. Puede ser que mucha gente enojada con Macri de ese grupo siga votándolo. Tienen los temores de que hablábamos. Con el tiempo prácticamente dejé de leerlo, porque sentí que se fue desvirtuando su intención original", agregó.
Sobre la causa de los cuadernos, el empresario afirmó que "hay que dejar actuar a la Justicia. Coincido sí con alguna gente que sostiene que la prisión preventiva es exagerada. Si no hay riesgo de que se escondan pruebas ni de fuga, resulta exagerado. Si es verdad lo que sostiene la investigación, es algo que hay que sancionar".
Además consideró que la grieta política tendría que transformarse en políticas comunes: "Ojalá que este drama que estamos viviendo, con tantos argentinos que la están pasando tan mal, nos sirva para que esta generación jubile la grieta y nos dé una dosis de optimismo. Lo que en este momento son enfrentamientos y encuentros pueden transformarse en políticas comunes".
Consultado por el mismo medio sobre sus declaraciones del año pasado al asegurar que: “La confianza de los empresarios está rota” dijo que "hay un tema que está relacionado con el gobierno de Macri y es el referido a los sistemas de gobernancia, los métodos que cada presidente elige para gobernar. Mauricio Macri eligió un sistema en el cual concentró mucho la toma de decisión en la Jefatura de Gabinete. Durante mucho tiempo, los ministros no tenían la autonomía necesaria en un buen sistema de gestión. Había una auditoría permanente, en la que la Jefatura de Gabinete tenía que decir sí o no a las propuestas de los ministros".
"Algo que pasó con la doble vicejefatura de Gabinete y que siguió cuando entró Nicolás Dujovne. En ese momento, Hacienda fue quien les dijo a los demás lo que se podía hacer y lo que no. Nunca me tocó la función pública, pero me parece que el rol del presidente debe consistir más en arbitrar que en decidir. Hay decisiones fundamentales del presidente en la soledad del poder, esa última llamada del teléfono. Pero me parece que hay un matiz diferencial entre arbitrar y decidir. Cuando vos no delegás en personas inteligentes la responsabilidad y esas personas no pueden tomar la responsabilidad de hacer lo que piensan, se empobrece la gestión pública", aseguró.
"Si reflexionás sobre la gestión de Néstor y de Cristina Kirchner, vas a ver que no fue exactamente igual pero resultó parecido. No recuerdo casi ninguna reunión de gabinete en el gobierno de los Kirchner. Había una relación del presidente con cada uno de los ministros, o cada uno de los secretarios de Estado, pero no había una reunión colectiva en donde confrontaran intereses distintos y donde surgieran ideas nuevas. Parecería ser que hay como un rasgo en nuestro país, con un rol presidencial muy fuerte", añadió.
En ese contexto, se refirió al perfil psicológico de los presidentes con comparaciones de casos internacionales y al "el temor a ser traicionados": "Sufren una tremenda tensión. Es una responsabilidad frente a millones de personas sentir que tus decisiones influyen sobre la vida de los demás. Y al mismo tiempo es una gran soledad. Muchas veces pensé en lo que habrá sido la vida de Cristina Kirchner después de la muerte de Macri (sic: dice Macri en vez de Néstor) en esa soledad en Olivos. Yo me hubiera ido de ahí. Me hubiese mudado a un departamento más chico. Es imposible no percibir la soledad en tal circunstancia, es como el acmé de la soledad".
"Hay una megalomanía muy grande, porque tenés la sensación de poder ayudar a transformar a los demás. Kahneman decía, dice, porque vive todavía: “Mi única ilusión es que los políticos pierdan un poco la autoconfianza en sí mismos”. Es decir, que sean más modestos", agregó.
Sobre el plano económico explicó que "la inversión viene cuando hay rentabilidad. Y cuando se analizaba la rentabilidad que podía tener la Argentina, no era atractiva para esa inversión extranjera. No tenías un país con un mercado interno importante y no se daban las condiciones para ser un gran exportador que compitiera con los países de mejores condiciones de exportación del mundo. Si Argentina no cambiaba su propio chip, no podía atraer inversiones".
"Argentina tiene una oportunidad grande. Tal como lo dice Macri, como lo dice Alberto Fernández, Vaca Muerta es esa oportunidad. Puede ser una fuente de lo que es prospección, transporte y distribución, almacenamiento, exportación de gas y petróleo. Me parece que ahí hay una gran posibilidad. Argentina tiene el contexto de un 0,5 de nuestro presupuesto en investigaciones de desarrollo, pero con una particularidad, que dos terceras partes son el Estado. Si el Estado mantiene lo que hace actualmente, y los privados hacen lo mismo, unas tres veces, estaríamos en estándares apenas menores que los de Australia. Y eso inevitablemente generará cosas con valor agregado. Por eso te digo que yo tengo un cierto optimismo. El fondo del que te hablaba hace un rato tiene mapeados 800 grupos de investigación en la Argentina que quieren transformar su conocimiento en valor productivo", analizó.
Consultado sobre la gestión de Axel Kicillof como ministro de Economía dijo que "sobre su rol como ministro, creo que le tocó un momento muy difícil de la gestión, de restricciones. Y le cabe lo que decíamos antes. Cuando Cristina nombró a Axel, lo hizo también para tener el control de otros ministerios vinculados a lo económico. Creo que se le acumularon muchas carpetas, que tenía que revisar muchas cosas. No tuvo la posibilidad de desplegar los recursos que probablemente pueda tener".
En ese marco, reflexionó que "existe consenso en que hay que reprogramar la deuda. Mucha gente también piensa que no es muy complejo el tema de la deuda. Martín Redrado, con quien hablé estos días, dice que, quitando la deuda con organismos públicos argentinos y la deuda con organismos financieros internacionales, que él cree que es renegociable, quedan 12.500 millones de dólares con los que son los fondos de inversión, los Templeton. Sostiene que eso es posible de afrontar. Solucionado el problema de la deuda, que es una espada de Damocles, también tenemos otras cuestiones que afrontar. Luego de un viaje a España, vi por televisión un programa en una villa de emergencia en la que se mostraba una casa en la que funcionaba un comedor. Decían que no podían dar carne a la gente que venía con un tupper a buscar con qué alimentarse. Daban un caldo con verduras y nada más. En ese momento le dije a mi mujer, Silvia, que teníamos que hacer algo. Es una situación desesperante. Entonces, llamé a José Natanson y le pedí que me averiguara cuántos comedores hay. La respuesta fue que había miles de comedores. Creo que este es un tema de atención urgente".
"La gente desconfía de que Alberto Fernández vaya a poder gestionar. Yo creo que va a poder. Cristina Kirchner analizó que ella podía ganar las elecciones pero que no podría gobernar. Y eligió a alguien con el cual tiene similitudes, pero también tiene diferencias. Me parece que Alberto va a poder formar su propio gabinete", expresó en caso de que gane el candidato del Frente de Todos.
"Creo que algo del proyecto esencial de Néstor y Cristina Kirchner se está cumpliendo. Lo que intentaron es crear una nueva generación de políticos, que tuvieran experiencia en la función pública, que se formaron como concejales, intendentes. Y eso pasó de forma continuada: es algo que ella está sosteniendo, la renovación generacional. La intendencia es un lugar donde el político tiene más contacto con la sociedad. Y eso asciende a los gobernadores. Afortunadamente, el país tiene gobernadores muy preparados, en muchas provincias. Omar Perotti es una persona extraordinaria, con experiencia en gestión. Comenzó como intendente, además", aseveró.
Al respecto, habló de su relación con Manzur: " A Juan Manzur lo valoro por dos cosas extraordinarias que hizo. Primero, porque creó el Instituto de Medicina Tropical que hizo en Iguazú. Atacó el problema de la salud pública desde lo más bajo de todo, que son las enfermedades tropicales, que son las de la pobreza. Y por otro lado, creó el Instituto Nacional del Cáncer. Argentina era uno de los pocos países que no tenían un Instituto Nacional del Cáncer. También apoyó el tema del Chagas. Nosotros volvimos a hacer un medicamento que ya no se producía. Hoy es el único tratamiento que hay para países en los que hay Chagas en el mundo. Me resultó una persona ocupada y sensible. Desde ahí le tomé aprecio".
En ese marco agregó que "me parece que Sergio Uñac es una persona destacada, también Gerardo Zamora, los gobernadores Gustavo Valdés de Corrientes y Gustavo Bordet, de Entre Ríos. Realmente, hay que hacer una Argentina más federal. La Ciudad de Buenos Aires tiene el número de investigadores que requiere un buen estándar internacional, alrededor de 4 mil cada millón de habitantes. Pero en el interior, no llegan a 300 en algunos casos".
"En la Argentina tuvimos una sobrevalorización de lo que fuimos. Es como esas familias ricas que después se deterioran y que siguen pensando que son como antes. Argentina fue un país rico, educado, con una gran educación pública. Fui a la primaria y la secundaria pública. Estudié Medicina en la UBA. Cuando entré, en 1962, iban a la universidad privada los que no podían entrar a la pública. Pensamos que todavía Carlos Gardel sigue vivo. Esa sobrevaloración no sé si genera una menor o mayor predisposición al trabajo, si nos hace sentir que merecemos más de lo que tenemos o debemos trabajar para conquistar lo que no tenemos", destacó.
"Un fenómeno que se produce en el mundo es que se están rompiendo las normas. La Organización Mundial de Comercio prácticamente no tiene funcionarios. El acuerdo militar entre Rusia y Estados Unidos está saltando por los aires. Vivimos un nuevo momento casi de rearme. La Unión Europea empieza a tener dificultades, por el Brexit, la presión del grupo de los ex países del este. El modelo de la post Guerra Fría entra en crisis. Además, en este contexto la clase media entra en crisis: perdió algunas cosas que ya tenía. En algún discurso, Lula se refirió al tema. Cuando perdió una elección, se refirió a esos 20 millones de personas que habían adquirido el derecho de ciudadanía, y con él, la capacidad de reclamar cosas que no podía satisfacer. Su gobierno no podía satisfacerlas porque no era capaz de generar riquezas. Sin ser comparativo, uno puede percibir un fenómeno nuevo: usinas que intentan explicar fenómenos complejos como si fueran simples. Un ejemplo es los que dicen que el problema de Europa se debe a la discriminación. Hay otra investigación de Kahneman sobre un grupo de personas que deben juzgar a Richard Gardner y Robert García. Los que estaban en el tribunal eran anglosajones. Estudió el ritmo circadiano de cada uno. A los que tenían mejor capacidad por la mañana, los llamaba alondras, y a los que tenían mejor capacidad por la noche, los llamaba halcones. Les daba a todos referencias de Richard Gardner y Robert García muy parecidas. Y lógicamente, cuando tenían que elegir quién era más culpable o quién era el que hacía más, era más Robert García, Robert García y no Richard Gardner, porque el prototipo, digamos, de delincuente para esa gente era un latino. Y aparecían más datos: los alondras, cuando analizaban de mañana, eran menos duros con Robert García que cuando lo hacían de noche, porque de noche perdían la capacidad de análisis. Este tipo de cosas está pasando en el mundo: crecen las respuestas simples. Hay cosas que vos ves en campañas electorales en Argentina, en Bolivia, y en España y preguntás cómo pueden aparecer. Es que los asesores de campañas se forman más o menos en las mismas escuelas", analizó.
"Tengo la ilusión, sinceramente, de que la grieta disminuirá. Me gustó la frase de Alberto Fernández, que dijo: “Conmigo se terminan la grieta y la venganza”. Ojalá que la cumpla", añoró.
"Parece extraño que aparezca alguien diciendo soy optimista. Lo soy, pese a la situación explosiva que vivimos. Debemos sentir la sensibilidad suficiente para afrontar los problemas que tiene una franja altísima de la población. Estamos en condiciones de ir lentamente hacia un camino de mejora y progreso. Eso es algo que está en todos los partidos políticos. Tengo confianza en la gente joven. ¿Qué hubiera sido de nosotros si hace dos años el ministro de Hacienda hubiera sido Hernán Lacunza en vez de Nicolás Dujovne? ¿Nuestro destino hubiera sido el mismo?2, se preguntó.
"Hay diferencias lógicas pero no hay un abismo. Parece que hay un abismo, y lo que creo es que hay matices, hay diferencias, hay estilos, pero hay un montón de coincidencias. Se requieren acuerdos con los sindicatos, con los empresarios, con el Estado, con los partidos políticos. La Justicia tiene que jugar un rol importante, los medios tienen que jugar un rol importante. Me parece que hace falta una gran epopeya nacional. Y es algo posible. Me parece que muchos de los actores importantes de la Argentina, de distintos partidos políticos hoy parecen divorciados. Los matices son importantes, incluso ciertas diferencias. El gran valor de la democracia es que te da la capacidad de poder cambiar al gobernante que está. Esa es la base de mi optimismo, sintetizó.
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