Final de Copa Libertadores: la CONMEBOL recibió un reclamo de Flamengo que involucra a Boca y Fluminense

Boca Juniors y Fluminense, los finalistas de la Copa Libertadores. Foto: X @Libertadores.

A pocos días de la final de la Copa Libertadores entre Boca Juniors (Argentina) y Fluminense (Brasil), la CONMEBOL recibió un reclamo de Flamengo, clásico del 'Flu', que también hace de local en el estadio Maracaná, donde se jugará la máxima final continental de América.

¿Cuál sería el conflicto? Que Flamengo pretende jugar el encuentro del 28 de octubre contra Red Bull Bragantino, por el Brasileirao, en el mítico Maracaná. Sin embargo, CONMEBOL quiere tomar posesión de dicho estadio a partir del lunes 23 para empezar los preparativos.

Justamente, a causa de este motivo, Fluminense tendrá que jugar su partido frente a Goiás el miércoles 25 en el estadio Municipal General Raulino de Oliveira de Volta Redonda, a 150 kilómetros de Río de Janeiro, sede de la final de la Copa Libertadores 2023.

Flamengo presentó una queja ante la CONMEBOL. Foto: Reuters.

Además de ese problema, el portal 'O Globo' informó que Flamengo pretende disponer de más palcos que Boca y Fluminense juntos para la final argumentando que ellos son los verdaderos dueños del estadio Maracaná.

La realidad es que las zonas del Jornalista Mario Filho (nombre oficial del Maracaná) ya están distribuidas y vendidas en su gran mayoría.

Frente a esta coyuntura, Alejandro Domínguez, autoridad máxima de CONMEBOL, ya le habría manifestado a Ednaldo Rodrigues, presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol, que de no solucionarse este tema en las próximas horas, el Maracaná no albergará la final.

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Reunión cumbre

Este jueves, alrededor de las 16.30 (hora argentina), las autoridades de la CONMEBOL se juntaran para disolver las quejas presentadas por Flamengo sobre el encuentro entre Red Bull Bragantino y el excesivo pedido de palcos para la final entre el 'Xeneize' y el 'Flu'.

Estadio Maracaná, de Río de Janeiro. Foto: NA.

En caso de no llegar a un acuerdo, la CONMEBOL reveló que la final podría cambiar de sede, pero se quedaría en Río de Janeiro. Lo más viable, sería el estadio Olímpico Nilton Santos, con capacidad para 46 mil espectadores, 30 mil menos que el Maracaná.

La última hipótesis y, más drástica, sería que el ente dirigido por Alejandro Domínguez tome la decisión de cambiar de país la sede, algo que ya sucedió en 2019, cuando la final se iba a jugar en Santiago de Chile y terminó jugándose en Lima (Perú).